“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
El proceso judicial iniciado esta semana contra ocho hombres y dos mujeres en un tribunal de París acusados de ciberacoso a Brigitte Macron, la esposa del presidente francés Emmanuel Macron, es una buena muestra de hasta dónde ha llegado el envilecimiento y el poder de la desinformación en las redes sociales, donde cualquier ciudadano, independientemente de su posición, puede ser objetivo de una despiadada campaña de destrucción personal basada en premisas absolutamente disparatadas.
Las faldas lenceras siguen presentes en todas partes. En TikTok van en bucle los vídeos emulando el look en su versión neoyorquina (concretamente el número 3 de la colección de verano de The Row, esa marca exclusiva hasta para la clase alta): pantalones holgados, vestido lencero por encima, jersey de cashmere y chanclas.
Todos los protagonistas están preparados. Tanto el compareciente, Pedro Sánchez, como los senadores que le van a interrogar en una sesión de casi cinco horas este jueves, en una comisión de investigación, han trabajado a conciencia una jornada muy relevante y de final incierto, en la que todos se juegan mucho. En especial el PP, que ha forzado esta comparecencia y necesita un triunfo claro, y el propio presidente, que hasta ahora nunca ha entrado al detalle de los casos que afectan a su familia y tiene preparado, según fuentes del Ejecutivo, un gran detalle de datos y argumentos para “desmontar bulos”, según estas fuentes.
El portazo de Junts per Catalunya a las relaciones con el PSOE busca abrir una ventana de oportunidad en Cataluña. El partido que preside Carles Puigdemont responsabiliza a los socialistas y a sus “incumplimientos” del fin de los tratos entre las dos partes, pero la dirección admite que ni que viniera una catarata de concesiones se plantearía dar marcha atrás y retomar las conversaciones con Pedro Sánchez. Detrás de esa confrontación anida la voluntad de Junts de resituarse en Cataluña para no perder el paso electoral. Los nacionalistas asumen que, de la mano del PSOE en el Congreso, no pueden hacer oposición al PSC de Salvador Illa, ni tienen manos libres para atacar a ERC por sus vínculos con los socialistas. Además, con su movimiento de divorcio Junts espera poder desacreditar las críticas que le lanza la fuerza de ultraderecha Aliança Catalana por ejercer un independentismo light y por su incapacidad, pese a los tratos que ha tenido con el Gobierno, para aplicar medidas contra la multirreincidencia o las ocupaciones de viviendas.
Sentimiento de abandono, resignación, nostalgia, explicaciones y algún mea culpa. Juan Carlos de Borbón, rey de España entre 1975 y 2014, está de promoción de sus polémicas memorias en Francia, mientras está de visita en España. El rey emérito ha dado este martes y miércoles entrevistas a varios medios franceses a pocos días de la publicación, el 5 de noviembre, de Reconciliacion, el libro de memorias que lleva años escribiendo en Abu Dabi junto a la escritora Laurence Debray. El rey emérito aterriza este miércoles en Vitoria para luego ir a Lisboa y de ahí a Vigo, desde donde se trasladará, como es habitual, a Sanxenxo para participar en unas regatas.
Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana, será lo que sea: mentiroso, negligente, cobarde, incapaz, irresponsable. Un inútil con pintas, para unos. Un psicópata sin alma, para otros. Un cadáver político, para todos. Pero nadie puede negar que es un caballero español desde la punta de los mocasines a ese tupé que seguro requiere de un repaso quincenal de su peluquero para mantener su rollo de canallita sin pasarse. Uno de esos tipos que se visten por los pies, saludan por su nombre a los camareros, palmean la espalda a los señores y piropean a las señoras: ese es nuestro hombre. Niño bien alicantino de 51 años, ya llevaba lustros acostumbrado a que le hicieran la pelota a base de bien por ser él quien era, de gerente de la Cámara de Comercio a presidente de la Diputación de Alicante, antes de llegar a president de la Generalitat y alcanzar el nirvana de cierto tipo de gerifalte valenciano: ir de conciliábulo en conciliábulo y de mascletá en mascletá rodeado de belleas del foc y falleras mayores. Con esa escuela y ese currículo, cómo iba a permitir Mazón que Maribel Vilaplana, la bella periodista a la que había citado la mismísima tarde de la dana, se fuera sola al parking después de una comida de cuatro horas, si, total, eran dos minutos acompañarla a la puerta. Seguro que, de haberlo sabido, como hubiera debido saberlo, el hecho de que, a esas horas, su consellera de Emergencias, Salomé Pradas, se limitara a ir apuntando con cara de alucinada en un folio lo que le iban diciendo los técnicos del gabinete de crisis, sin atreverse a decidir nada hasta que fue demasiado tarde mientras fuera se ahogaban 229 paisanos, le hubiera parecido secundario. Lo primero es lo primero. Y el jefe es el jefe.
