“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Un joven espigado se desplaza, un poco alterado, de un lado a otro de la línea policial que protege el desalojo del instituto B9 de Badalona. Levanta los brazos y habla con cierto aire retador, pero a una distancia prudente, a los antidisturbios que acaban de expulsarle, a él y a sus compañeros, del lugar que les ha servido bien o mal de refugio durante dos años. “Iremos a un local todavía más grande que este. ¡Esta misma noche! Vosotros tenéis riquezas, pero nosotros somos africanos. ¡Viva África!“, exclama.
Cuando se habla de longevidad, mucha gente prima la calidad por encima de la cantidad. Más que vivir hasta los 100, nos preocupa cómo estaremos en nuestra etapa final. Casi todo el mundo firmaría tener una existencia más corta, pero en plenitud de facultades. Sobre todo, por lo que respecta a nuestra capacidad para pensar, recordar e interactuar con los demás. Hace décadas que las farmacias y tiendas de salud natural ofrecen toda clase de suplementos para nuestro centro de operaciones. Sin embargo, la eficacia de muchos de ellos no está demostrada por la ciencia.
La teoría rusa contra la mujer más longeva— De acuerdo con los registros oficiales, la persona más longeva comprobada fue la francesa Jeanne Louise Calment, quien llegó a vivir 122 años y 164 días. No obstante, según una hipótesis defendida por un grupo de investigadores rusos liderado por Nikolai Zak, este récord estaría falseado. Jeanne Louise habría muerto a los 99 años y su identidad fue suplantada por su hija Yvonne para ahorrarse impuestos.
— En cuanto al hombre más longevo, ese honor corresponde al japonés Jirōemon Kimura. Falleció tras 116 años y 54 días de estancia en este mundo, casi seis años y medio por debajo del récord femenino.
A Sarah Mardini le persigue un juicio desde hace siete años. Ella tiene 30. Le piden hasta 20 años de cárcel por su trabajo como socorrista en Lesbos. La vista arrancó el 4 de diciembre y está previsto que continúe los días 15 y 16 de enero. La acusan, junto a otros 23 trabajadores humanitarios, de favorecer la inmigración ilegal durante los rescates en el Egeo. La policía sostiene que los mensajes con posiciones marítimas que compartían por WhatsApp no solo servían para localizar embarcaciones en peligro, sino también para facilitar la entrada de refugiados en Europa. Los hechos se sitúan entre 2015 y 2018, cuando una operación policial acabó con Mardini y su compañero Seán Binder en prisión preventiva durante más de tres meses.
La escena final de Los puentes de Madison tenía tanta fuerza narrativa que el diálogo entre los protagonistas no necesitó de palabras, tan solo de miradas temblorosas bajo la lluvia, un remolque encadenado y lágrimas que llegan donde el lenguaje ni puede ni sabe. La resistencia original de los puentes cubiertos de Iowa era notable, pero inestable y dudosa. Requieren de mantenimiento y rehabilitaciones constantes. Me acordé de ellos mientras visitaba los dos puentes de madera de tea que resisten en el municipio de Garafía, al noroeste de la isla de La Palma, y pensé en Robert J. Waller, autor de la novela The Bridges of Madison County, que tomó el renqueante Roseman Bridge como metáfora de la indecisión, y me dio por pensar que, si la hubiera ambientado en la Palma, el final sería otro, porque la tea se distingue del resto de otras maderas de pino, sobre todo, por su enorme resistencia.
A Pedro Sánchez Pérez-Castejón, presidente del Gobierno de España al cierre de estas líneas, no le llega la camisa al cuello. No es una metáfora, sino una mera constatación de los hechos después de haber podido observarlo la otra tarde desde todos los ángulos a un palmo de mi jeta. Según los maestros camiseros, la talla justa de pescuezo es la resultante de medir con una cinta de modista la gola del sujeto justo por debajo de la nuez dejando hueco para meter un dedo. Lo que no especifican es qué dedo. Porque no es lo mismo uno propio con el que acariciarse la sotabarba que uno ajeno que quiera cortarte el resuello. La cosa es que el otro día, en la copa de Navidad que ofrece el Gobierno a los periodistas, al presidente, libre del yugo de la corbata con la que, por la mañana, había bostezado ante sus preguntas incómodas en la comparecencia de balance del curso político, le cabían mínimo tres dígitos entre el galillo y el primer botón abierto. En parte, supongo, por los disgustos. En parte, especulo, para dejar sitio a los sapos que, según él mismo, ha tenido que tragarse al enterarse de que algunos de los ungidos por su índice como príncipes del PSOE le han salido rana.
