“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Es inadmisible lo sucedido con las pulseras antimaltrato. Y las reacciones que se suceden estos días son vergonzosas. Escuchaba ayer en un programa de televisión el testimonio de una de las afectadas por esta situación. Sus palabras eran desgarradoras: ella explicaba que tensión en la que vivía era enorme ya, y que no sabía si su expareja y maltratador la mataría. ¿Cómo puede suceder esto? En un país en el que muchas mujeres no se atreven a denunciar por miedo —ya que en algunos casos, como el de Dani Alves, las condenas quedan en nada—, cuando estas se atreven a denunciar y su maltratador es condenado, el Estado les demuestra que las medidas para protegerlas no siempre son efectivas. Urge asumir responsabilidades y reparar el daño que, una vez más, por desgracia, se ha hecho a las mujeres.
Carol Tavris, especializada en el pensamiento crítico, la disonancia cognitiva, la ira y el género, escribe junto al psicólogo Elliot Aronson Chelsea Se han cometido errores (pero yo no fui) (Capitán Swing, 2025), un libro en el que analizan cómo el cerebro está preparado para la autojustificación. El texto alude también a la danza de la ambigüedad de la que habla la psicóloga social Deborah Davis, que los psicólogos aseguran beneficia a ambos miembros de la pareja. Sin embargo, mientras que la ambigüedad evita herir los sentimientos, también causa problemas, y es ahí cuando exploran cómo afecta incluso a las violaciones. “La mujer realmente piensa que el hombre debería haber sabido que ella quería que parara, y él realmente piensa que ella dio su consentimiento”, escriben.
El petardeo es ensordecedor. Suena como una ráfaga de disparos. Pac-pac-pac. A las puertas de uno de los chalets del Paseo del Circuito, en la exclusiva urbanización de Ciudalcampo, en San Sebastián de los Reyes (Madrid), hay un desfile de coches deportivos tuneados que hacen rugir el motor con acelerones parecidos a los de los aviones en las pistas de despegue. Pero no. No están en un aeropuerto. Ni en un circuito de velocidad. Están en una calle residencial. Los vecinos, que conviven con los cientos de eventos y carreras que se organizan en el circuito del Jarama-RACE, incrustado en la misma urbanización, y antigua sede del gran premio de España de F1, están hartos. Y se han puesto manos a la obra: un juez ha citado a declarar como investigados en la fase de diligencias previas a dos directivos del complejo tras una denuncia de la Fiscalía de Madrid por la presunta comisión de un delito contra el Medio Ambiente. De nuevo, como en el Bernabéu o el Palacio de Deportes, un conflicto entre el ruido de un negocio y el derecho al descanso de los vecinos.
Intentar lanzar un nanosatélite al espacio, cruzar la selva de la Amazonía, vivir un intercambio escolar en Moscú o navegar hasta las cataratas del Niágara fue posible en el Instituto público Las Musas, ubicado en el corazón del obrero barrio de San Blas-Canillejas. Desde que José Antonio Expósito (61 años, Madrid) llegó a la dirección del centro en 2015 se empeñó en sustituir el ladrillo por las paredes de cristal para que entrase la luz y con ella, la creatividad y la ciencia. Ahora, sus alumnos investigan codo con codo con los científicos más prestigiosos. Tras un año jubilado, empeñado en que las oportunidades no dependan del código postal y en hacer del aula una escalera hacia el futuro, el maestro presenta este jueves en la Institución Libre de Enseñanza de Madrid su nuevo libro, La rebelión de Las Musas: cómo transformar la educación.
En la página 100 del último libro de Milo Rau, uno de los directores más influyentes y controvertidos del teatro contemporáneo, se leía: “¿Qué se puede aprender de una época —la nuestra— en la que un miembro del mayor partido austriaco, el FPÖ, un hombre llamado H-C Strache, canta por la mañana la canción de las SS Nosotros llegaremos al séptimo millón y por la tarde visita el memorial de Yad Vashem, donde se conmemora a las víctimas del Holocausto?”. El libro de ensayos y conversaciones La resistencia no tiene forma, la resistencia es la forma ya ha sido retirado de las librerías y será pulpa de papel. Strache, líder del ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) durante 14 años y vicecanciller de Austria hasta el escándalo de corrupción del Ibizagate en 2019 (en el que se veía a Strache ofreciendo contratos públicos a una supuesta magnate rusa a cambio de financiación para su partido, en un encuentro en esa isla balear) no entonó esa canción antisemita que se mofa de los seis millones de judíos asesinados por la Alemania nazi.
