“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Acostumbrado a dormir entre cuatro y seis horas, Miguel Marías (Madrid, 78 años) tiene unos cincuenta libros apilados en una silla como lecturas pendientes —entre montañas de más libros— y se disculpa porque el despacho de su domicilio en Majadahonda esté hecho “una leonera”, pero el saber, a fin de cuentas, ocupa lugar. Sonriente y afable, el crítico y exdirector de la Filmoteca parece un personaje de su querido Leo McCarey: sabemos que es buena gente solo con lo mucho que se alegra cuando entra al salón Sopa, perrita que su nieta bautizó en honor a su plato preferido. Ese ánimo desenfadado es el que Marías reivindica en el ensayo Otro Luis Buñuel (Athenaica) para acercarse a la obra de un cineasta, a menudo, más divertido de lo que el lenguaje académico puede dar a intuir. La historia de cómo la publicación del libro se alargó más de cincuenta años es también buñueliana.
El joven Gosu llevaba en la perrera de Bando (Santiago) desde el pasado 1 de septiembre. Según los datos que figuran en la ficha pública de su “fallecimiento” en este recinto (a donde van a parar los perros y gatos abandonados o perdidos de 10 municipios), el can registrado con la referencia 508-25, nacido en 2024, pesaba 38 kilos y procedía de Compostela. En el lugar al que fue a parar para acabar muriendo con una inyección el pasado viernes fue catalogado como uno de esos perros que antes se etiquetaban como “potencialmente peligrosos” y ahora se dicen de “manejo especial”. Y tuvo la mala suerte de no encontrar en su recorrido vital quién lo “manejase” debidamente. Pudo haberlo hallado, porque cuando ya esperaba en el patíbulo —después de la sentencia de muerte dictada por un patronato mayormente político pero apoyado en informes de una veterinaria y una etóloga— el grupo animalista Abeiro peleó por su cesión para darle “una oportunidad” con una educadora privada.
"No hay perros peligrosos, hay humanos irresponsables"Carlos Carrasco, educador canino y director de Dos Adiestramiento, se declara “enamorado de estas razas” pero advierte de que en casos como el de Gosu chocan dos extremos: los políticos, que no tienen ni idea de perros, y los animalistas, cuyo planteamiento puede ser “excesivamente idealista”. Cuando se da una situación de agresividad, hace falta llegar a “la raíz del problema” con “una revisión veterinaria exhaustiva para descartar un problema de salud”, porque a veces el comportamiento se debe a “una dolencia física, un tumor cerebral o una causa neuronal que con medicación mejora”, explica. Si el problema no es de salud, sigue desgranando Carrasco, entonces hace falta un análisis profundo de “un etólogo o educador canino con mucha experiencia”. Hay que ahondar en “el pasado del perro”, su socialización, sus “posibles eventos traumáticos”.
A la pregunta de si esos perros son “adoptables”, el experto cree que hay que responder con la verdadera “cuestión clave”: “¿Por quién?”. “No hay perros peligrosos, hay humanos irresponsables”, concluye, “estos perros no son malos, pero no son para todo el mundo... igual que yo no puedo conducir un Ferrari porque soy un zarpas, pero Fernando Alonso sí puede”. “No es verdad que el amor lo pueda todo”, sentencia Carrasco, “con estos perros hace falta conocimiento, experiencia, y luego también paciencia y amor, sí. Pero no son para dar a una familia, para jugar con niños en el parque”. “Son perros en cuya educación hay que poner especial cuidado, en condiciones muy seguras”, insiste, “para gente preparada, que conozca el lenguaje canino y lea las señales”.
El 30 de marzo de 2021, la escritora y traductora Núria Busquet (Cardedeu, Barcelona, 51 años) apareció desesperada en las noticias de TV3, la televisión autonómica catalana. Denunciaba la odisea administrativa que estaba viviendo para conseguir que su hija, que entonces tenía 13 años, recibiera en la sanidad pública el tratamiento adecuado para el trastorno de la conducta alimentaria que sufría y que la tenía a un paso de la muerte. “Tengo miedo de que mi hija se muera. Más que nada, me da miedo que se muera por la desidia del sistema. Me desespera que no tenga la opción de recibir un tratamiento que la pueda ayudar más y no tengamos el dinero para acceder a él”, explicaba.
Quan els valencians encara no hem fet el dol ni la catarsi pel darrer drama col·lectiu, la dana del 29 d’octubre de 2024, i quan amb irresponsabilitat i frivolitat els nostres governants salten de nou a la càrrega amb noves versions inversemblants sobre els fets i els falsos culpables, arribem al primer aniversari de la barrancada més dramàtica que han sofert mai els valencians.
