“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Santiago Belizón
Estilismo:Beatriz Machado
Diseño de set:Irene Luna
Producción:Cristina Serrano
Asistente de fotografía:Miguel Sancho
Asistente de estilismo:Diego Serna
Asistente de set:Julia Sangil
Diseño:Ruth Benito
Desarrollo:Carlos Muñoz y Alejandro Gallardo
Desarrollo:Carlos Muñoz y Alejandro Gallardo
Además de por su carrera en el cine, Gwyneth Paltrow será recordada por sus excentricidades como gurú de estilo de vida y, cómo no, por haber creado del concepto conscious uncoupling (separación consciente), un término habitual al hablar de divorcios amistosos. Sin embargo, frente a esas separaciones made in Hollywood, existe un fenómeno completamente alejado de las rupturas idílicas. En The Guardian lo explican así: “Si estás lista para convertirte en un zombi en tu relación, reducir tus expectativas y forjar tu propia vida mientras sigues casada, eres una de las muchas personas que se está desvinculando inconscientemente”.
Una tierra olvidada, a la que se presta poca atención. Es clásico referirse a Extremadura en estos términos. Pero no será nada de eso hasta el 21 de diciembre, cuando la región que integra a Cáceres al norte y a Badajoz al sur, de algo más de un millón de habitantes, celebre por primera vez en solitario sus comicios autonómicos. Le toca el foco a una zona de España que suele disponer de poco foco. Cada partido tiene unas aspiraciones y corre unos riesgos el 21-D.
Los prolegómenos del mayor espectáculo deportivo del mundo arrancan en la casa del mayor showman político del planeta. Este viernes se celebra el sorteo del Mundial de fútbol de 2026 para configurar los 12 grupos en las que se encuadrarán las 48 selecciones, el mayor número de equipos que ha disputado nunca una fase final. En total, se disputarán 104 partidos en apenas 40 días. El torneo está llamado a convertirse en la mayor exhibición del fútbol en el mayor mercado publicitario del mundo, con una estimación de cerca de siete millones de asistentes a los estadios. El campeonato está organizado conjuntamente por Estados Unidos, Canadá y México. Pero el presidente estadounidense, Donald Trump, aspira a convertirse en el auténtico protagonista del evento fuera de los terrenos de juego por su carácter colérico y exhibicionista, sus controvertidas políticas y sus tensas relaciones con sus vecinos del norte y del sur.
Una de cada tres mujeres en España ha sufrido violencia machista a manos de su pareja o expareja. Son 6,4 millones de víctimas. De ellas, 1,6 millones sufren secuelas físicas o psicológicas. Estos y otros datos están recogidos en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer presentada este martes por el Ministerio de Igualdad. El sondeo, que se elabora cada cinco años, carece de diferencias estadísticas significativas respecto del anterior. Lo cual es muy preocupante: no hemos avanzado socialmente en un lustro a pesar de que la legislación española es un referente internacional en la lucha contra esta violencia. La gravedad de estas estadísticas no procede solo de la enorme magnitud del problema, sino de su persistencia en revelar que la violencia de género es estructural.
La Constitución de 1978 cumple 47 años y, como es costumbre en cada aniversario, toca hacer balance existencial. Cuando ronda el medio siglo de vigencia, es preciso destacar que ya iguala en longevidad a la de 1876, que hasta ahora ocupaba el primer puesto en ese ranking. De entrada, este dato supone un éxito en sí mismo, lo que debe ponerse en valor, sobre todo al recordar el rosario de textos constitucionales que se han sucedido en nuestra historia (a partir de 1812), muchos de ellos con una efímera existencia. El referente temporal, asimismo, es especialmente meritorio si se atiende a las difíciles circunstancias que han acompañado al texto vigente. Y ello desde su origen, dado que se elaboró en un complejo contexto marcado por la decidida voluntad de desmantelar las estructuras supervivientes de la dictadura (todas) y la necesidad insoslayable de construir un nuevo sistema democrático (partiendo prácticamente de cero). Sacar adelante la Constitución no resultó en absoluto fácil y fue posible gracias al extraordinario esfuerzo de generosidad política e indiscutible compromiso institucional demostrado por quienes asumieron la tarea, los denominados “padres constitucionales” (las madres no fueron llamadas a comparecer) y sus respectivos partidos. Una actitud eminentemente constructiva y dialogante, orientada a la identificación de valores y principios compartidos, lo que exigió importantes renuncias por parte de todos. El éxito vino de la mano del consenso, ese término mítico que define la etapa fundacional de nuestra democracia y cuya plasmación —el texto constitucional— fue avalado por la inmensa mayoría de la sociedad en el referéndum de ratificación (un 88,5% de síes sobre el voto válido con una participación del 67,1%).
