“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Ya no es imprescindible (aunque por supuesto sí muy recomendable) leerse las casi dos mil páginas de la biografía de Ian Kershaw sobre Hitler para tener una opinión sólida sobre el personaje. Sólida, porque opinión, lo que se dice opinión, estaríamos casi todos de acuerdo en lo que pensamos de él, e incluye varias palabras malsonantes. Ahora, un pequeño y breve libro de apenas 170 páginas, casi un Que sais-je?, se revela como utilísima herramienta para adentrarse en la personalidad del líder nazi y hacerse con datos básicos para comprender quién fue en realidad. Hitler, verdades y leyendas (Melusina, 2025, traducción del francés de Carlos Gual Marqués), es un ejemplo espléndido de síntesis y concisión que a través de 20 preguntas, desde ¿tuvo Hitler una infancia infeliz? a ¿estaba loco?, pasando por si fue víctima de numerosos atentados, si era impotente o qué sabía de la bomba atómica, responde a todo (o casi todo) lo que usted quería saber del gran jefe pardo y no sabía a quién preguntar.
El cierre de los 10.000 pisos turísticos que hay en Barcelona, previsto para 2028 al amparo de un decreto de la Generalitat, provocará una caída del precio de la vivienda (de alquiler y de compra), la pérdida de hasta 16.000 empleos y una reducción prácticamente imperceptible del PIB de la ciudad. Son las conclusiones de un estudio encargado por el Ayuntamiento al Instituto de Economía de Barcelona (adscrito a la Universidad de Barcelona), que el consistorio ha publicado este viernes. El gobierno de Jaume Collboni también ha anunciado un plan de su agencia Barcelona Activa para acompañar a partir de 2027 “la transición profesional de las personas ocupadas en el sector de las VUT, las viviendas de uso turístico”. El informe precisa que las cifras podrían variar si parte de la actividad que actualmente tienen los pisos turísticos se redirige a otras formas de alojamiento tradicional, como los hoteles, o se traslada a otras zonas del entorno de Barcelona.
“El objetivo es ayudar a los taxistas a aumentar ingresos y reducir costes, contribuyendo así a su recuperación económica”. Este era uno de los mensajes que lanzaba Uber, a los taxistas de Barcelona en 2021 cuando, tras la pandemia, decidió que su plataforma de contratación de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC) también podría expandirse al taxi en la capital catalana. Han pasado cuatro años desde entonces y, el jueves, la mayoría de formaciones del Parlament de Cataluña presentaron el anteproyecto de la futura ley del taxi que supondrá la reducción drástica de las VTC que realizan trayectos urbanos. Estas VTC son las que utilizan plataformas como Uber, Bolt y Cabify.
Los bulos y noticias falsas sobre cambio climático y medio ambiente corren por las redes sociales, plataformas de mensajería y páginas web. EL PAÍS rastrea esta desinformación para desmentir y aclarar algunas de las mentiras más reproducidas y que resurgen en muchas ocasiones. Si se topa con alguno de estos bulos o con algún mensaje que considere sospechoso, nos lo puede enviar a bulosambientales@elpais.es.
No, los biocombustibles no son la mejor solución para el transporteAlgunas petroleras anuncian en sus gasolineras “combustibles 100% renovables” como una solución casi mágica para descarbonizar el transporte por carretera, mientras ciertos sectores consideran que estos biocombustibles son la mejor solución frente al cambio climático. Ecodes ha elaborado una guía para desmontar estos y otros mitos que pueden ralentizar la electrificación de coches, autobuses y camiones, la forma más rápida de reducir el CO₂ en la movilidad. Los biocombustibles son carburantes derivados de materia orgánica. Los de primera generación —como el biodiésel— se obtienen a través de cultivos como la palma o la soja; los de segunda, de residuos orgánicos; los de tercera —muy incipientes—, de algas. Según la entidad ecologista, es cierto que reducen las emisiones, pero no tanto como se suele promocionar —hasta un 90%—: “La reducción de emisiones atribuida a los biocombustibles no es generalizable y depende de múltiples factores, como la materia prima usada y su procedencia geográfica”; es decir, los cálculos actuales subestiman la huella de carbono real.
