“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
En 1989, Aaron Sorkin estrenó la obra teatral Algunos hombres buenos, que posteriormente fue llevada a la gran pantalla e interpretada por algunos de los actores más reconocidos del cine estadounidense. En ella se cuenta la historia de un abogado que debe elegir entre el honor o un mal acuerdo. Todos esperan de él la deshonra. Pero el guion da un giro inesperado, y el abogado acaba eligiendo el honor. En la historia, son mayoría los que optan por lo fácil, pero solo unos pocos escogen lo correcto. Estos son los hombres buenos.
¿Qué tienen en común el maestro alemán de la ópera y la banda británica de pop más famosa de todos los tiempos?
No se puede ser héroe y poeta. Las gestas o se cantan o se protagonizan. Pero el papel de un estadista responsable jamás puede ser ajustar cuentas ni proponer una reconciliación a través de unas memorias. Esto vale para un presidente y es obligado para un rey. Sobre todo, porque el pacto con la historia, en quienes han tenido biografías destacadas, no puede depender del propio testimonio. Lo elegante es que hable la vida y nunca la persona.
Donald Trump celebró la semana pasada el primer aniversario de su segundo triunfo electoral en Estados Unidos con toda la artillería pesada de su movimiento. Esto es, una combinación de amenazas, memes, una machacona cantinela que reivindica los resultados alcanzados ―“promesa hecha, promesa cumplida”―, dardos a sus adversarios políticos y mensajes apocalípticos. Uno de ellos lo lanzó Steve Bannon, exasesor del magnate republicano e ideólogo de su andamiaje político. “Si no ganamos, este país se dirigirá a una guerra civil. ¿Veis lo radicales que son? ¿Veis cómo odian a Estados Unidos y a los ciudadanos estadounidenses?”. Las palabras del estratega populista, pronunciadas durante un evento ultraconservador, no cuentan con el menor asidero en la realidad, pero tienen un propósito nítido. Pretenden abonar la campaña permanente en la que está sumido Trump y que se nutre de la explotación de los sentimientos de confrontación y rabia en las redes sociales.
En este mundo de prisas, mensajes llamativos y agitaciones, conviene cultivar con calma el jardín de nuestras lecturas. A veces un refugio es la mejor ventana al mundo. Oigo noticias, leo, salgo a la calle y aconsejo libros como una forma de saludar. Mientras se amontonan los trabajos y las preocupaciones, tomarse en serio la vida supone sacar tiempo para leer y quedar con los amigos.
Los muertos hablan. Son capaces de decir cómo murieron, quién los mató, qué años tenían cuando ocurrió, pero solo a quienes saben escucharlos, los forenses. En Chile, Francisco Etxeberria (Beasain, Gipúzkoa, 68 años) escuchó al expresidente Salvador Allende -el análisis de sus restos permitió confirmar que se había suicidado-; al cantautor Víctor Jara - 56 fracturas óseas, 44 impactos de bala-; al poeta Pablo Neruda - no había veneno, pero fue desatendido del cáncer que padecía-. Por sus manos han pasado los restos del escritor Miguel de Cervantes -aunque no pudo confirmarse al 100%- ; los de víctimas olvidadas de la Guerra Civil y del Sáhara; los cadáveres de asesinados por los GAL y a manos de ETA - “A muchos los conocía personalmente, y en la mesa de autopsias recordaba cómo eran en vida...-. Su trabajo le ha permitido conocer de cerca la venganza, pero también la gratitud de las familias a las que pudo facilitar el acceso a la verdad. Hoy asesora a la secretaría de Estado de Memoria Democrática y está inmerso en un reto descomunal: tratar de recuperar los restos de quienes fueron enterrados en el Valle de Cuelgamuros sin el consentimiento de sus familias. Hay más de 200 peticiones y ya han podido identificar genéticamente a 25 personas.
El cine Ideal de Alicante agoniza en punto muerto desde su cierre en 2003. Tras una primera etapa de vaivenes de sus antiguos propietarios, finalmente fue vendido en 2019 a una empresa que lo quiere convertir en un hotel. Sin embargo, la tramitación de los permisos y licencias administrativas está paralizada. Al igual que su protección como bien de interés cultural (BIC), solicitada en cinco ocasiones y reivindicada principalmente por la plataforma ciudadana Salvem l’Ideal, que quiere que se conserve y se destine a uso público y cultural. Acaba de cumplir cien años, está ubicado en la zona noble del casco urbano, junto al Mercado Central o el Teatro Principal, y es el único superviviente en la ciudad de la época más reluciente de la exhibición cinematográfica como espectáculo de masas. Solo unas mallas verdes que protegen unas cornisas atestiguan que sigue vivo.