1. Las democracias europeas, con sus matices diferenciales, vivían con cierta comodidad en los tiempos del bipartidismo simple: una derecha y una izquierda lideradas por un partido principal, con unos pocos grupos secundarios en el entorno que iban a remolque. Un modelo propio del capitalismo industrial que respondía al viejo esquema burguesía/proletariado. Pero el paso al capitalismo financiero, la aceleración tecnológica y los cambios en el sistema comunicacional han introducido factores de complejidad con efectos directos sobre la representación política. Lo vemos en todas partes. Sin ir más lejos, en la vecina Francia: la V República, desde que Nicolas Sarkozy asumió la presidencia, ha ido entrando en una fase de descomposición política que ni el presuntuoso primero de la clase, Emmanuel Macron, ha conseguido revertir. Y ahora ejerce de presidente demediado, con gobiernos de estabilidad precaria y con la extrema derecha —que en todas partes está capitalizando el desvarío— al asalto del poder.
De todas las maneras que hay de visitar un museo, una llama especialmente la atención: esa que tienen algunos de mirar una obra de arte solo a través de la pantalla del móvil. Y cada vez resulta más habitual. Uno suele toparse con una nube de brazos con teléfonos en alto que buscan hacerse selfis o fotografiar lo que tienen delante, y así la experiencia de ir a contemplar el arte cambia: ahora es difícil pararse frente a una obra sin que se le plante alguien delante para inmortalizarse junto a esta pintura o aquella escultura. Cosa que solo sucede, claro, en los museos que permiten hacer fotos.
El 22 de febrero de 2020, Mad Mike Hughes remolcó un cohete casero hasta el desierto de Mojave y se lanzó al cielo. ¿Su objetivo? Comprobar que la Tierra era plana desde el espacio. Era su tercer intento y, trágicamente, resultó fatal. Hughes se estrelló poco después del despegue y murió.
Un golpe puede ser un atraco. La oportunidad, una vez conseguido el botín, de retirarse a un destino paradisiaco donde empezar una nueva vida. Pero puede ser también un impacto violento de un cuerpo contra otro, un movimiento brusco, una desgracia que sucede de pronto… Y un latido del corazón. Golpe a golpe, verso a verso, escribió Antonio Machado. De esta poética polisemia se ha servido Rafael Cobos (Sevilla, 52 años) para firmar su primera película como director, Golpes (ya había dirigido, como primera experiencia detrás de la cámara, la miniserie El hijo zurdo en 2023), que llega a los cines de toda España este viernes.
Las Olimpiadas Científicas en las que centenares de estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato se dan cita cada curso en las especialidades de matemáticas, física, química, biología, geología, economía o informática, se quedan sin la financiación que la Comunidad de Madrid les otorgaba en cada edición año tras año. “Por si fuera poca la asfixia a la que somete a las universidades públicas, tenemos una nueva actuación contra la ciencia. La Consejería de Educación ha decidido anular por completo la ínfima subvención con la que se cubría parte del gasto organizativo”, protesta Agustín Senderos, integrante de la comisión coordinadora de la Olimpiada Geológica Madrileña.
Hay maletas abiertas en el suelo, junto a la puerta, zapatos por todas partes, y una caja de Smacks de Kellogg’s sobre la mesa. La mesa es la mesa sobre la que la reina del terror ruso, o una de las reinas del new weird mundial, ese imposible cruce entre Nikolái Gógol, Shirley Jackson, Ray Bradbury, Angela Carter y, por qué no, el primer Stephen King, escribe estos días. También es la mesa, repleta de pequeñas cosas, en la que su hijo de 10 años se ha dejado el estuche, y la primera página de un relato protagonizado por un hámster de, dice, tres corazones. “El relato en sí son las instrucciones para descubrir cuántos corazones siguen latiéndole”, dice, y sonríe, orgullosa.
