“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
La izquierda que está a la izquierda de la izquierda coincide a veces peligrosamente con la derecha que está a la derecha de la derecha. Leyéndolos y escuchándolos —a los políticos que llevan la voz cantante y también a quienes, gratis o cobrando, le hacen el juego en los medios y las redes sociales— se llega a la conclusión de que el verdadero objetivo de la política ultra es que salte todo por los aires, lo que no funciona, pero también lo que funciona. Esto, que no tendría demasiada importancia en tiempos tranquilos, se convierte en un peligro real cuando la izquierda moderada navega con un salvavidas prestado y la derecha que se considera razonable deja de serlo con tal de recuperar el poder lo antes posible y a cualquier precio. Y así estamos, aprovechando cualquier cosa que suceda en el mundo, incluso la tragedia retransmitida en directo de miles de personas indefensas huyendo de sus casas bajo el fuego israelí. Todo vale con tal de ajustarnos nuestras cuentas miserables.
En medio de la oleada de incendios sin precedentes de este verano, el presidente del Gobierno planteó la necesidad de negociar un pacto de Estado con el fin de que España se pertreche para afrontar la emergencia climática. La propuesta del Ejecutivo planteaba diez compromisos iniciales sobre prevención de incendios, gestión del agua, adaptación urbana al calor, fortalecimiento de medios de emergencias y la creación de una Agencia Estatal de Protección Civil y Emergencias.
Los tetrápodos, los seres vivos con cuatro extremidades entre los que están los humanos, usan sus patas y manos para relacionarse con el entorno. Con ellas se mueven, persiguen o escapan, se alimentan o pelean por reproducirse. En los mamíferos, reptiles, aves y en mucha menor medida los anfibios, sus extremos tienen estructuras ricas en queratina. Toman la forma final de garras, pezuñas o uñas. Se daba por hecho que los roedores tienen de las primeras. Pero no, un amplio estudio publicado en Science muestra que eso solo es cierto para cuatro de sus dedos. En el quinto, el pulgar, la mayoría tienen uña muy parecida a las humanas. Para los autores, ese dedo gordo diferente les ayudó a conquistar el planeta.
David Real es plenamente consciente de que su trabajo no tiene nada de normal. Porque trabaja en un aeropuerto militar en una base militar española, la de Rota, para una compañía americana. Porque el equipaje especial que para cualquier colega de un aeródromo civil puede ser una bicicleta, para él es un misil. Pero sobre todo porque se siente víctima de una lucha laboral tan enrocada que ya lleva siete años en huelga contra una empresa que ya acumula unos 50 despidos y una declaración de non grata del municipio de Rota a la que pronto se sumará otra reprobación. “No hay día que no entre por la puerta del trabajo, que no sienta que pueda ser mi último día. Somos como trofeos de caza”, denuncia Real con una pasmosa resignación.
Stewart Home (Londres, 63 años) es un mito de la contracultura británica: director, escritor, dramaturgo y activista, célebre por sus novelas pulp que reflejaban el Londres de los años setenta, poblados por hooligans, skinheads y buscavidas y por su condición de tipo que habla sin ambages de cualquier asunto que considere digno de ser destripado. Su último trabajo es un libro cuyo título no da lugar a equívocos: Fascist Yoga (Editorial Pluto). “Originalmente, el libro se llamaba ‘Yoguis fascistas y fraudes de la new age: Cultura física con un toque de faquir’. Sin embargo, el consenso entre el equipo de ventas y edición de Pluto era que necesitábamos las palabras “fascista” y “yoga” en el título principal para asegurarnos de que los lectores potenciales entendieran de qué trataba el libro”, cuenta Home, cuya obra más celebrada tal vez sea Tainted Love (Colectivo Bruxista), en la que narra el Londres de los años sesenta a partir de los diarios que dejó su madre, prostituta y drogadicta.
