“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Nueve personas han muerto y al menos diez han resultado heridas en un tiroteo ocurrido en la madrugada de este domingo en Bekkersdal, un municipio al suroeste de Johannesburgo (Sudáfrica). Las autoridades han iniciado una persecución para dar con los sospechosos, que huyeron en dos vehículos, según ha informado el Servicio de Policía. Se trata del segundo tiroteo masivo en el país en dos semanas.
EL PAÍS ofrece de forma gratuita la última hora de las elecciones extremeñas de este domingo. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete.
Un tipo que parece arrancado de un concierto de Saxon celebrado en 1984 en ese templo del heavy que se llamó Canciller sale al escenario. Viste pantalones elásticos con franjas verticales blancas y negras, camiseta oscura y cazadora vaquera con las mangas cortadas. La melena larga y rizada. Lleva una bota de vino en la mano. Ofrece un pequeño discurso ante el micrófono. No se le entiende nada porque el público jalea a conciencia. Solo se escuchan bien las últimas palabras: “Somos Alcalá Norte y venimos a compartir. ¡Venga!“. Pega un trago a la bota y la lanza al público. Se llama Jaime Barbosa y toca la batería. De esta forma tan peculiar comenzó el concierto de los madrileños Alcalá Norte, una banda formada por veinteañeros y treintañeros que confirmó anoche en La Riviera (también actúan hoy y mañana lunes) que aquellas hechuras de banda grande que apuntaban hace un año y medio ya son una realidad.
Con la llegada del frío, los hogares buscan soluciones cada vez más eficaces para mantener el confort térmico sin disparar el consumo energético. En este contexto, los productos que combinan tecnología, funcionalidad y bienestar ganan protagonismo. Entre ellos, la manta eléctrica con capucha emerge como una alternativa que va más allá del uso tradicional de las mantas, adaptándose a nuevas rutinas domésticas marcadas por el teletrabajo, el ocio en casa y la búsqueda de confort inmediato.
El frigorífico es el electrodoméstico más importante de cualquier hogar. Básicamente, podemos sobrevivir sin lavavajillas, sin horno e, incluso, sin lavadora. Pero, en el caso del frigorífico, necesitamos mantener en buen estado nuestros alimentos y no podemos estar bajando al supermercado constantemente para realizar la compra.
Para todos aquellos lectores que se vean abrumados por la gran cantidad de ideas que pueden salirles a la hora de regalar en las próximas fechas navideñas, tranquilos, habéis llegado al lugar adecuado. Esto es así por una simple razón: hemos segmentado este listado de obsequios por franjas específicas de precio para no liar más la búsqueda e ir al grano con lo que realmente necesitamos para satisfacer a la persona que tendremos delante en la cena de Nochebuena o la comida de Navidad. No hemos dejado a ningún público objetivo fuera, puesto que tenemos regalos por menos de 20 euros y también para bolsillos más exigentes (aquellos que desean gastar más de 100 euros).
Los altavoces suelen caracterizarse por diseños sencillos, minimalistas y con formas clásicas. Pero ¿quién dijo que la tecnología no podía ser decorativa? Ikea vuelve a desmontar este mito con una propuesta que va mucho más allá del sonido. Se trata de unos altavoces —que no parecen altavoces— que se consolidan como auténticas piezas decorativas, con diseño circular y colores que lo complementan.
Una semana después del tiroteo masivo en la Universidad de Brown, en Providence, capital del pequeño Estado de Rhode Island, las autoridades están cerca de comprender el cómo, pero aún no han dilucidado del todo el porqué.
Cuando el pasado jueves los líderes de la UE reunidos en Bruselas se sentaron a la mesa de una cena tardía, compuesta por contundentes platos escandinavos —tostada de pan de centeno con pescado ahumado y mariscos, lomo de cerdo asado con chicharrón y arroz con leche y almendras—, hacía días que sus sherpas, que trabajan entre bambalinas para negociar los acuerdos, habían masticado y desgranado varias propuestas políticas para lanzar una solución “innovadora y creativa” de ayuda a Ucrania. También simbólica: que el Kremlin pague, aunque no quiera, por los daños causados por la invasión. Es decir, usar las reservas soberanas rusas congeladas en cuentas de la Unión, unos 210.000 millones de euros, para evitar la bancarrota de Kiev. No fue posible.
Entre las primeras autoridades europeas y financieras que arquearon una ceja cuando se empezó a hablar de usar los activos rusos bloqueados en la UE para financiar a Ucrania, estuvo la presidenta del BCE, Christine Lagarde. Era el 19 de septiembre. La última pregunta de la rueda de prensa tras la reunión informal de ministros de Finanzas de la zona euro en Copenhague se la adjudicó ella para pedir desde el atril una pequeña aclaración a Valdis Dombrovskis, comisario de Economía y Finanzas, que estaba justo a su derecha en el podio, sobre lo que había dicho acerca de ese préstamo que estaba preparando el departamento que dirige el político letón. Fue solo un detalle. Nada más. Pero expresaba las dudas que ya existían.
Ni los encuentros con la prensa ni mucho menos las sesiones de fotos parecen precisamente los formatos favoritos de Miren Arzalluz para pasar el día. “Vengo abrumada con esto de que estéis aquí”, suelta en un castellano recio teñido de un acento euskaldún imposible de esconder. Pero acto seguido ya está prestándose al juego: un día entero a su vera en el Guggenheim Bilbao, una jornada de trabajo completa en el museo que dirige desde que en abril sustituyó al anterior (y, desde 1997, único) director, Juan Ignacio Vidarte.