Tampoco pueden considerarse 100% renovables. “Eso supone ignorar una parte importante del ciclo de vida de los biocombustibles y la capacidad real de abastecimiento. No hay en Europa materia prima suficiente para satisfacer la demanda. La mayoría del aceite de cocina que se usa está importado desde el sudeste asiático y hay sospechas de que se usa aceite de palma en lugar de aceite de cocina usado”. De hecho, otro mito apunta que este tipo de carburantes refuerzan la independencia energética de España. Frente a eso, la ONG contrapone que el 80% de las materias primas para biocombustibles se importan, que la disponibilidad de materias primas es limitada y que los biocombustibles producidos a partir de cultivos generan competencia por el uso de las tierras y afectan a la seguridad alimentaria. En cambio, la energía que usan los vehículos eléctricos no provoca estos efectos, y además en España procede cada vez más de las renovables, que no dejan de crecer (en 2024 llegaron al 57% del mix energético).
Además, la combustión de los vehículos con biocombustibles sigue generando contaminantes atmosféricos con efectos negativos para la salud humana. “El hidrobiodiésel que se vende en las gasolineras está mezclado con diesel fósil, lo que reduce su aporte real a la descarbonización y alimenta falsas percepciones sobre su sostenibilidad”. Por eso, Ecodes señala que distan mucho de ser la mejor solución para descarbonizar el transporte por carretera: “Los vehículos 100% eléctricos que usan energías renovables emiten mucho menos CO₂ que los que usan biocombustibles”.
Bulos relacionados con el sistema de depósito, devolución y retorno de envases
Fabricantes de bebidas y empresas de distribución trabajan para la puesta en marcha en España de un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) de envases de bebidas. Esta importante novedad supone que las botellas de plástico, latas y briks de refrescos o agua deberán incorporar en su precio de venta un depósito de un mínimo de 10 céntimos que los consumidores podrán recuperar al devolver el envase vacío para proceder a su reciclaje. A la espera de ver si se cumple el plazo de noviembre de 2026 para su puesta en marcha y del sistema de funcionamiento que finalmente se decida, lo que sí está provocando ya esta novedad es la propagación de algunos bulos o malinterpretaciones. Uno de ellos es que ahora se va a pagar a los ciudadanos por reciclar o se va a ganar dinero por reciclar, pues en realidad el SDDR va a devolver a los usuarios la cantidad extra que pagarán al comprar el producto. Es verdad que en otros países alguna gente aprovecha para recoger envases abandonados en la calle para cobrar el depósito, pero este es un efecto colateral de este tipo de sistemas. En realidad, lo que se busca justamente es que los consumidores no dejen en cualquier parte las latas y botellas de plástico y se encarguen de retornarlos para recuperar su dinero. Otro bulo que está circulando es que los pequeños comerciantes tendrán que repercutir a los clientes el coste de las máquinas que se tienen que instalar para la recuperación de los envases. Esto no es cierto. Primero, porque la ley establece que son los productores de las bebidas los que deben hacerse cargo de la implantación del SDDR. Y, segundo, porque no hacen falta máquinas en los comercios pequeños y medianos para devolver el depósito, en el caso en el que se decida involucrarlos en el nuevo sistema, una de las cuestiones por decidir.
Cómo puede haber tantas zonas del mundo que se calientan más rápido que el restoEsta semana la Agencia Europea del Medio Ambiente ha insistido en que el continente europeo es el que más rápido se está calentando por el cambio climático, el doble que la media de la Tierra. Sin embargo, si uno busca en Google, encontrará muchas alertas de otros sitios que también se están calentando más rápido que el resto: el Ártico, Oriente Próximo, África, Rusia, China, Australia, Canadá, México, Estados Unidos, Latinoamérica y el Caribe, la Antártida… Esto genera confusión y no da mucha credibilidad a la advertencia climática. Según ironiza el estadístico estadounidense William M. Briggs, “cualquier lugar de la Tierra se está calentando más rápido que cualquier otro lugar de la Tierra”. Así pues, cabe preguntarse: ¿Qué hay de cierto de todo esto?
La realidad es que, científicamente, sí encaja que en todos esos sitios el aumento de la temperatura sea mayor que la media. Ocurre porque se trata de zonas terrestres en un planeta ocupado en más del 70% de su superficie por océanos. Como explica María José Sanz, directora científica del Basque Centre for Climate Change (BC3), “las masas de agua se calientan mucho más lentamente que las áreas terrestres, entonces, resulta obvio que la superficie terrestre se calienta más rápido”.