La 23ª edición de Art Basel Miami Beach (ABMB), la feria de arte contemporáneo más prestigiosa de América y la tercera más importante del mundo, que se celebra desde este viernes hasta el domingo, se inaugura en un momento de máxima incertidumbre. Si bien las subastas de la semana pasada en Nueva York inyectaron una dosis de vigor al mercado, generando 2.200 millones de dólares en ventas, este año ha sido muy duro para las galerías.
Este jueves había corrillos en la plaza del Rey San Fernando, a los pies de la imponente catedral de Burgos. Algunas personas preguntaban dónde y cómo se podían ver las nuevas puertas del templo, obra de Antonio López. Alguien respondía: “Suba las escaleras de esa fachada lateral, no pague nada, y acceda al museo para contemplar los tres accesos de bronce de ubicación prevista en la fachada de Santa María”. Una fachada paralizada por los pulsos del Cabildo con los organismos patrimoniales que recelan del encaje de las nuevas puertas en ese conjunto gótico. Un sondeo entre quienes lo visitan revela cierta uniformidad sobre la belleza de la creación de López, pero también muchas dudas sobre cómo quedarían en el emplazamiento planteado. “Habrá que verlas en su lugar”, se repite, mientras la entidad religiosa reivindica “una catedral viva” y sujeta a renovaciones como las acometidas históricamente.
Cada semana llega una noticia disruptiva con respecto al uso de inteligencia artificial y al futuro del cine de animación. OpenAI anunciaba en septiembre que está produciendo Critterz, la primera película de animación creada íntegramente por IA, con un presupuesto (en teoría) inferior a los treinta millones de dólares y un tiempo de producción de tres meses, una fracción de lo que exige un largometraje tradicional. Y la nueva herramienta de la compañía, Sora 2, permite generar vídeos a partir de texto con una fidelidad que ya imita el lenguaje cinematográfico: movimiento de cámara, sincronización de sonido, luz natural, atmósferas. Después, Disney+ anunciaba que prepara una función para crear vídeos con IA dentro de su plataforma. Y la última noticia que ha impactado en el sector se produjo hace apenas dos semanas, cuando las agencias informaban de la película El gran reinicio, del español Daniel H. Torrado y que, en teoría, será la primera con IA integrada estrenada en Hollywood.
Todas las guerras crean sus hitos y sus mitos y adornan la leyenda de sus héroes. Es una forma eficaz de despertar y enardecer el sentimiento patriótico, de reforzar la causa por la que se lucha, aunque esta no sea, muchas veces, más que el interés particular de unos líderes. Así, según el mito, hacia mediados del siglo IX cayeron en el campo de batalla de la localidad riojana de Clavijo “70.000 sarracenos” y los cristianos se libraron, de una vez por todas, de la obligación de entregarles cada año cien doncellas. Y todo gracias a la fe de un rey, Ramiro I, que la noche antes soñó con la visita del Apóstol Santiago. A la jornada siguiente el santo se presentó vestido de blanco, sobre un caballo blanco, cortando cabezas de infieles. La intervención del apóstol en esa contienda, repetida en cientos de imágenes, apuntalada a través de la escritura y el arte en el imaginario colectivo, acabó justificando un impuesto que toda España tuvo que pagar durante más de medio milenio a la Iglesia Compostelana.
No recuerdo otra época tan plagada de estrenos. Pierdo la cuenta de las películas que se atropellan cada semana. Y, por supuesto, no puedo verlas todas. Ni quiero. Estaría amenazado por el ataque de nervios o por un hastío prolongado. Voy donde me mandan. Soy obligado testigo de las que acumulan premios en los festivales y de las que provocan el casi generalizado orgasmo de la crítica. Pero no acostumbro a que me importe lo más mínimo no coincidir ni con lo primero ni con lo segundo. Sí me quedo preocupado o dubitativo cuando algún amigo cinéfilo me habla con entusiasmo de algo que me deja frío. Bueno, cuestión de gustos, que diría mi conciliadora y racional madre. Y muy de vez en cuando te encuentras con alguna película que hace aflorar las maravillosas sensaciones que puede regalar el cine. Pero hace tiempo que eso no me ocurre o es muy escaso. Y venga a estrenar mediocridades o cositas inmediatamente olvidables en salas cada vez más vacías.
Valor sentimentalDirección: Joachim Trier.
Intérpretes: Renate Reinsve, Stellan Skarsgård, Elle Fanning, Inga Ibsdotter Lilleaas.
Género: drama. Noruega, 2025.
Duración: 133 minutos.
Estreno: 5 de diciembre.