Los dioses griegos condenaron a Sísifo a empujar montaña arriba una enorme piedra que, al rozar la cima, volvía a caer hasta la base. A veces, como ahora, tengo la sensación de que el pedrusco de Sísifo es una chinita comparado con la plúmbea carga de varones asilvestrados que soportamos las mujeres. Empujamos desde hace demasiado tiempo a un montón de machirulos hacia la civilidad por la cuesta arriba de la historia y, cuando creemos que el sexismo empieza a diluirse, zasca, la dura realidad nos arroja al abismo a empezar de nuevo.
Son unos 13.000 archivos, más de 100.000 páginas, unas 500 de ellas completamente tachadas. Hay alrededor de 4.000 imágenes y dos palabras que destacan por encima del resto: “Pornografía infantil”. Están escritas a mano en uno de los documentos más sustanciales de la última publicación de los papeles del millonario pederasta Jeffrey Epstein. Divulgados el viernes pasado por el Departamento Justicia de Estados Unidos, tenían que haber sido una desclasificación total que se quedó, otra vez, en parcial. Y con abundantes partes censuradas.
La internacional ultra avanza conquistando nuevos territorios y ganando cuotas de poder en todo el mundo. Los partidos y movimientos de derecha radical están más conectados y organizados que nunca. En el cono sur, un pinochetista declarado, José Antonio Kast, acaba de ganar las elecciones de Chile. En Europa, el fenómeno ha alcanzado su mayor grado de institucionalización, con presencia directa o indirecta en uno de cada tres gobiernos. Los extremistas cuentan con el apoyo de Estados Unidos, que tiene en el punto de mira a la UE. Lo que antes operaba desde los márgenes irrumpe ahora con liderazgos de corte autoritario, retóricas de confrontación y la impugnación de los consensos liberales.
“Todo está muy difícil, hay mucha incertidumbre”, dice el taxista venezolano José Luis Ledezma, que trabaja en Caracas. Ledezma padece el desplome de las carreras al aeropuerto de Maiquetía, su recorrido más habitual. “Hacía seis viajes diarios al aeropuerto. Ahora, si hago tres a la semana es mucho”, ejemplifica. “Trabajo con público de todas las edades, desde gente adinerada hasta personas muy humildes. Veo nerviosismo. Escucho historias de familias en el extranjero que están mandando remesas a gente que no tiene nada acá en caso de que venga una situación extrema. La mayoría de la gente vive al día, resolviendo el día. Yo trabajo 24 horas diarias; al terminar con la línea, en las noches, sigo trabajando por mi cuenta para conseguir más dinero”.
Para el gazatí Rayan al Jeir, el primer invierno en la Franja con un alto el fuego dista de suponer un respiro. La tormenta Byron ―la misma que pasó por distintos países de Europa y de Oriente Próximo sin generar grandes estragos― acaba de dejarle de nuevo a la intemperie. “Las fuertes lluvias y los fuertes vientos han destruido nuestra tienda de campaña”, lamenta por mensajes de WhatsApp. Ahora busca un nuevo sitio donde asentarse con su familia, pero “muchas zonas han quedado anegadas” y “cuesta moverse entre el barro y los charcos”.
Las ciudades de Kupiansk y Pokrovsk son la cara y la cruz de la guerra en Ucrania, aunque forman parte de la misma moneda. En Kupiansk, en la provincia de Járkov, el ejército ucranio ha conseguido el que sería su mayor éxito desde 2022, el primer año de la invasión: hacer retroceder al invasor de la mayor parte del núcleo urbano, con una contraofensiva sorpresa. En Pokrovsk, en la provincia de Donetsk, prácticamente ningún analista o militar ucranio cree que Kiev pueda recuperarse el control: allí tiene Rusia 150.000 hombres, un tercio de sus tropas invasoras, aunque las fuerzas defensoras están resistiendo más de lo esperado, hasta la última bala.
El amplio triunfo en la elección del 14 de diciembre de José Antonio Kast ha golpeado fuertemente a la generación que fue víctima de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). El republicano es el segundo presidente de Chile, desde el retorno de la democracia en 1990, que es derechas. Pero, a diferencia de Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022), de la derecha tradicional y quien fue opositor a Pinochet, es el primero que ha respaldado al régimen militar. Si en el plebiscito de 1988 votó a favor de la continuidad del general, en 2017 visitó en la cárcel a los exagentes que violaron los derechos humanos y dijo entonces que, “más allá de las condenas, militares y civiles merecen justicia. Hoy en muchos casos prima la venganza por sobre la justicia”.
“Tenemos la capacidad financiera para apoyar a la Juventus durante los próximos 2.000 años”, dice Paolo Ardoino (Italia, 41 años), quizá menospreciando el efecto que tendrá la inflación planetaria dentro de un par de milenios. El máximo ejecutivo de Tether, la empresa emisora de la stablecoin USDT–cuya capitalización supera los 180.000 millones de dólares–, ha intentado comprar la Juventus de Turín con una oferta que fue rechazada por los actuales propietarios del club. Ardoino lleva tiempo intentando comprar “el equipo de su vida”, con la ambición declarada de devolverlo a lo más alto del fútbol europeo.
Máxima eficienciaProductividad. Con solo 200 empleados y un estimado de 15.000 millones de dólares en ganancias este año, la firma pilotada por Ardoino es una de las empresas más rentables por empleado que haya existido jamás, según apuntan expertos. El ejecutivo aspiraba a trasladar esa eficiencia a los terrenos de juego con la Juventus, uno de los clubes más laureados del fútbol italiano.
El mes de diciembre es poco dado a la compasión. La fraternidad navideña queda reservada para la publicidad de grandes almacenes, de marcas de embutidos o de loterías. Ese amor tan genérico hacia la humanidad deja de existir cuando entra en contacto con la realidad y se le pone rostro.