Esto explica la multiplicación de avisos en zonas terrestres sobre la mayor velocidad del calentamiento que la media del planeta, sin embargo, también existen diferencias entre todos estos sitios. Y, si hablamos de continentes, efectivamente, Europa es el que se está calentando de forma más rápida. Como incide Sanz, también integrante de la Mesa del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), uno de los factores que más influyen es el llamado “albedo”, que determina la proporción de radiación que refleja una superficie. En sitios cubiertos por hielo o nieve, la mayor parte de la radiación que llega a la superficie es reflejada. En cambio, en otras zonas (más oscuras) donde no ocurre esto el calor que llega es absorbido por la Tierra, aumentando las temperaturas. “Europa está en el hemisferio norte, y cuanto más cerca del polo norte, del Ártico, más calentamiento, pues hay más cambios con el albedo. En latitudes altas en las que tenías más superficies cubiertas por nieve o hielo, al desaparecer estas cambia el albedo y se calientan más rápidamente de lo que se calentaba antes”, señala la investigadora.
El falso desastre ambiental de las placas solaresUn “ecodesastre en espera”, “una catástrofe ecológica desconocida y gigantesca”, “un desastre ambiental” del que “nadie habla”. En los últimos días, han aparecido diversos artículos en medios que señalan a las placas solares como una supuesta bomba de efecto retardado que estallará cuando dentro de unos años se conviertan en residuos todos los paneles que se están colocando ahora. Esta hipótesis es falsa por exagerada. ¿De dónde sale esta repentina alarma por las placas solares como residuo? El término “eco-disaster” aparece primero en un artículo en inglés de la BBC del que luego derivan diversas versiones en español y en todas estas publicaciones citan como principal fuente a Rong Deng, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sídney (Australia), que ha calculado que actualmente hay alrededor de 2.500 millones de paneles solares en todo el mundo. En alguno de los artículos en español se asegura también que se trata de un doctor experto en reciclaje de paneles solares. Sin embargo, en realidad ella es una investigadora y no está de acuerdo con esta visión catastrófica.
“Yo nunca he usado estas palabras tan fuertes, la energía solar no es ningún ecodesastre”, se queja Deng por teléfono desde Australia. “Necesitamos nuevas soluciones para gestionar los paneles solares una vez que termine su vida útil o sean reemplazados, pero esto ni siquiera se aproxima a un desastre, es simplemente un problema que necesitamos resolver”. Según el trabajo de esta investigadora, más del 95% de los materiales utilizados para fabricar un panel solar pueden ser reciclados, siendo las partes más valiosas el silicio, el aluminio o la plata. Sin embargo, como recalca Deng, los sistemas utilizados en la actualidad deben ser mejorados para aumentar el aprovechamiento de estos materiales y evitar que metales valiosos acaben en el vertedero.
No, las hormigas no pueden predecir el final de la sequíaUn método de supuesta predicción del tiempo ancestral que no tiene nada de científico se ha extendido en los últimos años. Se trata de las cabañuelas, que usaban los pastores cuando no existían ni la física atmosférica ni los satélites. Consiste en observar ciertos parámetros del tiempo ―como la temperatura, la forma de las nubes y la dirección del viento― y algunos comportamientos animales ―como el vuelo de las aves, la presencia de hormigas aladas y el orejeo de las mulas― durante los primeros 12 días de agosto en España ―enero en Latinoamérica―, que se consideran de ida, y los 12 siguientes, de vuelta. Sus resultados se proyectan a los 12 meses del año y son muy abstractos y locales.
Este método ha alcanzado una gran visibilidad gracias al espacio que conceden muchos medios de comunicación a Jorge Rey, un joven de 16 años al que presentan como meteorólogo sin, obviamente, serlo. Rey es un aficionado que aprendió las cabañuelas de un pastor de su pueblo, Monasterio de Rodilla (Burgos), y que las combina con los pronósticos de los modelos meteorológicos. Se le atribuye, falsamente, el hito de haber predicho Filomena, y todos los años insiste en que habrá una nueva Filomena, aunque nunca llega. A pesar de ello, es entrevistado habitualmente en radios, televisiones y periódicos.
El chico tiene 65.400 seguidores en Instagram; Aemet (Agencia Estatal de Meteorología), 22.300. Los verdaderos expertos subrayan una y otra vez que este sistema es una mentira. “Es una tradición folclórica que no tiene rigor ni validez, el horóscopo de la meteorología”, dice Beatriz Hervella, de Aemet. “Es como predecir el final de la guerra de Ucrania con los posos del té”, ejemplifica el portavoz, Rubén del Campo, mientras que el experto en supercomputación aplicada a la meteorología Daniel Santos Muñoz lo compara “con la marmota Phil de Pensilvania, el pulpo Paul de la Eurocopa, la homeopatía o el tarot”.