España lleva tres semanas sufriendo una epidemia de gripe por la irrupción de una nueva variante del virus (el llamado subclado K) que ha adelantado la habitual ola epidémica. A la espera de los últimos datos oficiales, que se publican este jueves y muy previsiblemente crecerán, la tasa de síndrome gripal se situaba en 349,5 casos por cada 100.000 habitantes, casi nueve veces más que el 27 de noviembre, cuando se superó el umbral pandémico, fijado en 37 casos por 100.000 habitantes.
Andar, lo que es andar, anduvo. Y más por estos lares. Una semana después de la marcha de Robe Iniesta, Plasencia, su ciudad natal, sigue envuelta en una melancolía extraña. No acostumbra este rincón extremeño a ser noticia. Tal vez salga dos o tres veces al año en algún informativo nacional, por los fallos del tren, algún suceso extraordinario, o la clásica conexión veraniega con algún intrépido reportero llegado de Madrid que se da un chapuzón por las piscinas naturales de su entorno. El domingo pasado, de pronto, los ojos de España estaban puestos aquí.
En mi lugar de trabajo hemos vivido un caso que refleja con crudeza las carencias de nuestro sistema de conciliación. Una compañera de 27 años, con un talento extraordinario y un futuro prometedor, quedó embarazada y poco después se vio obligada a presentar su baja voluntaria. Ella y su pareja no podían compaginar el cuidado del bebé con sus responsabilidades profesionales y, sin apoyo familiar ni recursos públicos suficientes, la única salida fue renunciar a su empleo. Cada renuncia como la suya supone una pérdida irreparable de talento para las empresas y un retroceso en igualdad. La conciliación no puede seguir siendo un privilegio, debe ser un derecho garantizado para que ninguna mujer tenga que abandonar sus sueños por falta de apoyo.
La operación militar de la semana pasada contra el Skipper, un buque petrolero frente a las costas venezolanas fue una declaración de intenciones de la Casa Blanca. Y, tras el anuncio de Donald Trump de un “bloqueo total” contra todos los cargueros sancionados que pretendan entrar o salir de Venezuela, todo parece apuntar a que habrá más. “Que Venezuela devuelva el petróleo que nos han robado”, ha insistido el magnate. Y así, lo que comenzó hace tres meses como una ambiciosa operación contra el narcotráfico ha mutado ya en un ataque directo contra las finanzas del Gobierno venezolano.
Los hijos y la pareja de Isak Andic ultiman un acuerdo para poner fin al conflicto que mantienen abierto a propósito del legado del fundador de Mango, fallecido el 14 de diciembre de 2024 durante una excursión en la montaña de Montserrat (Barcelona). Los tres herederos (Jonathan, Judith y Sarah) han retomado las negociaciones con Estefanía Knuth, la mujer que durante los seis últimos años de vida de Isak fue su pareja sentimental. Los hijos estarían dispuestos a incrementar en 22 millones de euros la cuantía que Andic dejó a Estefanía en su legado, de cinco millones, de modo que el monto total ascenderá, si las conversaciones llegan a buen puerto, en torno a 27 millones, según han explicado a EL PAÍS fuentes conocedoras del proceso.
La de este invierno está siendo una de las temporadas más atípicas de la gripe de los últimos tiempos. La irrupción de una nueva variante —el subclado K del virus— ha adelantado una ola epidémica que ha sido especialmente intensa, con incidencias no vistas en una década y una notable presión sobre el sistema sanitario. Las urgencias de algunos hospitales, como el Clínico de Madrid, han llegado al límite del colapso y muchos otros —en Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia…— han tenido que ajustar agendas y aplazar operaciones ante la avalancha de pacientes.
Miguel Ángel Gallardo (Villanueva de la Serena, Badajoz; 51 años) desconoce lo que es la tranquilidad desde que hace menos de dos años se convirtió en el tercer secretario general del PSOE en Extremadura. El candidato socialista a la Junta está procesado por haber enchufado presuntamente a David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, cuando presidía la Diputación de Badajoz. Los dos procesos de primarias en que se ha impuesto, con Cáceres a la contra, han visibilizado la división en una federación acostumbrada a gobernar y no a estar en la oposición. Gallardo arrastra además la polémica por cómo gestionó su entrada en el Parlamento regional, que le permitía estar aforado. Si no fuera bastante, al reto de ser comparado con Guillermo Fernández Vara suma la riada de escándalos de corrupción y acoso de su partido.
