“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
La modorra monetaria en que se ha sumido el Banco Central Europeo, que lleva tres reuniones consecutivas sin tocar los tipos de interés y este jueves consumará la cuarta, no tiene visos de ceñirse solo al frío invierno. La hibernación, un lujo al alcance solo de quienes han hecho los deberes con la inflación, podría prolongarse mucho más allá si no aparecen cisnes negros en el camino. Así lo estiman los analistas y así lo reflejan las señales lanzadas por Christine Lagarde en los últimos tiempos, comparativamente plácidos en lo geopolítico y lo comercial, frente a un primer semestre de furor arancelario y conflicto en Oriente Próximo.
La economía mundial se asienta sobre una montaña de deuda que no ha parado de crecer desde la pandemia, de forma acelerada en algunos casos, y que va a seguir engordando el próximo año. El pago creciente de intereses, una cuestión acuciante en el caso de EE UU, la refinanciación de los vencimientos y el desequilibrio de las cuentas públicas que no se ve compensado por el crecimiento van a continuar siendo las coordenadas que alimentarán la bola de nieve de la deuda pública también en 2026. El endeudamiento de la zona euro marcará un nuevo récord, y junto a Estados Unidos las emisiones de nueva deuda superarán los tres billones de euros.
Querida Maruja: lo has conseguido. Has pasado a la posteridad. Seguramente, Maruja Mallo estaría encantada de recibir una carta con ese mensaje. Le gustaría conocer la relevancia que ha alcanzado su figura en la actualidad ya que uno de sus objetivos vitales fue que se reconociera su importancia como artista. Quería triunfar. No es una conjetura, solo hay que leer sus misivas para concluir que trabajó para construirse una identidad y que su obra fuera valorada y expuesta en los principales museos y galerías del mundo y por los agentes artísticos más importantes. Accedió a todos, como se puede comprobar en el libro que ahora publica la editorial Renacimiento, Cartas de Maruja Mallo, la recopilación de las epístolas, muchas de ellas inéditas, de la artista que protagoniza la gran exposición Maruja Mallo. Máscara y compás, que se puede ver en el Museo Reina Sofía hasta el 16 de marzo. Y el libro matiza bien el título: “De Maruja”, no a Maruja, una preposición que indica que ella no conservó muchas, las que se conocen son las que atesoraron sus destinatarios, las escritas de su puño y letra, bueno, también las hay mecanografiadas.
Si en la inolvidable Conversación en La Catedral, de Vargas Llosa, la pregunta sobre cuándo se jodió el Perú podía contestarla la política del medio siglo anterior, en El contrabando ejemplar, de Pablo Maurette, la respuesta a cuándo se jodió la Argentina se remonta a los orígenes mismos de la nación, a la práctica durante doscientos años del contrabando de esclavos y al mito de origen de un monstruo tricéfalo nacido del cruce de una india querandí (Teruca) con un europeo (Álvaro). Pero tanto el tráfico clandestino como la teratología le sirven a Maurette no solo como motivos recurrentes en su exploración de la identidad argentina sino como principios constructivos de la obra, y esta coherencia entre asunto y técnica, junto con una prosa de alta elaboración, cruzada de tonos y acentos diversos, hacen que la novela sea el premio Herralde más certero (y literario) de los últimos años.
El contrabando ejemplar Pablo Maurette Anagrama, 2025 344 páginas. 19,90 eurosDesde su propio nombre, con el que aparece registrada en su partida de nacimiento, Rosalinda Galán reconoce sentirse predestinada: “Fíjate cómo me llamo, mi madre me parió ya coplera”. Esta cantante y actriz sevillana de 35 años nacida en Los Palacios, una localidad cercana a la capital andaluza con una fortísima raigambre flamenca, está poniendo patas arriba la música de raíz y el folclore nacional con un proyecto en el que pasa la copla tradicional —de la que es una profunda estudiosa, con una vocación casi antropológica— por el tamiz de la música electrónica. Después de haber cantado en musicales y de haberse escondido tras el nombre artístico de Machita, un proyecto musical con una banda con la que tanto sus letras como sus canciones “eran algo más clásicas”, Rosalinda Galán se destapa.
Nada resulta más contraproducente para el normal desarrollo de un adolescente que un buen ramillete de excusas. Y lo mismo sirve para un futbolista que cobra sus nóminas en millones de euros o un entrenador del máximo nivel. Hay mil proverbios sobre este asunto, casi todos desfasados en la forma, pero muy aprovechables en el fondo, sobre todo cuando la autoría de dichas excusas lleva la firma de quienes debieran fiscalizar el comportamiento del adolescente, el rendimiento del futbolista o los resultados del entrenador. En el fútbol de élite, donde todo se mide en victorias parciales, títulos finales y jerarquía, la excusa nunca funciona como salvavidas, sino como coartada. Y el Real Madrid, desde hace ya un tiempo, ha decidido convertir la coartada en protocolo.