Periódicamente y desde hace años, las teorías sobre las estelas inundan las redes. Es, quizás, una de las conspiraciones más populares, tal vez porque solo hace falta mirar al cielo para ver ese rastro que dejan los aviones. Pero esas estelas no son la prueba de que se esté fumigando con productos químicos a la población. Y tampoco son la prueba de que se esté evitando la lluvia con geoingeniería. Esta última mentira es la que se replicó durante abril y mayo, cuando la falta de lluvias fue muy pronunciada en la Península debido a los anticiclones que bloqueaban la llegada de precipitaciones. Esta conspiración saltó, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, a la Fiscalía de Medio Ambiente, donde se presentaron decenas de denuncias (que no son admitidas). Un informe del Ministerio Público aclara que esas estelas no son más que "nubes de hielo" y no existe ningún plan secreto para bloquear la lluvia en España.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lleva años negando también ese supuesto plan secreto de geoingeniería. En este documento de preguntas y respuestas detalla que “las estelas de condensación son nubes de hielo, en forma de largas líneas, que surgen en ocasiones al paso de un avión, por condensación del vapor de agua contenido en las emisiones de los motores”. “Las estelas en sí, son simples nubes de hielo, que no pueden envenenarnos”, concluye Aemet en ese texto.
No, no se están tirando cientos de presas que podrían almacenar aguaEste es un bulo que cobra una dimensión especial al lanzarse en el contexto de una prolongada sequía en España: el Gobierno está tirando cientos de presas y ahora dicen que falta agua. No, no es cierto, la realidad es que la capacidad de almacenamiento de reservas hídricas en España es hoy mayor que hace unos años, no tanto porque se hayan construido más embalses sino por alguna obra de recrecimiento (ampliación) de los existentes. Hoy en día, hay infraestructuras para almacenar 56.069 hectómetros cúbicos de agua, un 1% más que hace 10 años.
¿Entonces por qué la organización Dam Removal Europe considera a España como el país europeo líder en la demolición de este tipo de construcciones? Lo cierto es que sí se están retirando cientos de obstáculos que cortan las corrientes fluviales en el país, pero se trata mayoritariamente de azudes (construcciones de mucho menor tamaño que las presas para derivar agua de los ríos) y otras barreras pequeñas que han quedado en desuso.
También hay presas obsoletas que merece la pena eliminar de los ríos por no cumplir ya su función o no compensar los costes de mantenimiento para que no se vuelvan un peligro. Sin embargo, como explicamos en este especial sobre la retirada de barreras artificiales que fragmentan los ríos de todo el continente, del más de un millón de obstáculos que el proyecto Amber estimó en 2020 que había en las corrientes fluviales de Europa, dos terceras partes tienen menos de dos metros de altura. Y, según Carlos García de Leaniz, el investigador principal de esta iniciativa europea, una de cada cuatro barreras de los ríos está fuera de uso. Tirarlas no tienen ninguna incidencia en las reservas de agua y resulta muy positivo para recuperar los ríos.
Recordatorio para el futuro: tampoco sirve de gran cosa tener muchos embalses, si luego se quedan vacíos (como ocurre en la imagen de arriba, con el de Sierra Boyera, en Córdoba).
No, la ciudad de los 15 minutos no implica encerrar a la gente en su barrioLa ciudad de los 15 minutos es un modelo que pretende reorganizar las urbes para intentar que cada persona tenga cerca todo lo que necesita en su día a día (servicios públicos, colegios, tiendas, parques…) y más facilidades para caminar y moverse en bici. Una idea, en principio amable, que ha generado miles de bulos, espoleados por cuentas de ultraderecha.
La mecha prendió con críticas a los cortes de tráfico en calles de varias urbes anglosajonas (pues para facilitar la movilidad sostenible hay que quitar espacio al coche), y fueron subiendo de nivel: primero, que la ciudad de los 15 minutos supone cerrar calles al tráfico y esto quita libertad de movimiento (lo cual es falso, pues hay muchas formas de moverse en las urbes). Después, que es un plan para encerrar a la población en su barrio; más adelante, que consiste en prohibir los coches, fraccionar las ciudades en guetos identitarios y controlar las emisiones de carbono de cada ciudadano mientras los poderosos siguen viajando en jets privados. Por último, que es un plan para encerrar a la población en su barrio, cosa que no solo no es cierta, sino que da la vuelta a la realidad: de hecho, hay muchos nuevos barrios donde no hay servicios ni tiendas y se fía todo al coche, quitando la libertad a quien no conduce.