Me encantan las películas de robos, con esos planes enrevesadísimos para los que hacen falta expertos hiperespecializados: alarmas, explosivos, un ingeniero de minas para el túnel… Pero la realidad suele ser mucho más simple y, a veces, más divertida.
En Andalucía, miles de pruebas diagnósticas ―ecografías, resonancias magnéticas y TAC― solicitadas por los médicos de atención primaria para sus pacientes son rechazadas en al menos cuatro provincias, sin que ni los facultativos ni los enfermos lo sepan durante semanas o meses. La consecuencia de estas negativas, derivadas del intento del Gobierno andaluz (PP) de limpiar el enorme atasco de las listas de espera de pruebas diagnósticas ―solo Huelva acumula casi 40.000 pendientes―, es espinosa: el Ejecutivo autonómico ha generado otro limbo de pacientes que durante un tiempo prolongado piensan que sus pruebas están en el circuito sanitario a la espera de realizarse, pero han sido rechazadas por el sistema sin que los enfermos hayan sido informados.
En el Palacio de los Deportes de Granollers estuvo la semana pasada “la santa de los abrazos”, Amma, la líder espiritual india que asegura haber consolado por todo el mundo a más de 40 millones de personas. “Yo también doy abrazos”, suelta Pablo Urdangarin de Borbón mientras los operarios devuelven el recinto a su estado original, el de una pista de balonmano, donde este tallo de 1,95 ha despuntado en el último año. Lo suficiente como para que el estricto Jordi Ribera lo haya convocado para los dos amistosos que la selección disputa este jueves (18.10) y sábado (17.30) contra Suecia en el país escandinavo, antes del Europeo del próximo enero.
Juana Rivas debe acudir este jueves por la mañana ante una jueza de instrucción de Granada para declarar por un presunto delito de sustracción de su hijo menor, de 11 años. La cita judicial es consecuencia de una denuncia de su expareja y padre del niño, Francesco Arcuri, que la acusó en marzo de este año por no cumplir la orden del Tribunal de Apelación de Cagliari (Italia) que ordenaba, unas semanas antes, que el menor, Gabriel, volviera desde España a Italia con su padre. La denuncia fue archivada en primera instancia hasta que la Audiencia Provincial, tras el recurso de Arcuri, consideró que había motivos para investigar. Hace unas semanas, Arcuri compareció ante la jueza vía telemática para ratificar su denuncia. Este jueves la magistrada, la fiscalía y los abogados de Rivas y Arcuri podrán preguntar a la madre.
Tras años de olvido de la comunidad internacional, el Sáhara Occidental afronta este jueves en Naciones Unidas una votación decisiva que puede marcar el futuro de la antigua colonia de España. A una semana de que se cumpla el 50º aniversario de la Marcha Verde ―la movilización de decenas de miles de marroquíes que forzó la salida del ejército español―, Estados Unidos presiona al Consejo de Seguridad para que se acepte por primera vez el plan de autonomía dentro de Marruecos como única salida al conflicto, en detrimento de la autodeterminación defendida por el Frente Polisario, movimiento independentista respaldado por Argelia.
El vídeo de la nueva canción de Rosalía, Berghain, es un catálogo de parecidos razonables. En su milhojas de referencias visuales y sonoras, destaca una con gran nitidez: la obra artística de Pilar Albarracín (Sevilla, 57 años). En este primer adelanto de Lux, el nuevo álbum que la cantante catalana editará el 7 de noviembre, Rosalía avanza sola por la ciudad con una orquesta sinfónica pegada a la espalda. Al llegar a casa plancha un vestido, hace la cama, lava y frota hasta blanquear, pasa por la consulta del médico y se sienta en un autobús abarrotado, mientras la Sinfónica de Londres irrumpe en su intimidad, como si se hubiese colado en su vida para poner banda sonora a algo muy parecido a un desamor.