Deslumbró al París decimonónico, donde retrató la vida moderna en la nueva capital del arte, antes de ser olvidado por quienes lo habían celebrado años atrás. John Singer Sargent (1856-1925) regresa convertido en protagonista de una gran exposición en el Museo de Orsay, la primera retrospectiva que se le dedica en Francia, su país de adopción entre 1874 y 1884. La exposición, que se podrá visitar hasta el 11 de enero, recorre esa década, en la que se formó con Carolus-Duran, pintor realista célebre entre aprendices británicos y estadounidenses, hasta consolidarse como el retratista más brillante de la Belle Époque, antes de abandonar París al borde de la treintena tras verse envuelto en uno de los grandes escándalos artísticos de aquel fin de siglo.
Málaga se convierte desde este jueves en epicentro de la cultura popular durante cuatro días. La San Diego Comic-Con se celebra por primera vez fuera de Estados Unidos y lo hace en la capital de la Costa del Sol con 300 horas de contenido relacionado con cómic, cine, animación, literatura, juegos de mesa, K-pop, cosplay y videojuegos. Se celebra de jueves a domingo —a 50 euros la entrada para cada jornada— y cuenta con una lustrosa aunque escasa lista de estrellas internacionales invitadas. Con Arnold Schwarzenegger a la cabeza, también pasarán actores y actrices como Natalia Dyer, Aaron Paul, Gwendoline Christie, Dafne Keen o Taz Skylar. Participarán en charlas y debates, pero algunos también se harán fotos o firmarán autógrafos a sus fans. Previo pago, eso sí, de entre 66 y 90 euros, según el caso, en sesiones que salvo alguna excepción se celebrarán todas el primer día.
Parcels son gente tranquila, o lo parecen. “Será porque somos australianos”, especula Louie Swain, teclista del quinteto y el más hablador de los dos lacónicos integrantes de la banda que responden a la entrevista. ¿Los australianos son muy tranquilos?, pregunto. “Al menos se nos da muy bien aparentarlo”, dice Jules Crommelin, guitarrista, cuya voz suave apenas interrumpe el silencio. “Aunque a veces la procesión va por dentro”.
El nombre original es El verano que me volví guapa. Quiero empezar destacando eso porque describe mejor el producto que el título en español. El producto de esta saga de Jenny Han, adaptada a la tele para Amazon Prime, es una niña (Belly) que pasa los veranos con su familia en una casa que no se pueden permitirse. El verano que regresa transformada en doncella, los dos herederos de la casa compiten por su atención.
Una mujer de 34 años, embarazada de ocho meses, llegó el pasado 20 de agosto al Hospital General de Referencia de Bulape, con fiebre, vómitos y una fuerte hemorragia. El personal médico de este remoto rincón de la provincia de Kasai, en el centro de la República Democrática del Congo (RDC), hizo todo lo que pudo, pero la mujer falleció el 25 de agosto. La enfermera que le sostuvo la mano y el técnico de laboratorio que le analizó la sangre, la siguieron a la tumba en cuestión de días, con sus propios cuerpos devastados por la misma fiebre hemorrágica. El 4 de septiembre, las autoridades sanitarias confirmaron lo que el equipo médico había empezado a temer: la cepa Zaire del ébola había regresado a RDC.
Cualquiera que haya pasado por las tripas de un hospital sabe reconocer la soledad extraña que se siente al estar rodeado de mucha gente, ese silencio pastoso que se filtra entre el barullo sordo del personal sanitario, las visitas, el compañero de habitación, la televisión de monedas, los pensamientos propios... Todo incomoda un poco más a la sombra de un diagnóstico médico y el de Gavi, tras pasar nuevamente por el quirófano, debe sentirse como una derrota íntima, la frustración de un chaval que debería estar planificando conquistas junto a sus compañeros en lugar de acumular cicatrices en su rodilla derecha: qué mundo este, el del fútbol, que fabrica héroes con cara de niño y piernas de veterano, la obra maestra de un guionista con prisas.
Quizás todos tengamos una historia a lo Poquita fe en nuestra cotidianeidad. Pero seguramente ninguna sea tan interesante como para ser parte de la serie. Eso es con lo que llevan lidiando sus creadores desde que hace dos años estrenaron su serie. “La gente nos dice todo el rato: ‘Me ha pasado una historia de Poquita fe’. Pero te cuentan una cosa que… no tendríamos ni idea qué hacer con ella. Un director me contó que había ido al proctólogo y que me lo dejaba para la serie. Y yo pensando: ‘No voy a contar eso…”, recuerda, casi hablando como uno de sus personajes, el co-creador y director Pepón Montero antes del estreno de la segunda temporada, que llega a Movistar Plus+ este jueves: “Pero me gusta que vean la vida con esos ojos”.
