“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
El 13 de noviembre de 2015, Michel Caboshe y una decena de policías de la BAC 75N, la brigada anticrimen nocturna de París, hacían un poco de deporte antes de comenzar su turno. “Solemos hacerlo antes de empezar. Recibimos una llamada. Se nos solicitaba en la zona de Bataclan. No estábamos aún de servicio, pero nos preparamos, nos uniformamos y salimos. Aunque oficialmente aún no estábamos de servicio”, subraya.
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Els brasilers sempre deixen anar d’on vénen. Sobretot quan parlen, l’accent, amb la seva musicalitat pròpia, delata de seguida l’origen dels migrants del país llatinoamericà. A la cuina passa el mateix. La identitat dels plats i, sobretot, la presència de certs ingredients, acompanya el sabor i la memòria. La gastronomia brasilera, com la seva pròpia cultura, està travessada per influències de tot el món, fruit d’un país que durant segles va rebre immigrants de tots els continents. Avui, però, la cuina brasilera busca tornar a les seves arrels: rescata productes autòctons, s’inspira en els biomes del país i intenta transmetre el sentiment de la llar, per refinada que sigui l’elaboració. A Barcelona, Buriti i K’Delícia encarnen aquest retorn a la cuina casolana, cadascun a la seva manera.
BuritiCarre Comte Borrell, 65 - Carrer Bilbao, 18, Barcelona
Obert : Cada dia
Preu mitjà: 20 - 30 euros
K' DeliciaCarrer Sant Antoni Maria Claret, 148, Barcelona
Obert: Cada dia
Preu mitjà: 10 - 20 euros
Costa no pensar en el monòleg de Phoebe Waller-Bridge a Fleabag (2013) cada vegada que la narradora de Soc fan (2022) obre la boca. A les dues protagonistes les agermanen la imperfecció, la moral discutible i la confessió sense filtres: són antiheroïnes del segle XXI, arquetips totalment nous que sense la formació d’una consciència feminista, o postcolonial (en el cas de Soc fan), mai no se’ns haurien aparegut en una obra literària.
Soc fan Sheena Patel Traducció d’Elena Ordeig Vila Jaŋde Editorial. 240 pàgines. 22 eurosLa guerra de Sudán irrumpió de golpe en abril de 2023, y desde entonces se estima que han muerto unas 150.000 personas. El conflicto enfrenta a las Fuerzas Armadas de Sudán y a las Fuerzas de Apoyo Rápido, que cuentan con apoyo armamentístico y financiación por parte de Emiratos Árabes Unidos y perpetran masacres cuyo rastro sangriento se puede ver desde el espacio. Este conflicto ha quedado enterrado bajo los escombros de la convulsa actualidad. Pero para la periodista y escritora Nesrine Malik, la guerra de Sudán está muy presente. Nacida en Jartum hace 50 años, a los 20 se fue al Reino Unido, donde ha desarrollado su carrera, y ahora es columnista en The Guardian. Explica cómo le afectó: “Me sentía muy afortunada de tener una vida en Occidente, pero yo tenía mi hogar en otro lugar, tenía lo mejor de ambos mundos, con lo cual no me planteaba mucho mi identidad. Cuando empezó la guerra sentí que por fin había llegado a Occidente, porque ya no tenía otro lugar al que ir”, relata Malik antes de participar en un debate en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).
Como cada otoño, Paris Photo invita a repensar la mirada. Cada obra, cada proyecto expositivo y cada libro proponen entender la fotografía no como un objeto de consumo, sino como una forma de pensamiento visual en perpetua transformación. Fiel a ese impulso de renovación, en su 28ª edición la feria revalida su capacidad de reinventarse con éxito, desplegando un fértil territorio donde se mezclan nombres consagrados con nuevas voces afirmando la fotografía como un proceso en continua evolución, donde la huella del pasado se integra en dinámicas que expanden sus lenguajes y modos de representación.
La Junta de Andalucía ha tenido publicados en su página web durante varios meses datos personales y clínicos de los 23 enfermos de mieloma múltiple del Hospital Virgen del Rocío que estaban a la espera de recibir una innovadora terapia CAR-T —llamada Carvykti— y cuyo retraso en ser administrado ha tenido un impacto negativo en la expectativa de vida de los pacientes, según avanzó EL PAÍS este miércoles.