Quizás tan solo haya un actor que pueda competir con Keanu Reeves por el título de actor más majo de Hollywood. También podría hacerse fácilmente con el premio al más carismático, al atractivo de una manera indolente, a pelazo y a eso que algunos llaman “tener rollo”. Jeff Bridges (Los Ángeles, 75 años), el dueño de todos esos atributos, nació literalmente en Hollywood y debutó en el cine siendo un bebé, pero mucho antes de que la gente hablase de los privilegios de los nepobabies, de los que él es consciente.
Tomarse una cerveza ha sido complicado durante días en la cuarta mayor economía del mundo y los bares, restaurantes y licorerías japonesas han tenido un inicio de octubre complicado. La cerveza Asahi, la más consumida en el país, con una cuota de mercado del 40%, ha escaseado durante dos semanas por culpa de un ciberataque que paralizó la producción y los envíos de género. Eso, a su vez, hizo que competidores como Kirin o Sapporo no dieran abasto y tuvieran que dejar de aceptar comandas de los establecimientos que buscaban marcas alternativas.
España vive una paradoja económica. Es innegable, y así lo ratifican análisis y estadísticas internacionales y nacionales, que es la gran economía avanzada que más crece: tiene más trabajadores que nunca (22,4 millones), el paro más bajo desde la crisis financiera, las grandes empresas presentan beneficios históricos, se atrae inversión de todo el mundo y la Bolsa bate récords, como ha hecho esta semana. Sin embargo, también con las estadísticas en la mano, sigue sufriendo un problema de desigualdad con unas tasas de pobreza insólitas para ese desempeño macro. Esa pobreza se está cronificando y la mejora del empleo y de los salarios no la logran reducir. El 13,6% de la población española, unos 6,7 millones de personas, vivió el año pasado en situación de carencia prolongada, según Eurostat. La definición de pobreza persistente es que fueron pobres ese año (con una renta disponible inferior a 11.584 euros anuales por persona, según la fórmula empleada) y en al menos dos de los tres anteriores. El dato ha crecido dos puntos desde 2023 y es la peor cifra desde la pandemia.
Parece inminente el anuncio de una propuesta de nueva financiación autonómica por parte del Ministerio de Hacienda. Por lo pronto, la titular del departamento, María Jesús Montero, ya ha desvelado algunas pistas de las que se puede inferir que el nuevo modelo no va a basarse en el principio de ordinalidad, para permitir que las comunidades reciban un nivel de recursos acorde con su contribución, y la “singularidad” catalana se salvaría por la vía de hecho, con más recursos a repartir en el sistema. El principio de ordinalidad busca garantizar que una comunidad autónoma mantenga su posición relativa en el ranking de renta per cápita después de la aplicación de los mecanismos de nivelación de fondos. En otras palabras, asegura que, aunque se reduzcan las diferencias de renta per cápita, la posición que ocupa esa comunidad en esa clasificación no cambie tras la redistribución de los fondos estatales. En sus contactos con los medios, los gobiernos español y catalán han hablado de la necesidad de superar lo que para ellos es un estéril debate nominalista y focalizarse en el aumento de recursos disponibles.
A pesar de que las estadísticas lleven años marcando una tendencia en sentido contrario, es muy probable que España esté comenzando a registrar un importante repunte en la práctica del catolicismo que más que un “revival” estético y público consiste en un movimiento silencioso, pero de mayor calado. Tres factores, entre otros, confluyen para hacerlo posible: la llegada de las generaciones del baby boom y X a edades en las que los estudios sociológicos tienen comprobado que la religiosidad aumenta; una revolución tecnológica que —con sus luces y sus sombras— multiplica el acceso a la formación, la oración y la comunidad; y una juventud que, paradójicamente, por no haber tenido prácticamente ningún contacto previo con el catolicismo, se acerca a él sin prejuicios y con curiosidad genuina.