Unes celles descolorides, un serrell mal tallat per una amiga i cinc dies sense dutxar-se. Aquesta va ser la fórmula guanyadora que ha acabat portant a Llúcia Garcia (2006) a la pantalla gran. L’equip de càsting de Carla Simón la va descobrir a la plaça de la Vila de Gràcia quan tornava de campaments (“la foto que em van fer és molt criminal”, recorda rient), i amb divuit anys i sense experiència professional prèvia, es va trobar enmig del rodatge de Romería, la tercera pel·lícula de la directora.
Es jueves, se celebra el Debate del Estado de la Región, e Isabel Díaz Ayuso enmienda a Isabel Díaz Ayuso. “La familia (...) necesita organizar su casa, su economía”, dice para justificar que los concebidos no nacidos cuenten en las ayudas que se deciden en función de la renta familiar. Ocurre que las más de 60.000 familias que la Administración calcula que solicitan las becas regionales para estudiar en centros privados Educación Infantil, Bachillerato y Formación Profesional han arrancado el curso sin saber si Madrid les va a dar la beca que han solicitado. Otra vez. Que ha habido años, como 2020, en los que eso no se supo hasta finales de noviembre, tras el pago de tres mensualidades. Y que eso ha provocado que en cursos pasados haya habido alguna familia que ha tenido que pedir un crédito a mitad de curso, tras descubrir que Madrid le denegaba la ayuda y que no podían pagar por sí solas los estudios que ya cursaban sus hijos, según denuncian en la federación de asociaciones de padres y madres de alumnos Francisco Giner de los Ríos y en el sindicato CC OO.
La noche del lunes 1 de septiembre, el Movimiento de Liberación de Sudán (MLS) liderado por Abdulwahid al Nur, un grupo armado rebelde de Darfur, difundió un comunicado en el que confirmó la tragedia: el día antes, un gran deslizamiento de tierras en las montañas Marra, una zona bajo su control en el Estado de Darfur Central, había sepultado la aldea de Tarsin. Según la información preliminar difundida por el grupo, todos sus habitantes —más de mil personas— habrían fallecido en el acto, con la única excepción de un superviviente.
La National Portrait Gallery, que sintetiza la historia y la personalidad del Reino Unido a través de su maravillosa colección de retratos de personajes célebres, remodeló sus instalaciones y cambió de cara en junio de 2023, después de permanecer cerrada tres años. La portada del nuevo libro oficial del museo, que se publicó para la ocasión y reúne sus obras más relevantes, es la foto que Brian Duffy tomó de David Bowie, transmutado en uno de sus primeros personajes, Ziggy Stardust. Con el tupé endiablado y los pelos rojizos encrespados, la mirada hipnótica, los ojos eléctricos, los pómulos de acero, la piel como de mármol y aquel rayo rojo y azul que recorría en diagonal su rostro e imitaron los cientos de miles de seguidores de uno de los artistas británicos más icónicos del siglo XX.
Cuenta la leyenda, y es una leyenda cierta, que, en la época en la que estaba escribiendo Seinfeld, Larry David contrataba a guionistas a los que pedía que le contasen sus historias más divertidas —todas debían estar basadas en hechos reales— y una vez los había exprimido —una vez no había más historias que contar—, buscaba a otros. Por supuesto, las historias debían resultarle divertidas no sólo a él, sino también a Jerry Seinfeld, cocreador de la famosísima sit-com, un clásico —o el clásico— del género. Eso hacía que, por más variadas que fuesen las anécdotas, todas tuviesen algo en común. Eso y el tono con el que debían escribirse. Que era el tono de este libro, el primero de los dos únicos libros —novelas— de Robert Plunket (Greenville, Texas, 80 años), el aspirante a actor que jamás ha sido famoso —a día de hoy, sigue viviendo en un parque de caravanas, y sus vecinos no se creen que sea escritor— y al que, sin embargo, admira la mismísima Madonna. ¿Y todo por qué? ¿Por escribir un libro protagonizado por un chiflado que a su vez está chiflado por 1) la danza Morris, sea lo que sea la danza Morris; y, 2) el presidente más fugaz de la historia de los presidentes de Estados Unidos, alguien llamado Warren Gamaliel Harding?