El taxista se llevó anoche una impresión equivocada. En medio de una de estas avenidas gigantes y solitarias, prototipo de nueva zona residencial en las afueras de Madrid, Antonio le pidió a su conductor que detuviera el coche frente a un gran supermercado. El hombre, antes de cobrar el viaje, asomó la cabeza por la ventanilla y trató de alcanzar con la mirada el último piso de una moderna urbanización contigua de 10 plantas. “Aquí las casas deben costar una barbaridad, ¿no?”, preguntó impresionado. Antonio se encogió de hombros y rio para sus adentros. El taxi se marchó y Antonio dio esquinazo al edificio donde ya solo quedan disponibles estudios de 20 metros cuadrados por 210.000 euros —en este barrio del norte de la ciudad, un inmueble de una habitación ya cuesta casi 600.000 euros— y se dirigió hacia un parking de arena discreto y rodeado de vegetación donde Antonio tiene su casa, la más barata de este enclave y probablemente de toda la ciudad: una autocaravana Fial Ducato Carioca del año 2003 que compró en 2019 de segunda mano por 22.000 euros. Allí, como cada noche, volvió a dormir a pierna suelta.
El juicio en el Tribunal Supremo por supuesta revelación de secretos contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quedó ayer visto para sentencia un año y medio después de los hechos que dieron origen a un caso que ha afectado como pocos a la política española reciente. Con el juicio oral, los ciudadanos han podido ver el caso expuesto por sus protagonistas y desde todos los puntos de vista. A García Ortiz se le acusa de haber filtrado a la Cadena SER el correo electrónico en el que el abogado del empresario Alberto González Amador —pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso— ofrecía a la Fiscalía un posible acuerdo a cambio de admitir dos delitos fiscales. Las sesiones, en las que no ha aparecido ninguna prueba de cargo de la filtración, han venido a confirmar las dudas sobre la calificación delictiva de los hechos juzgados y la fragilidad de los supuestos indicios incriminatorios.
En el Kunsthistorisches Museum de Viena hay un cuadro que siempre me ha gustado mucho, Juegos de niños, pintado por Brueghel el Viejo en 1560. Parece un maravilloso catálogo de juegos infantiles (hasta : de la taba a la gallina ciega, de las canicas a los bolos), pero en realidad produce al espectador un efecto inquietante. ¿Por qué? ¿Será porque Brueghel reúne en un espacio abierto una multitud, como en El triunfo de la Muerte? Busco a alguien que sienta lo mismo que yo y por fin lo encuentro. “He mirado este cuadro cientos de veces”, escribe la pedagoga Heike Freire, “y lo más curioso es que no veo niños por ninguna parte: veo personas de todas las edades. Veo cuerpos que más bien parecen de adultos”. Es eso, en efecto: no es la multitud la que remeda el triunfo de la muerte; es que se trata de los mismos cuerpos, robustos, adultos, pecadores. Brueghel el Viejo pinta a adultos jugando como niños, que invocan y aplazan así el inevitable triunfo de la muerte.
Vox ha decidido desafiar al Little Miami de Isabel Díaz Ayuso. Es decir, haber convertido Madrid en el paradigma de una derecha globalizada, amiga de los impuestos bajos y atractiva para las élites hispanoamericanas de alto poder adquisitivo. Frente a ese modelo de los ganadores del sistema, el partido de Santiago Abascal opta ya por presentarse como el partido de quienes se sienten sus perdedores. La cuestión es si ese giro obrerista —que algunos tildan de falangista— constituye una amenaza para el Partido Popular a largo plazo.
No se descubre nada si se afirma que comprar hoy entradas para un concierto de una primera figura del pop puede resultar una aventura con un desarrollo y un final muchas veces frustrante. Lo único que se sabe con certeza es el nombre del artista al que se va a ver y que uno se va a dejar los dedos actualizando información en su portátil. El precio final o las condiciones de la ubicación (de la que depende la visualización y la óptima llegada del sonido) no son siempre precisas. En los últimos años, el público ha protestado por la proliferación de plataformas no oficiales de reventa, que muchas veces acaban en estafas. Este mismo jueves, artistas ingleses como Coldplay, Dua Lipa o Radiohead instaron al primer ministro británico, Keir Starmer, a cumplir su promesa electoral de poner freno a estos sitios web “extorsivos y perniciosos”, entre los que citan a Viagogo o StubHub. Pero no siempre la reventa es ilícita: hace tiempo que Ticketmaster ofrece a sus usuarios la posibilidad de revender su entrada, como ocurre en los conciertos de Bad Bunny en España. Y esto ha derivado en una paradoja: aunque se anunció que las entradas estaban agotadas, todavía hay algunas a la venta.