Carlos Moreno, el profesor creador del concepto, les responde: “Es un delirio decir que vamos a encerrar a los ciudadanos en su barrio. La ciudad de los 15 minutos es lo contrario, que puedas moverte libremente por tu barrio a pie o en bici, y luego por toda la ciudad en bici o transporte público, que es el medio para conectar los barrios”.
Aquí se puede saber más sobre la ciudad de los 15 minutos y sus bulos.
¿Qué significa que para producir un kilo de carne hacen falta 15.000 litros de agua?Mensaje en Twitter de este sábado 10 de junio: "El bulo de los 15.000 litros para producir 1 kilo de carne de ternera parece que ha triunfado. Se repite en cualquier conversación que implique crítica a la ganadería. Verás cuando se enteren de que esa agua de lluvia cae en los campos con vacas o sin ellas". Resulta cierto que se tiende a interpretar mal las mediciones de la huella hídrica, pero lo que dice este tuit es también una verdad a medias. Cuando se utiliza esta metodología creada por el holandés Arjen Hoekstra para calcular cuántos litros de agua se necesitan para producir un determinado alimento hay que tener muy en cuenta que el cálculo incluye tanto el riego como la lluvia. En el caso de la carne, la mayor parte del agua estimada está relacionada con el riego o la lluvia que han hecho falta para producir a su vez el alimento que ha comido la vaca (por eso es una cantidad muy alta). Ahora bien, la importancia real de la huella hídrica depende de dónde se produzca. Si el ganado se ha alimentado de pastos en un lugar lluvioso, efectivamente, lo que se está contabilizando es agua de lluvia que caerá con vacas o sin ellas. Pero si el animal ha sido criado en una región seca, en un momento de sequía o con alimentos que han requerido de mucho riego entonces su impacto es muy distinto. Por ello, al referirse a un cálculo realizado con esta metodología resulta clave saber dónde se produce ese alimento y qué proporción de agua de riego o lluvia se ha utilizado allí.
Esta herramienta de medición resulta muy interesante, pero debe utilizarse con cautela. Este post advertía de los errores de interpretación de la huella hídrica hace ya más de 10 años, pero sigue siendo válido para entender mejor la metodología: Los 1.216 litros de agua de una pizza margarita.
No, la tuberculosis bovina no es un bulo para favorecer la entrada de carne de MarruecosEntre los bulos más recientes hay uno que dice que la tuberculosis bovina que tanto revuelo ha levantado estos días en Castilla y León es mentira y forma parte de un plan para favorecer la entrada de carne de Marruecos. Entre aquellos que rechazan las restricciones de movimientos de ganado debido a esta enfermedad ha surgido el argumento de que los controles europeos para evitar la extensión de la tuberculosis bovina son en realidad una forma de aumentar la importación de carne del país del norte de África. Esto no es así, primero porque se trata de una enfermedad muy seria que puede tener un enorme impacto en la ganadería. Y segundo, porque la legislación establece que no se pueden mover animales vivos si se han dado casos de tuberculosis bovina, pero sí que permite vender la carne.
Es muy complicado que la enfermedad salte a los humanos a través de la alimentación así que la carne puede ser consumida tras pasar los controles pertinentes en el matadero. "Es perfectamente apta, siempre que así lo indiquen los veterinarios”, explica Joaquín Gargallo, responsable de vacuno de carne de la organización COAG. No existe ningún veto comercial en ese aspecto, que facilitase la entrada de carne de otros países. En cambio, lo que sí puede darse es el efecto contrario: un veto a la venta de animales vivos de España a otros países, incluso de zonas sin riesgo, por la desconfianza generada si no se realizan de forma adecuada estos controles en el país.
Sí, el ser humano es el principal responsable del cambio climáticoLos bulos negacionistas del cambio climático van evolucionando. Desde negar la evidencia sobre el calentamiento del planeta (con argumentos como que siempre ha hecho este calor cuando se produce un episodio de altas temperaturas) hasta rechazar que sea el ser humano el principal responsable de esta crisis. Uno de los bulos más extendidos se resume así: siempre han existido cambios climáticos y el actual no es responsabilidad del ser humano. La primera parte es cierta, la segunda no. Efectivamente, en el pasado se han producido cambios climáticos que han enfriado o calentado el planeta. Pero la diferencia en el caso del actual es que el responsable es el ser humano debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que genera su actividad (fundamentalmente, por la quema de los combustibles fósiles).