El tiempo pasó y el viaje llegó. Dos meses después de que la Euroliga anunciara que a partir del 1 de diciembre los dos equipos de Israel volverían a jugar en su casa, en Tel Aviv, el Valencia Basket aterrizó en el país vetado en la competición durante casi 800 días por la matanza de Gaza y lo hizo rodeado de una gran opacidad. El club decidió no informar de nada antes del partido de hoy (20.05, Movistar) contra el Maccabi, que finalmente se disputará en el Pais Arena de Jerusalén, y no en Tel Aviv, frente a un histórico con seis Copas de Europa.
Todo cambió en el llagar de Villaviciosa (Asturias), donde se elabora la popular sidra El Gaitero, cuando a mediados de los años cincuenta apareció por allí Daniel Colomina, maestro turronero de Jijona. Su llegada no tuvo inicialmente que ver con el turrón, pero para entender esta historia de dulces hay que retroceder un poco. Valle, Ballina y Fernández, fundada en 1890 y dedicada a la elaboración de sidra, siempre tuvo en la manzana el eje de su actividad.
Acantilados espectaculares, playas desiertas y caprichosas formaciones rocosas. No estamos en ninguna isla exótica y remota. Estamos en la costa mediterránea, de la Región de Murcia y Almería, del Cabo de Palos al cabo de Gata. Un viaje por carreteras secundarias descubrirá arenales increíbles o con poca gente y zonas protegidas muy cinematográficas. Unos 200 kilómetros perfectos para un road trip por el litoral español.
Más información en la guía Explora Andalucía de Lonely Planet y en la web lonelyplanet.es.
Es tonta, ñoña, repetitiva, llena de tramas sin sentido y personajes abofeteables. Está repleta de clichés y sus protagonistas visten de una forma que jamás haría una persona razonable en la vida real. Emily en París es absurda, y por eso es tan divertida. Ya va por su quinta temporada y confirmamos que sigue siendo tan tonta y tan entretenida como siempre. Es comida basura hecha televisión. Y justo por eso, millones de personas caen (caemos) en sus redes cada temporada. Porque a veces una no necesita una serie sesuda, trascendental, profunda. A veces, una solo quiere ponerse delante de la pantalla y no pensar, ver una serie que se tome tan poco en serio a sí misma como nosotros a ella.
Un Gobierno de Estados Unidos que defiende que la extrema derecha se exprese libremente. Que se muestra obsequioso con Rusia y contemporiza con China. Un Gobierno para el que los malos son las “blandengues” democracias liberales europeas, y un país invadido, Ucrania, es tan culpable de su ocupación como el agresor, Moscú. No es una distopía creada por el George Orwell de 1984 o por el Philip K. Dick de El hombre en el castillo. Tampoco fruto de las peores pesadillas de expresidentes como Franklin D. Roosevelt o Ronald Reagan. Es la Administración del presidente Donald Trump y su visión de la política exterior. Una visión en la que importan los países ricos o aquellos de los que se puede sacar provecho. El resto, en palabras del propio mandatario, son “basura” como Somalia.
La mayoría de las especies tienen lo que llamamos dimorfismo sexual, que es la diferencia fisiológica entre hembras y machos. Esta diferencia afecta, entre otros aspectos, al aparato reproductor. El de las hembras es el que está preparado para parir o poner huevos y el de los machos para fertilizar los ovocitos. Esto hace que los machos no puedan parir o poner huevos porque sus organismos no cuentan con los órganos necesarios para ello. Lo que sí ocurre en algunas especies es que los machos están mucho más implicados en la reproducción que la mera fecundación de las hembras. Dos ejemplos claros son los de los caballitos de mar y los de algunas especies de peces.
Otro capítulo de la apasionante vida y el legado de Artemisia Gentileschi, la gran pintora italiana del siglo XVII, se cuenta estos días en Madrid. En la Fundación María Cristina Masaveu Peterson se puede contemplar, hasta el 25 de enero, como un clásico regalo navideño, una de las más bellas versiones de La Virgen de la leche, toda una joya artística que desvela numerosos secretos sobre su autora y la propia historia del cuadro.