Los papeles de HardingRobert Plunket Traducción: Regina López Muñoz Impedimenta, 2025 336 páginas. 24,95 euros.Desde las primeras páginas, este ensayo sobre Jürgen Habermas sorprende por su enfoque inusual. No es —ni pretende ser— una biografía al uso; para eso está ya la obra canónica de Müller‑Doohm, publicada también por Trotta, en la que el propio autor se apoya a menudo. Tampoco es —ni pretende ser— una exposición sistemática del pensamiento de Habermas, ni siquiera una introducción a su teoría filosófica y sociológica, terrenos ambos ampliamente cubiertos ya por una vasta bibliografía. Lo que Philipp Felsch ofrece —fiel a su oficio de historiador de la cultura— es, sobre todo, una crónica de Habermas como intelectual público y su influencia en la configuración del imaginario político y cultural de la Alemania de posguerra hasta nuestros días.
El filósofo: Habermas y nosotrosPhilipp Felsch Traducción de María Dolores Ábalos Trotta, 2025 220 páginas, 20 eurosEn los almacenes fríos de la Filmoteca Española hay cintas metálicas apiladas y cajas selladas sin abrir. Un grupo de seis profesionales técnicos, de entre 28 y 44 años, fueron los encargados de recuperar más de 400 latas, de más de 6.000 que había sin revisar, de material inédito del No-Do, el noticiero de la dictadura franquista que se proyectaba en los cines antes de cada película. Tras un trabajo de 10 meses devolvieron la vida a carretes que contenían la historia de un país: conciertos, días de pesca de Francisco Franco, partidos de fútbol, entrevistas a celebridades de la época, concursos insólitos y un popurrí de historias de la España del siglo XX. El equipo asumió la tarea para la serie Los archivos secretos del No-Do, que se estrena este miércoles 17 de septiembre por RTVE, en una producción conjunta con la Filmoteca Española y la productora Minoría Absoluta.
Los ciclistas del Team Israel-Premier Tech se instalaron el domingo en Madrid en un paradero desconocido por seguridad y escoltados por fuertes medidas de seguridad. En la capital se vivió el último episodio del boicot a la participación del equipo Israel en la Vuelta a España. No se pudo completar la etapa y tampoco la tradicional ceremonia del podio. La organización de la Vuelta a España y la Unión Ciclista Internacional (UCI) aseguran no haber encontrado en sus reglamentos argumentos que motiven la exclusión del equipo ciclista israelí. Su presencia en las carreteras españolas ha provocado el agolpamiento en las cunetas de miles de manifestantes que claman contra la participación del conjunto israelí en la ronda ciclista española y el fin de la masacre que está perpetrando Israel en la franja de Gaza.
Apenas 24 horas después de ser campeón olímpico en París, Jordan Díaz estaba tan cansado a pesar de haber dormido 20 horas, que en todas las entrevistas que dio ese domingo repitió la misma respuesta: “Me voy de aquí con ganas de todo, menos de entrenar, menos de deporte. No quiero saber nada. Ahora mismo lo que necesito es un descansito. Al final estoy todo el año entrenando para estos objetivos. Y es complicado. Siempre hay altibajos y, tanto a nivel físico como psicológico, hay que saber gestionarlo todo bien, porque es complicado”.
En los alrededores de Anfield, la fina lluvia y la fuerte brisa empapan y cimbrean una silueta de cartón de Diogo Jota, el extremo portugués fallecido este verano en accidente de tráfico, efímero jugador del Atlético de Madrid y ya mito y leyenda del Liverpool. Murales y ofrendas en honor al atacante luso ambientan de melancolía el estreno de esta noche del campeón inglés y de Diego Pablo Simeone y sus futbolistas en la Champions League (21.00 horas; Movistar LC). El capitán Koke y el presidente, Enrique Cerezo, se sumaron a los homenajes con la entrega de un ramo de flores.