Tan contundente como su propia figura fue la respuesta de Orson Welles cuando en 1960 fue preguntado por la ciudad en la que elegiría vivir. “Ávila”, dijo sin titubeos. Ante el desconcierto del periodista, el cineasta añadió la siguiente aclaración: “Está en el centro de España. El clima es horrible, muy cálido en verano, muy frío en invierno. Es un lugar extraño y trágico. No sé por qué siento algo tan especial”.
La nueva modernidad amorosa es ser un conservador. Las generaciones más jóvenes, como todas las precedentes, se rebelan contra sus mayores. Y qué subversión más punzante que romper con lo anterior en materia sexual y afectiva: abandonar el sexo libre y sin ataduras; huir de la falta de compromiso sentimental; quitarse de la cabeza eso de querer seguir siendo joven a pesar de no tener edad para ello. Y, en consecuencia, decidir casarse a los 21 años con una persona del otro sexo de la que se está profundamente enamorado. En la realidad de la sociedad española de hoy, la tesitura puede no tener maldita la gracia en según qué hogares y círculos, pero en una comedia la tiene, incluso como exageración. Al menos como punto de partida.
Todos los lados de la camaDirección: Samantha López Speranza.
Intérpretes: Ernesto Alterio, Pilar Castro, Jan Buxaderas, Lucia Caraballo, Secun de la Rosa, Alberto San Juan, Leire Aguiar.
Género: musical. España, 2025.
Duración: 103 minutos.
El Gobierno tenía la convicción de que el Abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea traería buenas noticias, pero el informe ha sido aún mejor de lo esperado. En el Ejecutivo se percibía este jueves una evidente euforia ante una decisión que, si se consolida en el propio tribunal, algo altamente probable dados los antecedentes, supone abrir el paso definitivamente al regreso de Carles Puigdemont a España. Los cálculos para esta ansiada realidad, sobre todo en Junts, decisiva para la legislatura, se sitúan ahora alrededor de la llegada de la primavera, al final del primer trimestre de 2026, cuando está previsto que el Tribunal Constitucional resuelva —se supone que favorablemente gracias a la mayoría progresista― el recurso de amparo que ha presentado el ex president, que lleva ocho años en Waterloo para evitar a la justicia española.
Antonio Castillo Algarra es dramaturgo, actor, traductor, profesor de oposiciones… y ahora también el hombre en la sombra que maneja todos los hilos de la educación madrileña, desde las escuelas infantiles a la universidad pública. Sin estar en plantilla, ha llenado de sesgo ideológico la polémica ley de educación superior (Lesuc) que pretende aprobar Isabel Díaz Ayuso, además de poner y quitar cargos a su antojo. “Es el Rasputín de Ayuso. A la altura de Miguel Ángel Rodríguez”, coinciden cinco fuentes.
Junts está en un momento crítico en el Congreso. La formación independentista hace equilibrios para intentar compaginar su ruptura con el Gobierno de coalición mientras vota con y contra el PP, ataca con dureza a Pedro Sánchez, José María Aznar, la FAES y el Tribunal Supremo y, de paso, saca alguna iniciativa adelante que favorezca a Cataluña. Todo en el mismo día. Sucedió este jueves, para desconcierto de casi todos los demás partidos de la Cámara. El Gobierno vivió así como la gran victoria la derrota de una enmienda del PP para alargar la vida de la nuclear de Almaraz gracias a una abstención de Junts. Y los nacionalistas catalanes reaccionaron: “Más grande será la derrota final”.
La historia del ya exjuez Luis Acayro Sánchez (Tenerife, 1976) no es nada habitual. No lo es que un tribunal decida echar a un magistrado de la carrera, pero lo es menos aún cuando la sentencia la firma un Tribunal Supremo totalmente fracturado. Tres votos a favor y dos votos en contra decidieron inhabilitar de la carrera judicial durante 10 años a este togado que poseía una plaza en Santander (Cantabria) desde donde llevaba años luchando contra la corrupción urbanística. Acayro, condenado por prevaricación, pretende ganar su caso en el Tribunal Constitucional.
Este jueves por la mañana, apenas había rastro de la borrasca Claudia en Mogán, uno de los principales municipios turísticos de Gran Canaria. La localidad ha amanecido con un sol radiante. La Playa del Cura, uno de sus principales reclamos; sin embargo, está casi igual de desierta que si estuviese diluviando. El motivo: restos de materia orgánica en descomposición de miles de lubinas muertas en una piscifactoría en Melenara, en el este de la isla, han obligado al cierre de esta y de otra docena de playas en la isla. Sobre todo en Mogán, que amenaza con acudir a los tribunales.