Rubitabig4 es rubita y hace prácticas en una big 4, una de las cuatro consultoras globales que tienen sus oficinas españolas en las Torres de Madrid. Estudia en la privada y suele ir los afterwork más premium con Borja, que no la quiere mucho pero a veces le regala un Hermès, la lleva a los toros o a reservados muy top lejos de los fritos de la charca. Son insufribles: los sigo con ganas. Estos personajes de Instagram y TikTok son una de las pocas creaciones realizadas con inteligencia artificial que me han hecho cierta gracia. Que los mejores personajes de IA parodien a los consultores junior es irónico, porque este septiembre las cuatro grandes tenían previsto contratar hasta un 20% menos, y una excusa ha sido la IA. Lo que me alimenta me destruye, decía aquel tatuaje de Angelina Jolie.
“Es evidente que hoy la acusación popular es una herramienta que utilizan las organizaciones ultras, muy bien financiadas, para perseguir a personas progresistas y a su entorno solo por ser progresistas”, ha dicho el ministro de Justicia, al presentar el anteproyecto de Ley de Enjuiciamiento Criminal. El PSOE se ha personado como acusación popular en el caso de los hidrocarburos, los papeles de Bárcenas, la Púnica, el caso Kitchen, el caso Lezo o el caso González Amador: fue hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana. La acusación popular ha sido importante en casos como Nóos, el caso Pujol, la Gürtel o los GAL. La figura de la acusación popular se limitará, explicó el ministro Bolaños, a casos en los que resulte perjudicado el interés colectivo, que obviamente es lo que sucede en los procesos que afectan a la derecha. Es posible que al ministro de Justicia le llame la atención por esparcir bulos y chatarra la Comisión Interministerial de Seguimiento e Impulso del Plan de Acción por la Democracia que él mismo preside y a cuyas reuniones tanto contenido aporta: por ejemplo, tergiversando informes de la Comisión de Venecia o mintiendo a sabiendas sobre rivales políticos. El anteproyecto pretende también que, a partir de 2028, la instrucción penal quede en manos de los fiscales y que la UCO esté a sus órdenes: una vieja propuesta recalentada en un momento indudablemente pintoresco, con un fiscal general del Estado imputado que ha mostrado más lealtad al Gobierno que a su cargo, y mientras conocemos supuestos intentos de desacreditar a mandos de esa unidad por parte de una apparatchik del PSOE que descubrió tardíamente su vocación periodística. Lo más probable es que la ley no salga adelante, porque el Gobierno no tiene apoyos. “No podrán aprobar los presupuestos y no podrán gobernar”, “tendrán el poder, pero no podrán ejercerlo”, ha dicho esta semana Carles Puigdemont, al anunciar una ruptura que no lo es y un cambio que solo es la prolongación de la situación existente. Mientras, se normalizan discursos asombrosos que reniegan de la idea de alternancia democrática, como el del exministro Joan Subirats, y asistimos a un empate de impotencias camuflado por maniobras de ilusionismo cada vez más descaradas: el PSOE busca ganar tiempo esperando los errores y temblores del PP, que suelen llegar. De vez en cuando hay acuerdos, eso sí: 307 votos a favor de una proposición no de ley en el Congreso para regular el uso de la palabra cáncer. Como no se puede actuar sobre la realidad, trataremos de reglamentar las metáforas. Es otra metáfora, pero a saber de qué.
Ha pasado un año ya. Ha pasado un año todavía. Me gustaría que todo aquello no estuviese tan presente. Los gritos de socorro, el ruido ensordecedor del agua rugiendo por la calle, la oscuridad, el miedo, el desamparo, la ira, el sentimiento de culpa, el barro por todas partes. Pero no. Las huellas del horror permanecen. La pizzería no ha vuelto a abrir; el auditorio sigue desvencijado y tantos locales y casas continúan igual, como heridas supurantes. Y pienso, esto no es nada comparado con el rostro triste de mis vecinos a los que el lodo arrebató al marido, al hermano, al padre. Cómo seguir así, con las portadas de los periódicos recordando día tras día el horror vivido. Con las imágenes del que pusimos como centinela y se fue de fiesta. Y sigue ahí, impúdico, indolente, infame. Sigo oyendo por el pueblo las historias que se cuentan unos a otros con los ojos extasiados. ¿Cómo huir de este dolor? Y me acuerdo de aquel amigo que al día siguiente me encontró en la calle y me preguntó: “¿Todos vivos?" Yo le contesté que sí y él dijo: “Adelante”, al mismo tiempo que se alejaba caminando.