Yolanda Guijas, de 59 años y con una esclerosis múltiple que le limita la movilidad a pie, y su marido vivieron en 2021 una situación “muy desagradable” y “humillante” cuando el comandante de un avión de la compañía Vueling les negó embarcar con la silla de ruedas eléctrica que utiliza ella. El piloto principal llamó a la Guardia Civil para que les desalojaran del puente aéreo. No les permitió volar de Sevilla a Bilbao con la moto adaptada dentro de la nave porque llevaba una batería y tuvieron que alquilar un coche para realizar ese trayecto por carretera: “Fue deprimente, una falta de humanidad”, comenta Yolanda. El matrimonio reclamó ante la justicia una indemnización de 288 euros por el “daño moral” que se les causó y una compensación económica por los gastos que tuvieron que asumir tras quedarse fuera del pasaje. Un juzgado de Bergara (Gipuzkoa) ha aceptado plenamente esta reclamación y este mes ha condenado a Vueling Airlines, sin posibilidad de recurso, a abonarles 1.500 euros más los intereses. “El dinero es lo de menos; yo solo quiero que esto no le vuelva a ocurrir a nadie más”, afirma la perjudicada.
Fue erigido como fortaleza en el siglo X. Más adelante transmutó en cuartel de la Guardia Civil. Y en breve será un hotel rural de cuatro estrellas. El Ministerio del Interior ha conseguido vender el castillo que poseía en la localidad de Maqueda (Toledo, 504 habitantes) ―conocido coloquialmente como el castillo de los tricornios y que fue declarado monumento histórico artístico en 1931― y del que intentaba desprenderse desde 2013 para hacer caja.
Los principales centros educativos privados que imparten ciclos de Formación Profesional, como Ilerna e IFP (Grupo Planeta), han mantenido, durante años, a sus profesores con convenios profesionales que no les correspondía por categoría, aplicándoles unas peores condiciones laborales. Según ha podido saber EL PAÍS y SER Catalunya, el gran actor del sector, la empresa leridana Ilerna —que concentra el 66% de los alumnos de la modalidad a distancia en Cataluña— inició este septiembre el proceso de regularización —pasando del convenio de consultoría al de enseñanza privada— tras varias denuncias a Inspección de Trabajo por parte del sindicato UGT y de varios extrabajadores. El mismo camino está tomando IFP, pero en este caso con su profesorado de los centros presenciales —con convenios de oficinas y despachos—, tras la presión de la CGT y la organización de los trabajadores. Otras grandes empresas del sector, como Ceac (absorbida por Planeta) o Medac tienen el convenio adecuado.
En 1939, cuando el mundo se preparaba para hundirse en el caos de la Segunda Guerra Mundial, un pequeño país helado resistió la embestida del gigante soviético. Tres millones de finlandeses frente a 171 millones de rusos. Ciento cinco días de combate a cincuenta grados bajo cero. Esa historia olvidada es la que rescata Olivier Norek (Toulouse, 50 años), antiguo policía y autor de novelas negras, en Los soldados de invierno (Grijalbo), que ha vendido ya más de 300.000 ejemplares en Francia. Su nueva obra no solo revive la llamada Guerra de Invierno, sino que la convierte en espejo del presente con la actual agresión de Putin. “No quería escribir sobre la guerra de Ucrania”, dice el autor, de visita en Madrid. “Pero sí quería entenderla. Y para entenderla pensé que debía contar una guerra de un siglo antes. Porque la historia olvidada está condenada a repetirse”.
El estado de las viejas pinturas no parece tan grave vistas desde el suelo de la sala 16 del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), pese al desconcierto de ese efecto de negativo fotográfico que dejaron las llamas que en 1936 quemaron la sala capitular del Monasterio de Sijena y que, además de abrasar el tejado, arrasaron la nobleza cromática de sus murales. Pero las imágenes tomadas desde la cercanía sí exponen claramente su debilidad: fisuras, microeccemas y desconchamientos, además de desprendimientos ya consumados que han dejado al descubierto las capas anteriores. Los técnicos del museo han reconocido unos 700 de esos puntos críticos, en información remitida al juzgado, sobre los 130 metros cuadrados de los frescos del siglo XII desde que en junio pasado empezaron a pasar inventario a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo que obligaba a devolverlos a Aragón.