Imagino que Blue Lights no estará en muchas listas de lo mejor del año porque Movistar Plus+ la estrenó a finales de noviembre y las series que frisan el fin de año tienen más difícil colarse en estos rankings. Deduzco que tampoco encontraremos en ellas la recién estrenada segunda parte de la gozosa Fallout ni mucho menos Verdades ocultas, que llegará a Disney+ la última semana de 2025 y viene precedida de críticas extraordinarias. La premura por ofrecer estas listas, que no obedece más que a nuestra ansiedad por leerlas cuanto antes, provoca que muchas veces no hablemos realmente de lo mejor del año, sino de lo mejor de 11 meses. Nacer en determinada fecha puede ser una desventaja. Como soy de finales de junio, recuerdo a los niños que cumplían años durante el curso lectivo siendo reyes de la clase por un día con sus caramelos y el cumpleaños feliz a cuarenta voces que yo nunca tuve. Me daban tanta envidia que me planteé fingir que había nacido en marzo, pero luego habría tenido que pasarme la vida actuando como una piscis.
A los hospitales de Gaza ya no llegan diariamente decenas de heridos en los bombardeos, pero el sistema sanitario sigue hecho pedazos y colapsado mientras emergen nuevos problemas de salud debido a la falta de cuidados o a las “horripilantes” condiciones de vida, alerta Aitor Zabalgogeazkoa (Bilbao, 1964), coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), que salió de la Franja a mediados de noviembre.
En su segundo mandato, Donald Trump está mostrando una obsesión con la Casa Blanca −el edificio, no la institución a la que este sirve de sede− que supera con mucho el precedente de su primera presidencia. El republicano ha redecorado sus estancias a base de molduras doradas y de cambiar cuadros de sitio y poner otros nuevos. También ha remodelado baños y ha iniciado una ampliación sin precedentes con la demolición del ala este para levantar en ese flanco de la residencia un salón de baile para el que no ha pedido permiso y que alterará las proporciones del conjunto.
Coca y crudo. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusa a Venezuela de ser un narcoestado. Y a su presidente de ser el líder del Cartel de los Soles, un supuesto grupo dedicado al tráfico de drogas. Más allá de las acusaciones sin pruebas lanzadas por el millonario republicano, Venezuela es el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, y Trump considera que les pertenecen: “Nos quitaron todo nuestro petróleo y lo queremos de vuelta”, dijo este martes.
El Senado de Brasil aprobó la noche del miércoles, con 48 votos a favor, 25 en contra y una abstención, el proyecto de ley para rebajar las penas de cárcel del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro y del resto de condenados por golpismo. La polémica propuesta ya se había aprobado la semana pasada en la Cámara de Diputados, por lo que para que entre en vigor ahora sólo falta la sanción final del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. El líder brasileño, frontalmente contrario a la medida, ya ha dicho que la vetará, pero no servirá de nada, más allá del simbolismo, porque los diputados pueden restaurar el texto acto seguido. Es probable, en todo caso, que desde la izquierda se lleve la ley al Tribunal Supremo cuestionando su constitucionalidad.
Para mucha gente, el coche familiar es uno de los lugares de la infancia, escenario de recuerdos vívidos y espacio emocional insustituible. Sin embargo, Asier Rua (San Sebastián, 41 años) no solo no conduce, sino que en su memoria apenas ocupa lugar el automóvil. “Mi padre era marinero y nunca estaba en casa y madre no tenía carné, así que de pequeño no tuvimos coche”, recuerda. “Cuando me trasladé a vivir a Madrid, me sorprendía cuánta gente era incapaz de vivir sin coche, mientras que yo tenía la percepción contraria, ya que me parecía algo muy incómodo. Siempre me he movido en bici por la ciudad. Para mí lo sensato es, en general, caminar, usar la bici o el transporte público”. Sin embargo, Rua, fotógrafo (es colaborador habitual de EL PAÍS) y también editor, acaba de publicar Carrocería (Rua Ediciones), un fotolibro en el que todas las imágenes están ocupadas por la superficie lustrosa de distintos coches. Lo de “ocupadas” hay que entenderlo al pie de la letra: no es que en el libro se “vean” coches, sino que la carrocería de los vehículos se extiende por toda la imagen y se convierte en la superficie sobre la que aparece reflejada la ciudad, distorsionada por las concavidades y convexidades de la carcasa metálica. Carrocería propone así una forma nueva de ver la ciudad, y también la relación entre el coche y el espacio urbano.
En Ideas nos encantan las entrevistas. Tanto, que se pueden contar con los dedos de una mano las semanas que no hemos contado con nuestra conversación de rigor. Gracias a la escucha de los diálogos que mantienen nuestros periodistas con los grandes pensadores de nuestra era, podemos alcanzar algunas conclusiones (o al menos intentarlo).