La ciencia es clara y miles de artículos respaldan que el hombre es el principal responsable. La última gran revisión realizada por el IPCC (el panel internacional de expertos que analiza toda la literatura científica para sentar las bases sobre el cambio climático) fue tajante al afirmar que es “inequívoco” que el ser humano y sus actividades han “calentado la atmósfera, el océano y la tierra”. Y esto ha generado cambios “generalizados y rápidos en la atmósfera, el océano, la criosfera y la biosfera”. Sus conclusiones son ratificadas por los casi 200 países (prácticamente, todos los del mundo) que participan en las negociaciones climáticas. Y, aunque pueda parecer novedoso, desde hace décadas existe ese consenso internacional sobre este asunto, aunque se intenten sembrar dudas. La todavía vigente Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, de 1992, reconocía de partida que “las actividades humanas han ido aumentando sustancialmente las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera” y “ese aumento intensifica el efecto invernadero natural”, lo que dará “como resultado, en promedio, un calentamiento adicional de la superficie y la atmósfera”. Y ese calentamiento ya ha ocurrido.
Aquí puede conocer más sobre el cambio climático, sus causas y sus efectos.
Aseguran que la cámara adora a determinadas actrices y actores, les mima, resalta su belleza natural, es decisiva para que los espectadores queden fascinados cuando esta les enfoca. Yo creo que, aunque la cámara les tuviera manía, sería misión imposible que tratara de afearles, ningunearles, restarles protagonismo. Su imagen llena la pantalla, son la encarnación de la belleza, es imposible dejar de mirarles, aunque figuren en segundo plano. No necesitan gran talento expresivo, aunque la mayoría lo posean. La naturaleza les concedió esos rostros y físicos excepcionales. Poseen imán, seducción, armonía, sensualidad. Y provocan turbación, deseo, ardor, amor. También esas sensaciones que la Santa Madre Iglesia aconsejaba confesar y hacer penitencia después. Benditas sean. Acaba de morir una de ellas. Se llamaba Claudia Cardinale. Le debo muchas cosas gozosas, pensamientos impuros, la constatación de que te puedes enamorar de alguien al que solo has visto en la pantalla, de un sueño tan carnal como real, de un luminoso objeto del deseo.
Alta, de paso decidido y porte elegante. Así se presenta Jessica Julmy (Chicago, 40 años), que acaba llegar a Valbuena de Duero (Valladolid) para asumir la dirección general de Tempos Vega Sicilia. Desde hace cinco semanas lidera el grupo bodeguero, un mapa vinícola que abarca Vega Sicilia y Alión (Ribera del Duero), Pintia (Toro), Oremus (Tokaj, Hungría), Benjamin de Rothschild & Vega Sicilia Macán (Rioja) y Deiva, su proyecto más reciente en Rías Baixas.
Y no estoy hablando de gustarnos por fuera, que daría para otro texto. Escribo hoy de la imposibilidad de gustarse a uno mismo éticamente hablando. De que no se puede estar a bien con una sin hacer lo suficiente por frenar el genocidio, por detener la guerra, sin llevar una bolsa de tela a la frutería en vez de coger el maldito plástico que devorará los océanos, sin usar un lenguaje que no hiera a nadie (si es que tal cosa es posible), sin reconocer que algunos de nuestros privilegios dañan de forma irreparable otras vidas y hacer algo al respecto. Creí que no todo el mundo padecía esta angustia moral que a menudo me consume, pero después de leer a Clare Pollard he llegado a la conclusión de que es un síntoma de lo peor de nuestro tiempo, vulgar y peligroso. Lo de no gustarnos no solo nos daña íntimamente sino que podría estropearlo todo, aún más. “Si ser una buena persona es no dañar a otros, vivo en un sistema que ha hecho de la bondad algo imposible”, escribe Pollard en su brillante primera novela, Delfos (Caja Negra). La leí en agosto, en un viaje a Grecia, y llevo rumiando sus sentencias oraculares desde entonces, como si Pollard fuera una pitia escritora elegida por Apolo para descifrar nuestro futuro.
“Tu aislamiento por solo un euro y sin pago por adelantado”; “Última llamada para aislar tu ático por un euro con ayudas del Estado”; “La Unión Europea aísla tu buhardilla por un euro”; “Aislamiento 100% subvencionado en España si cumples los requisitos”. Son algunos de los anuncios que han inundado las redes sociales y los buscadores como Google.