Una de las preguntas que más frecuentemente plantean los familiares y maestros de niños pequeños es a partir de qué edad pueden tener contacto sus hijos y alumnos con los dispositivos tecnológicos. Lo cierto es que la respuesta a esta pregunta no es nada sencilla. Nos encontramos en pleno debate sobre el uso de dispositivos tecnológicos por parte de menores en sus diferentes ámbitos de desarrollo: escolar, familiar, social, etcétera. Cada familia, con su idiosincrasia y sus valores, deberá tomar una decisión sobre a qué año sus hijos tendrán un uso habitual con los diferentes dispositivos tecnológicos y en qué condiciones.
Un par de consideraciones tras contemplar los ocho capítulos de la primera temporada de Los amos de la ciudad. En primer lugar, Liverpool, una de las dos localizaciones por las que transcurre la serie, y aun conscientes de que fue allí donde se formaron los Beatles, es una de las ciudades más feas que existen, fea y anodina, mal que les pese a los apasionados hooligans locales. En segundo lugar, señalar que la familia mafiosa que protagoniza la historia, y deseosa de desaparecer un tiempo por las incomodidades que acarrean las investigaciones policiales, decide trasladarse a la malagueña Costa del Sol, lo que como sabemos es una zona privilegiada para el turismo, para el refugio de delincuentes y para el viaje de algunos alcaldes locales desde la sede municipal al Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre.
Cuando era pequeño, mis padres escuchaban siempre el programa Any Questions? [un programa de discusión política británico] en el transistor, como lo llamábamos entonces. Yo me tragaba el programa entero presa del más absoluto aburrimiento, consciente de que se trataba de una actividad reservada a los adultos y de que la posibilidad de que apareciera un accidente de coche o un tiroteo –aparte de uno metafórico– era inexistente. De adolescente lo escuchaba con un grado de comprensión algo mayor, pero con una especie de asombro al ver que la gente podía expresarse con tal soltura, saber tantas cosas, razonar con tanta lucidez. Lanzaban una pregunta y, sin apenas esforzarse, los tertulianos prodigaban respuestas y recibían aplausos. Ahora que soy adulto, veo a veces Question Time [un programa de debate de la BBC] en la televisión con una mezcla muy parecida de horrorizada admiración. Nadie se detiene a respirar, nadie duda. Y, sobre todo, me he percatado de que nadie cambia ni ha cambiado nunca de opinión. Ninguno de los tertulianos se deja convencer por los argumentos del otro, nadie dice nunca “Ah, ahora caigo, usted tiene razón y yo estaba equivocado”. Sus opiniones, las exprese una mujer o un hombre, son como irrenunciables símbolos viriles.
En los alrededores del lago Balaton, una zona conocida turísticamente al oeste de Hungría, Ivett Korosi se enoja cuando echa una mirada a los precios de las cartas de los restaurantes. “Por un plato de carne rebozada con patatas, lo más popular de Hungría, y una bebida se paga 8.000 florines, unos 20 euros”, exclama esta periodista de 37 años. Hace tres años, antes de que la economía húngara se desplomara y la inflación estallara, rondaba los 5.000 florines, unos 12 euros en la actualidad, pero menos de 10 entonces. “Es un verdadero lujo comer fuera; ni los locales mediocres bajan de esa suma”, explica Korosi, visiblemente molesta: “La precariedad económica se ha vuelto un tema de conversación común; incluso, familias de clase media se quejan de que gastan mensualmente mucho más que hace unos años, lo que les ha obligado a recortar gastos y pequeños caprichos que antes eran normales”, afirma. “Y en Hungría hay muchas personas viviendo sin ningún tipo de ahorros”, recalca.
Durante años los mercados emergentes han sido una especie de cofre del tesoro financiero: cada cierto tiempo resurgen con la promesa de crecimiento, diversificación y rendimientos atractivos. Este parece ser uno de esos momentos. Los expertos coinciden en que el contexto actual juega a su favor. Sin embargo, advierten que no todas las promesas se cumplen y que invertir en este tipo de activos sigue exigiendo paciencia, visión de largo plazo y, sobre todo, templanza.