“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“¿Puede realmente documentarse el dolor?”. La pregunta se la lanza la madre del cineasta palestino Ala Damo en una punzante conversación capturada en su último documental Gaza a los Oscar (2025), en el que el director plasma su experiencia personal mientras insiste en filmar la lucha diaria por sobrevivir en Gaza en medio de la guerra, los destierros y el asedio de Israel.
Mientras los turistas y amantes del arte transitan las salas del Museo del Prado con los ojos revoloteando entre suntuosas pinturas barrocas e insólitos frescos medievales, admirando los cuerpos esbeltos de las esculturas neoclásicas o justipreciando las vasijas y cálices que conforman los tesoros de antiguos monarcas, la mirada omnipresente de Mohamed el Morabet (Alhucemas, 42 años) los escruta a ellos, a los visitantes. Apostado en la pinacoteca en turnos de mañana o tarde, el vigilante va rotando entre salas al unísono con el resto de sus decenas de compañeros, expuesto a cada paso a una nueva maravilla cambiante.
Henri Matisse (Le Cateau-Cambrésis, 1869 - Niza, 1954) se autorretrató en cuatro ocasiones. En 1900, con 31 años, se pintó sobre un fondo oscuro en el que los colores se imponían casi con violencia. Su pelo es de color violeta, los hombros van coronados de verde, para el mentón y su chaqueta eligió el rojo teja. Entre los contornos del rostro, marcados en marrón, sobresale una luz fantasmal que parte de unos ojos cubiertos con gafas de miope. La espectacular tela sirve de arranque del recorrido por Chez Matisse. El legado de una nueva pintura, la singular exposición que desde hoy martes se puede ver en Caixaforum Madrid, hasta el 22 de febrero y desde el 26 de marzo hasta el 16 de agosto en Barcelona. Alrededor de un centenar de obras (46 de Matisse y 49 de otros artistas) dan cuenta del genio que, junto a Picasso, fue el artista más grande de su época.
Hay consenso en los mentideros teatrales españoles: este es el año de Victoria Szpunberg. La racha de la dramaturga y directora catalana empezó en marzo con el estreno de su obra Vulcano en el Centro Dramático Nacional, con puesta en escena de Andrea Jiménez. Continuó en abril con el exitazo de La tercera fuga, que dirigió ella misma en el Teatre Nacional de Catalunya. Y culminó en septiembre con el Premio Nacional de Literatura Dramática para L’imperatiu categòric (El imperativo categórico), que ya se había llevado la bendición de público y crítica la temporada pasada en el Lliure de Barcelona y que este jueves se presenta en castellano en el Teatro de la Abadía de Madrid, también con dirección propia y el mismo reparto (Àgata Roca y Xavi Sáez). Estreno que coincide, además, con la publicación del texto en esta lengua en el sello Punto de Vista, tras la edición catalana de Arola. “Pero yo llevo mucho tiempo trabajando, ¡eh!”, recuerda nada más empezar la entrevista, por si acaso alguien la confunde con una estrella fugaz.
“Soy una figura inglesa problemática”, afirma sir John Akomfrah (Acra, 68 años), artista visual. “Nací y crecí en Ghana, dentro de una burbuja optimista y cosmopolita, y en 1966 empezó el exilio. He vivido en el Reino Unido durante la mayor parte de mi vida, pero al mismo tiempo me han influido artistas y escritos de muchos lugares, en especial del Caribe”.
Rui Couceiro (Oporto, 41 años) ha tenido varias vidas y algunas fijaciones. Ya fuera en sus días de jugador de voleibol o de editor, siempre se interesó por los narradores viejos. Una atracción recíproca, hay que añadir. Al final del almuerzo que siguió a la entrevista con el escritor portugués, a pocos metros de la misma playa de Espinho donde se hartó de jugar voleibol en la juventud, un hombre de más de noventa años se acercó y pidió permiso para sentarse a la mesa. Había escuchado sus reflexiones críticas sobre Portugal y las compartía plenamente. Dicho esto se presentó como Joaquim Domingos Capela, lutier, antiguo profesor universitario de Ingeniería y miembro de la saga familiar que ha construido violines para músicos como Rostropóvich o Yehudi Menuhin.
Se acaba de aprobar in extremis en el Congreso la Ley de Movilidad Sostenible (ya veremos que sucede en el Senado). Su contenido es un conjunto de buenas y ambiciosas intenciones, pero parece un suflé que, sin el compromiso político de las distintas administraciones, puede desinflarse y quedar en unas millonarias inversiones de fondos europeos que no redunden en un cambio decisivo en la movilidad, sobre todo en la movilidad urbana.
Un día los libros se escribirán solos. Serán atractivos, con el culo respigón, frases bien redondas, con delantera, justo lo necesario para atrapar, para cautivar. Libros de los fáciles, culebrones, respingones, de los que se puedan leer de un tirón, donde no hay que tropezar sobre palabras viejunas, de esas que se han quedado jubiladas y que ya nadie sabe qué hacer con ellas, ni en qué rincón esconderlas para que no molesten.