El pasado 13 de agosto, David Ellison reunió a su equipo directivo en el estudio de Paramount Pictures en Los Ángeles. Acababa de hacerse con el control de la compañía y daba comienzo una nueva era para este estudio con 113 años de historia. “Una de nuestras mayores prioridades es convertir de nuevo a Paramount en el destino número uno para los artistas y cineastas más talentosos del mundo”, dijo en la rueda de prensa posterior al encuentro del consejo. Durante una hora, el nuevo magnate de Hollywood fue esquivando como pudo preguntas sobre su relación con el presidente. Donald Trump, mientras elogiaba a CBS News y presumía de grandes planes para producir más películas de Star Trek y Transformers.
Segun Fundéu —el buscador de dudas de la RAE—, el término “cuñadismo” se usa en España “para referirse a la tendencia a opinar sobre cualquier asunto, queriendo ser más listo que los demás”, y el “cuñado” es “quien aparenta saber de todo, habla sin saber, pero imponiendo su opinión, o se esfuerza por mostrar a los demás lo bien que hace las cosas”. Sí: quien más, quien menos lleva un pequeño cuñado dentro, que reprime como puede (o no); pero ¿acaso no son esas palabras un retrato robot exactísimo de un tipo a quien todos conocemos muy bien, porque lo vemos a diario?
A estas alturas del año —escribo este texto a mediados de septiembre— ya se habrá esfumado ese amigo que aparece sin avisar cada verano, cuando sus rutinas se diluyen y su red primaria, esas cinco personas que según los científicos forman el círculo más cercano, se ha marchado de la ciudad. Alguna vez fue un amigo, pero ahora es un ente estacional que aparece en las celebraciones y fiestas de guardar y luego desaparece. Llamémosle amigo zombi por su capacidad de resucitar dos veces al año. Su comportamiento es un patrón. A pesar de eso, siempre sorprende y uno se pregunta si quizá en su próxima resurrección el zombi debería encontrar algunas puertas cerradas o, al menos, un poco entornadas.
Aunque sobre Picasso todo se cree dicho y consabido, el también artista Rogelio López Cuenca (1959, Nerja, Málaga) se enteró de unas cuantas cosas llamativas cuando, hace casi un cuarto de siglo, comenzó su investigación sobre lo que él llama “la picassización de Málaga”. “Fue en los años previos a la inauguración del Museo Picasso, que tuvo lugar en 2003”, recuerda. “Descubrí que la primera placa en la supuesta casa natal de Picasso se colocó en 1961, con motivo del 300 aniversario de la muerte de Velázquez [la placa reza “recuerdo del IV Congreso de Cooperación Intelectual celebrado en honor de Velázquez”], y que lo hizo el Instituto de Cultura Hispánica, que entonces dirigía nada menos que Blas Piñar, quien después crearía el partido ultraderechista Fuerza Nueva. Ya entonces se había empezado a disputar el capital simbólico de la marca Picasso a las vanguardias y al partido comunista, para vincularlo ante todo a lo español”.
Cuando el Tribunal Supremo de Brasil condenó al expresidente Jair Messias Bolsonaro por intento de golpe de Estado, quedaba aún lo que aquí llaman la dosimetría: decidir los años de reclusión. Quien quiso asistió en directo a la negociación entre los cinco jueces porque las deliberaciones son televisadas. Sus señorías protagonizaron un debate que en la mayoría de los países es a puerta cerrada. Aquello recordaba a un bazar. La negociación entre los togados permitió vislumbrar el hilo que une tres asuntos a primera vista tan inconexos como la condena de Bolsonaro, el debate sobre si algunas importantes partidas presupuestarias deben seguir indexadas al salario mínimo y el exitoso sistema de pagos instantáneos creado por el Banco Central, que se llama Pix.
Desde el comienzo del año, los analistas han apostado por los mercados europeos frente a las Bolsas estadounidenses. Uno de los motivos más utilizados era que las plazas del Viejo Continente ofrecían valoraciones más atractivas frente a Wall Street. Y en buena medida, esto se ha reflejado en los índices. La Bolsa española -paradójicamente de moda- lidera las ganancias con una subida del 31%, el EuroStoxx 50 se apunta un alza del casi el 12%, destacando Portugal, Italia y Austria con subidas por encima del 20%.
Las aves y los aviones no solo tienen en común la capacidad de volar, también avistarlos y fotografiar sus respectivos vuelos es la afición de muchas personas. Para hacerlo existen miradores situados en lugares estratégicos. Sitios de paso, como lo son el Estrecho de Gibraltar y los alrededores del aeropuerto de Málaga, por citar dos ejemplos. Entre Sotogrande y Tarifa, en la provincia de Cádiz, se concentran varios entornos verdes y acuáticos: la reserva natural del Guadalquitón y los parques naturales de Los Alcornocales y del Estrecho. En cada uno de ellos se puede pasear, montar en bicicleta y avistar diferentes especies de aves durante su largo vuelo migratorio, que les lleva desde el norte de Europa hasta África. Un vuelo que realizan para buscar los recursos que les hacen falta para subsistir y que les lleva hasta la zona del Sahel, entre el desierto del Sáhara y la sabana. Algunas aves llegan hasta Sudáfrica, como las golondrinas y las cigüeñas. La distancia media que recorren es de unos 4.000 kilómetros.