“¿Cómo nosotros, como ministerio, podemos garantizar que esto no siga pasando?“. Esa fue la pregunta que una trabajadora del Ministerio de Igualdad hizo el pasado 6 de marzo cuando personal de Cometa ―el centro que se ocupa de las pulseras antimaltratadores― le explicaron los problemas que estaba teniendo con los GPS de los dispositivos. Fue en una de las múltiples reuniones que ha mantenido con la plantilla y responsables de las adjudicatarias (Vodafone y Securitas) sobre todo en el último año y medio, después de que cambiaran las empresas que dan el servicio y empezaran a producirse múltiples fallos que llevaron, según el personal de ese organismo, a “mucho caos”.
El Registro Nacional de Cirugía Cardiovascular (RECC), una herramienta de la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular que recopila datos sobre la actividad de los centros sanitarios, confirma el liderazgo nacional del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en intervenciones quirúrgicas. El HUCA es el hospital de España que más dolencias cardiacas opera, y figura entre los mejores en supervivencia con una mortalidad del 3,6% frente al 5,8% de media estatal. Además, ningún paciente espera más de 180 días para pasar por quirófano en un servicio que tiene 39 días de demora media, frente a los 67 del Sistema Nacional de Salud.
Manuel Muñiz (León, 42 años) sueña con que IE University, que opera entre Segovia y Madrid y de la que es rector, termine eligiendo a todos los alumnos sin preocuparse de su capacidad económica. Como hace Harvard con sus casi 400 años de historia. Paso a paso. Muñiz, exsecretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores (2020-2021), tiene un perfil académico envidiable: cursó Derecho en la Universidad Complutense, se doctoró en relaciones internacionales en Oxford y cuenta con un máster en administración pública por la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard.
Venimos de diferentes lugares y culturas de toda Europa. Crecimos en diferentes sistemas políticos, hablamos diferentes lenguas y estamos marcados por diferentes historias. Pero estamos unidos por algo poderoso: el sentimiento de ser europeos de corazón. Con el aumento de las tensiones mundiales y de la incertidumbre, este sentimiento es más valioso hoy en día de lo que nunca antes lo había sido.
No hay recta de llegada en el circuito suizo de Lenzerheide, sino una amplia curva en cuyo exterior nace una ladera de hierba que hace las veces de graderío natural. El domingo, la plaza estaba exageradamente saturada de un público emocionado y ávido de contemplar las últimas pedaladas de Nino Schurter, sin discusión el especialista de mountain bike (en la categoría XCO) más grande que ha existido. Se despide el suizo y se lleva casi 17 años de evolución y explosión de la bici de montaña, amén de diez títulos mundiales, nueve generales de la Copa del Mundo de la especialidad con 36 victorias, un oro olímpico en Río, una plata en Londres y un bronce en Pekín. Fue precisamente en los Juegos de 2008 cuando Schurter se asomó, con 22 años, entre la élite de la modalidad. Un año después, vestiría su primer maillot arcoíris. En 2022, ganó su último mundial, con 36 años.
Para celebrar su vuelta, repasé la primera temporada de Slow Horses. Me provocó nostalgia —y solo han pasado tres años—, ver una extrema derecha británica casi clandestina ahora que reúnen a 110.000 manifestantes en Londres. Añoro la decencia. Hace días vi a Morgan Freeman en Deep Impact exudando dignidad como un presidente de Estados Unidos que prefiere morir como un ciudadano más y no acepta su plaza en un búnker, y pensaba que Trump sería el primero en refugiarse. Siempre veo Deep Impact hasta el final por la ola, aunque es irreal. La que devastaría Manhattan no sería majestuosa, solo agua turbia y repleta de basura. Hay la misma diferencia que entre el personaje de Freeman y el presidente real.
Las escenas del cortometraje Disonancia, que acaba de ser presentado en Madrid, muestran un muro de más de 2.700 kilómetros construido por Marruecos en los ochenta para prohibir el paso y mantener su control en el Sáhara Occidental. También enseñan el desierto, repleto de minas antipersona ocultas en la arena. Según el Servicio de Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas (UNMAS, por sus siglas en inglés), esta es una de las zonas del planeta con mayor concentración de explosivos de este tipo.