El Centro, la serie sobre un grupo de funcionarios del Centro Nacional de Inteligencia, el CNI, plantea varias cuestiones: en primer lugar, trata de un sector del Estado tradicionalmente opaco, suponemos que como tiene que ser. Al fin y al cabo, hablamos de servicios secretos. En segundo lugar que la ignorancia del que suscribe se demuestra al desconocer a la mayor parte de sus actores, salvo excepciones como los estupendos Juan Diego Botto y Tristán Ulloa, sólidos en sus interpretaciones y muy bien arropados por Elena Martín Gimeno, Elisabet Casanovas, Israel Elejalde y Clara Segura, entre otros. En tercer lugar, que la serie de seis capítulos en su primera temporada y que exhibe Movistar Plus+, creada por David Moreno y dirigida por David Ulloa, no rehúye el escándalo interno con la traición de alguno de sus empleados al vender valiosas informaciones a una potencia extranjera, Rusia en este caso, lo que nos habla de una cierta honradez institucional, pues El Centro se ideó con la ayuda del propio CNI.
El último brote de cólera en el Reino Unido fue en 1866; en los Estados Unidos no se ha registrado un brote desde 1911.
A pesar del reinado de la freidora de aire en la cocina, las ollas y sartenes siguen siendo los utensilios más recurridos para diferentes tipos de preparaciones. Freír un buen filete o hacer aquella sopa que no puede faltar en la temporada invernal, son algunas de las cocciones que casi siempre nos llevan a usar la vitrocerámica.
Mi corazón acelerado no impidió que abriera con decisión la puerta del cementerio de Pomuch. Quería documentar una de las costumbres más singulares del Día de Muertos de México. Caminé unos pasos, y al asomarme a un nicho vi una pequeña caja que contenía un cráneo y varios huesos. “Ese señor es don Pedro, un artesano que murió hace 10 años”, me dijo con naturalidad el guardia del lugar.
En España, el horario más habitual de entrada a trabajos, colegios e institutos se sitúa entre las ocho y las nueve de la mañana. En ese intervalo, cuando nos encontramos en el denostado horario de invierno, acaba de amanecer, y a veces ni eso. Es decir, que un porcentaje importante de la población se levanta aún de noche entre los meses de octubre y marzo. Y muchos de ellos salen de trabajar o terminan las actividades extraescolares también de noche.
Los pequeños inversores están de enhorabuena. La remuneración al accionista, una de las señas de identidad de la Bolsa española, vuelve a brillar con fuerza. Tras años de prudencia, el dividendo recupera protagonismo impulsado por el exceso de capital bancario, los beneficios récord, las desinversiones y el retorno al pago de grupos como Grifols e IAG. Según el consenso de FactSet, las compañías del Ibex 35 distribuirán más de 35.500 millones en 2025 y superarán los 42.000 millones en 2026, un 31% más que los 32.200 millones abonados en 2024. La tendencia ya empieza a vislumbrarse. En los nueve primeros meses de 2025, las empresas del selectivo repartieron 29.213 millones, un 10,5% más que un año antes.
A primera vista, la Albufera de Valencia parece un espejo inmóvil. El agua refleja los cañares y las garzas que la sobrevuelan, apenas se agita. Bajo esa calma, sin embargo, se esconde un territorio en perpetuo cambio, marcado por el ciclo del arroz. Siembra en primavera, verde intenso en verano y dorado en otoño, el momento perfecto para su recolección. Es aquí donde se cultivan las variedades que han definido la cocina valenciana durante generaciones: Sénia, Bomba y Albufera.
Xosé Santiso coge el teléfono a las dos del mediodía. No ha comido y no lo hará hasta las cinco o las seis de la tarde. “Como una vez al día y para mí es un ritual de desconexión: me gusta el proceso de prepararla, de pasar por la huerta y buscar los alimentos que voy a cocinar, y de pensar en el disfrute que me proporciona”. Es hijo de un restaurador y músico que tuvo una idea de éxito: en 1996 quiso crear un espacio para poner en valor las tradiciones gallegas a través de la música “y la hostelería era el medio perfecto para conseguir esto”.
Las eléctricas admiten al Gobierno que las centrales nucleares no están preparadas para realizar un control dinámico de tensión. Se trata de una exigencia propuesta por Red Eléctrica en la batería de medidas para contribuir a la estabilidad del sistema eléctrico y evitar así un posible apagón como el ocurrido el pasado 28 de abril.
La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) de anular la construcción de dos aparcamientos junto al estadio Santiago Bernabéu deja al Real Madrid, adjudicatario de la concesión de los mismos por parte del Ayuntamiento de la capital y encargado de su construcción, con una importante cantidad económica ya invertida en las obras.
La entrada de Indra en el negocio de las plataformas terrestres militares la ha convertido en un enemigo íntimo de GDELS (la filial europea de General Dynamics, dueña de la española Santa Bárbara), pero ambas compañías están hablando. Según confirman desde la tecnológica presidida por Ángel Escribano a este periódico, “Indra está estudiando la propuesta” que la empresa de capital estadounidense le envió la semana pasada para colaborar en el desarrollo y fabricación de los futuros lanzapuentes y artillería móvil del Ejército de Tierra que el Gobierno le adjudicó a la tecnológica.
Indra se acerca a los 9.000 millones de cotizaciónEl año está siendo espectacular para Indra en Bolsa, que se ha revalorizado un 186%, por encima de los 8.500 millones, unos 49,22 euros por acción al cierre de la sesión del martes. La compañía, que solo en el último mes ha crecido más de un 25% siendo de largo el valor que mejor comportamiento está teniendo en el Ibex 35, presentará los resultados del tercer trimestre este jueves. En la presentación de su plan estratégico el año pasado, la tecnológica se puso como objetivo facturar 6.000 millones en 2026 y alcanzar los 10.000 en 2030.