Guía prácticaEn la zona de influencia del Estrecho es más fácil ver a alguna especie rara de ave, o a un corzo o a un ciervo o a un zorro, que un hotel. Los pocos que hay están escondidos, como el resort SO/ Sotogrande, equipado con un campo de golf, cuatro restaurantes, Kids Club, spa, gimnasio, pequeño anfiteatro para espectáculos (aforo de 200 personas) y tres piscinas (una de niños y dos de adultos). El resort, en colaboración con la empresa Eco&Bike —su centro de operaciones está en Estepona, en la vecina provincia de Málaga—, facilita a los huéspedes salidas guiadas en bicicleta de montaña eléctrica por los parques naturales de Los Alcornocales y del Estrecho.
Para el avistamiento de aves lo más conveniente es contactar con la Fundación Migres, organización sin ánimo de lucro creada en 2003 con el objetivo de profundizar desde el punto de vista científico y divulgativo en el fenómeno migratorio de las aves y el cambio climático, promoviendo sus opciones como elemento generador de riqueza en el Campo de Gibraltar.
“Cuando nadie te da la oportunidad hay que saber apostar por una misma”. Esa es una de las máximas de Ana Brito (Madrid, 35 años). Dejó su trabajo en una productora en el peor momento, cuando el mundo se paró por la pandemia. Y en casa, sin tener nada que hacer y nada que perder, creó El show de Briten. Es su cuenta de Instagram, con más de medio millón de seguidores, en la que retrata la vida tamizada por el filtro de la comedia. Llega a la cafetería en moto y con un bolso de Loewe burdeos colgado del brazo. “Puedo vestir bien y ser divertida. Ser divertida y empresaria. Y ser empresaria y tener un lado místico e introspectivo”, reconoce. De esto último tiene más de lo que parece. Y considera, eso sí, que como el nombre de su podcast con Xuso Jones—, poco se habla de la depresión posparto, de las heridas de la infancia y de la necesidad de que las redes sociales sean un poquito más de verdad.
Se acaba de estrenar La casa Guinness, una serie de época con herencias, intrigas familiares y un escenario tan icónico como su cerveza. Pero mientras los personajes se pelean por el legado, hay otro misterio que merece su propia historia: la espuma perfecta de Guinness.
Los iPhone 17 han superado las expectativas de Apple: la compañía ha pedido a sus proveedores aumentar la producción ante la alta demanda. Entre los cuatro modelos disponibles, los que año tras año suelen liderar las ventas son el modelo base y el más ambicioso de la familia. EL PAÍS ha probado durante una semana ese último, el iPhone 17 Pro Max, que aspira a plantar cara a los topes de gama de gigantes como Samsung, Xiaomi y Google. Estos son los pros y los contras del móvil más potente y de mayor tamaño de Apple.
Durante más de 100 años, los osos de peluche han ocupado un lugar privilegiado en las cunas y el corazón de los niños. Pero no en los laboratorios científicos ni en la mente de los ecólogos. Hasta ahora. Un artículo publicado en la revista científica Bioscience asegura que este objeto podría ser mucho más que un juguete. Los peluches desempeñan un papel fundamental en nuestra concepción temprana de la naturaleza, moldeando potencialmente la forma en que interactuamos con ella a lo largo de nuestras vidas. Por ello, el estudio sugiere que realizar un cambio de look al popular juguete podría mejorar este efecto. Los ositos de peluche, dicen, son demasiado monos para representar un animal salvaje.
¿Por qué existimos? Podríamos pensar que esta es una pregunta tan básica, con tanta carga filosófica y religiosa, que hacérsela no es científico. O podemos pensar que es tan difícil de contestar que para la ciencia no puede ser posible dar una respuesta. Como científico, y eso me puede estar sesgando, creo —este es un verbo poco científico— que la ciencia puede contestar cualquier pregunta, si bien la respuesta puede —y suele— implicar romper el problema en distintos aspectos, en átomos de conocimiento, más numerosos cuanto más fundamental y difícil es la pregunta original.