Interior, de día. Una lúgubre habitación huérfana de horizonte. Aun así, fuera se intuye un entorno rural, una España en los albores del siglo XX. Sentada en una mecedora, una madre sostiene a un bebé en los brazos. De pie, a un lado el padre y al otro el médico, que espeta, en un dialecto autóctono entre el catalán y el valenciano: “Es chiqueta”. “¿Seguro?”, responde el padre. Y ahí queda todo dicho. Es el arranque, y también toda una declaración de intenciones, de Els mals noms, la esperada primera película del cineasta Marc Ortiz Prades (La Sènia, Tarragona, 46 años), que se estrena esta semana en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Las encuestas muestran que en los últimos años Vox ha escalado entre las preferencias del electorado más joven, una tendencia que inquieta desde hace tiempo a la izquierda y que Movimiento Sumar se afanará en revertir lo que resta de legislatura. La formación de los afines a la vicepresidenta Yolanda Díaz trazará su hoja de ruta y renovará los documentos internos para afrontar el próximo ciclo electoral en una conferencia política que se celebrará, previsiblemente, el próximo 22 de noviembre, dos semanas antes del inicio de la campaña electoral en Extremadura. Según confirman fuentes de la dirección del partido a EL PAÍS, entre los ejes prioritarios de la estrategia se encuentran esa reconexión política con la juventud, el abordaje del acceso a la vivienda, la lucha por el tiempo de vida (con medidas como el reglamento para el control horario que ya tramita el Ministerio de Trabajo), la batalla contra la emergencia climática y la “democratización” de la tecnología.
Junts per Catalunya está calibrando los efectos de su ruptura de relaciones con el Gobierno y mientras reitera que el divorcio es “irreversible” trata de mantener la influencia y las complicidades cosechadas cuando se presentaba como un socio clave para Pedro Sánchez. Entre los actores que busca cuidar Junts está el empresariado catalán. Carles Puigdemont recibirá esta semana en Bruselas a Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball. La patronal catalana tiene especial interés en hacer notar sus inquietudes ante la posibilidad de que Junts haya dejado de ser un mediador válido con el Gobierno para abordar medidas relacionadas con la jornada laboral o con las políticas energéticas.
Solo habrán transcurrido 13 días entre la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado y el debate monográfico sobre “la corrupción de su familia y de su partido” que se celebrará en el Congreso este miércoles. Si el PP tiene una mayoría más que suficiente para poner en pie comisiones de investigación sobre lo que estime conveniente, con su capacidad numérica en el Congreso también puede convocar al jefe del Ejecutivo. Así lo ha hecho y Sánchez no ha querido demorarse. Primero, dará cuenta de las últimas cumbres europeas y, después, comenzará un debate incómodo, áspero y en el que saldrá políticamente acusado de ser el número uno de una trama de corrupción y de financiación ilegal del PSOE, a propósito de la investigación de la Audiencia Nacional sobre el uso de dinero en efectivo de la caja de Ferraz para los altos cargos.
En otro tiempo, Andrés Calamaro era el prototipo de artista torrencial, que sacaba dobles y triples. Pero no publica nuevas canciones desde 2018. No solo ocurre aquí: en todo el mundo, muchas estrellas de la música han dejado de publicar discos. Puede que se hayan retirado oficialmente pero en abundantes casos habían prometido seguir luchando en el frente discográfico. Pienso en gigantes nacionales como Serrat, Sabina, Rosendo ¡o Julio Iglesias! No me atrevo a afirmar que esas ausencias obedezcan a un cálculo frío de esfuerzos y beneficios: cada caso es diferente y las circunstancias personales podrían explicar muchos de esos relativos silencios. Que conste que abundan los ejemplos de lo contrario: Manolo García, Bunbury, Miguel Ríos o Fito Cabrales. Ahí afuera, podemos encontrarnos con estajanovistas tipo Willie Nelson, nonagenario que sigue grabando: su discografía alcanza ya los 103 álbumes.
Quizás no les suene Kibris, película española sacada de la circulación por sus propios autores y que unos pocos arqueólogos del cine (unas diez personas) han podido ver. Las brumas del misterio envuelven esta cinta, pero la niebla que rodea a El día que el payaso lloró nunca se despejará. Jerry Lewis escribió, dirigió y protagonizó esta ignota película en 1972 y, tras verla en la sala de proyección, decidió que aquello no se estrenaba.
¿Cómo sobrevive un huérfano entre cínicos? ¿En qué se transforma una mirada limpia si vive empañada por el reflejo de personas egoístas, sórdidas y responsables de relaciones enfermizas? Ese dilema es el que planea sobre El efecto deseado (Seix Barral), la última novela de Guillermo Alonso (Pontevedra, 1982). Tras el volumen de cuentos La lengua entre los dientes (Círculo de Tiza, 2023) y las novelas Vivan los hombres cabales (niños gratis, 2019) y Muestras privadas de afecto (Paripé Books, 2021), el escritor y editor web de la revista ICON moderniza la picaresca puliendo su estilo alérgico a jerarquías morales. Y lo hace infiltrándose sin superioridad y con mucha empatía en un carnaval de personajes que aspiran a brillar mientras se pudren por dentro. Seres tan ansiosos de hedonismo y privilegio que su pulsión moverá al lector de la ternura al espanto entre carcajadas que se congelarán al entender que esa risa nerviosa nuestra es un ticket directo a la salita del infierno.
El efecto deseadoGuillermo Alonso Seix Barral, 2025 360 páginas. 21 euros