Entre 1986 y 1992 Rob Reiner firmó cinco películas que marcaron aquel tiempo y a varias generaciones: Cuenta conmigo (1986), La princesa prometida (1987), Cuando Harry encontró a Sally (1989), Misery (1990) y Algunos hombres buenos (1992). Las cinco representan un Hollywood que entonces parecía posible, a caballo entre el oficio de los clásicos y el desencanto del Nuevo Hollywood. Reiner fue una figura fundamental de una industria que defendía unos valores que hoy agonizan y que en su caso tenían un fuerte arraigo familiar: el actor y director creció a la sombra de su padre, el famoso comediante Carl Reiner. Esa relación atraviesa de forma velada Cuenta conmigo y Algunos hombres buenos, dos películas que conectan con el peso que supuso para él esa figura paterna.
Rob Reiner, que ha muerto trágicamente en su casa de Los Ángeles, hizo una serie asombrosa de películas en los ochenta: This is Spinal Tap (que parodiaba los documentales musicales y prácticamente inventó un género), la comedia universitaria Juegos de amor en la universidad, la historia de amistad y juventud Cuenta conmigo, el cuento humorístico y maravilloso La princesa prometida, la comedia romántica Cuando Harry encontró a Sally, la agobiante Misery.
Sí, yo también tenía un seguro médico privado –hasta que me enfermé.
El Ministerio de Trabajo da un paso más para conseguir que la única gran empresa de reparto de comida que sigue operando con autónomos en España cambie su modelo. Fuentes del departamento de Yolanda Díaz indican que si Uber Eats no cambia su modelo en enero, cuando finalizará la investigación de Inspección que adelantó EL PAÍS, activarán la vía penal contra la empresa como ya hicieron con Glovo. Aquello condujo a la apertura de un proceso penal que involucra al máximo responsable de la compañía, horizonte con el que Trabajo amenaza a los dirigentes de Uber Eats.
El mismo día que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional registró la sede de la compañía aérea Plus Ultra en Madrid, los agentes se desplazaron al municipio de Petrer, en la provincia de Alicante. A ese núcleo urbano, que cuenta con algo más de 34.000 habitantes, acudieron el pasado jueves a registrar una nave industrial vinculada al empresario Julio Martínez Martínez, a quien la Policía detuvo junto al presidente de la compañía aérea Julio Martínez Sola (de idéntico nombre y primer apellido), el consejero delegado, Roberto Roselli, y un abogado español que trabaja para un despacho con presencia mundial.
ORCO es un nombre poco marquetiniano para un lugar de trabajo. Se trata de un órgano del Gobierno de Ayuso poco conocido, su oficina del cáncer, y se encuentra descabezado porque el equipo sanitario de la presidenta Isabel Díaz Ayuso no ha logrado convencer a ningún experto para que la lidere después de tres intentos de contratación fallidos desde el verano de 2024, cuando salió del puesto su anterior responsable. Las fuentes sanitarias consultadas por EL PAÍS indican que las causas de los rechazos han sido la falta de apoyo institucional y de recursos técnicos o discrepancias sobre el salario. Lo de menos, parece ser, es el nombre de bestia cavernícola de este órgano cuyas siglas significan Oficina Regional de Coordinación Oncológica.
Leire Iglesias (Hondarribia, 47 años) es desde hace menos de una semana presidenta de Casa 47, la nueva empresa estatal de vivienda. El BOE anunció su nombramiento el viernes pasado, tras dos años al frente de Sepes, la entidad de suelo que ha sido germen de la nueva compañía pública y que va a recibir miles de casas de la Sareb (también conocida como banco malo). Antes ocupó distintos cargos políticos como el de Consejera de Movilidad, Transporte y Vivienda en el último gobierno socialista de Extremadura, donde ha vivido toda su vida. Defiende, por tanto, que no llega a terreno desconocido, aunque el encargo sí es inédito: comandar una entidad capaz de comprar, construir y gestionar un parque público de alquileres desde la Administración central.
España ha detenido el ritmo de reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero, que están detrás del calentamiento global que dispara los termómetros y hace más duros los fenómenos meteorológicos extremos. Según los cálculos del Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA) del Basque Centre for Climate Change (BC3) este 2025 cerrará prácticamente con las mismas emisiones brutas que en 2024. Las estimaciones de estos expertos, que realizan un seguimiento de los principales sectores de actividad del país, apuntan a que este año los gases caerán apenas un 0,2% respecto a 2024, cuando ya se había frenado la tendencia de reducción. Es decir, “las emisiones se mantendrían en niveles parecidos a los de 2023″, detallan los autores en su informe.