Fang. Un 29 d’octubre Manel Gimeno Editorial Afers 94 pàgines. 12 eurosLa adolescencia es de las etapas más complicadas a nivel de salud mental. También lo fue para Eilel. De pequeños, asegura, le “fascinaba” aprender, pero la cosa cambió en el instituto. “Era una desmotivación constante. Era feliz en la clase de matemáticas, pero no asistía a la siguiente”, comenta. “Era un niño callado y los profesores optaron por no preocuparse, pensaban que simplemente no me gustaba estudiar”, lamenta. Acabó repitiendo 4º de ESO y entonces conoció a la figura que le cambiaría la vida: la orientadora. “Me dijeron que era un caso perdido, que no servía para estudiar. Ahora soy técnico en Farmacia”, remata Eliel.
“¿Puede realmente documentarse el dolor?”. La pregunta se la lanza la madre del cineasta palestino Ala Damo en una punzante conversación capturada en su último documental Gaza a los Oscar (2025), en el que el director plasma su experiencia personal mientras insiste en filmar la lucha diaria por sobrevivir en Gaza en medio de la guerra, los destierros y el asedio de Israel.
Mientras los turistas y amantes del arte transitan las salas del Museo del Prado con los ojos revoloteando entre suntuosas pinturas barrocas e insólitos frescos medievales, admirando los cuerpos esbeltos de las esculturas neoclásicas o justipreciando las vasijas y cálices que conforman los tesoros de antiguos monarcas, la mirada omnipresente de Mohamed el Morabet (Alhucemas, 42 años) los escruta a ellos, a los visitantes. Apostado en la pinacoteca en turnos de mañana o tarde, el vigilante va rotando entre salas al unísono con el resto de sus decenas de compañeros, expuesto a cada paso a una nueva maravilla cambiante.
Henri Matisse (Le Cateau-Cambrésis, 1869 - Niza, 1954) se autorretrató en cuatro ocasiones. En 1900, con 31 años, se pintó sobre un fondo oscuro en el que los colores se imponían casi con violencia. Su pelo es de color violeta, los hombros van coronados de verde, para el mentón y su chaqueta eligió el rojo teja. Entre los contornos del rostro, marcados en marrón, sobresale una luz fantasmal que parte de unos ojos cubiertos con gafas de miope. La espectacular tela sirve de arranque del recorrido por Chez Matisse. El legado de una nueva pintura, la singular exposición que desde hoy martes se puede ver en Caixaforum Madrid, hasta el 22 de febrero y desde el 26 de marzo hasta el 16 de agosto en Barcelona. Alrededor de un centenar de obras (46 de Matisse y 49 de otros artistas) dan cuenta del genio que, junto a Picasso, fue el artista más grande de su época.
Hay consenso en los mentideros teatrales españoles: este es el año de Victoria Szpunberg. La racha de la dramaturga y directora catalana empezó en marzo con el estreno de su obra Vulcano en el Centro Dramático Nacional, con puesta en escena de Andrea Jiménez. Continuó en abril con el exitazo de La tercera fuga, que dirigió ella misma en el Teatre Nacional de Catalunya. Y culminó en septiembre con el Premio Nacional de Literatura Dramática para L’imperatiu categòric (El imperativo categórico), que ya se había llevado la bendición de público y crítica la temporada pasada en el Lliure de Barcelona y que este jueves se presenta en castellano en el Teatro de la Abadía de Madrid, también con dirección propia y el mismo reparto (Àgata Roca y Xavi Sáez). Estreno que coincide, además, con la publicación del texto en esta lengua en el sello Punto de Vista, tras la edición catalana de Arola. “Pero yo llevo mucho tiempo trabajando, ¡eh!”, recuerda nada más empezar la entrevista, por si acaso alguien la confunde con una estrella fugaz.
“Soy una figura inglesa problemática”, afirma sir John Akomfrah (Acra, 68 años), artista visual. “Nací y crecí en Ghana, dentro de una burbuja optimista y cosmopolita, y en 1966 empezó el exilio. He vivido en el Reino Unido durante la mayor parte de mi vida, pero al mismo tiempo me han influido artistas y escritos de muchos lugares, en especial del Caribe”.
Rui Couceiro (Oporto, 41 años) ha tenido varias vidas y algunas fijaciones. Ya fuera en sus días de jugador de voleibol o de editor, siempre se interesó por los narradores viejos. Una atracción recíproca, hay que añadir. Al final del almuerzo que siguió a la entrevista con el escritor portugués, a pocos metros de la misma playa de Espinho donde se hartó de jugar voleibol en la juventud, un hombre de más de noventa años se acercó y pidió permiso para sentarse a la mesa. Había escuchado sus reflexiones críticas sobre Portugal y las compartía plenamente. Dicho esto se presentó como Joaquim Domingos Capela, lutier, antiguo profesor universitario de Ingeniería y miembro de la saga familiar que ha construido violines para músicos como Rostropóvich o Yehudi Menuhin.
Se acaba de aprobar in extremis en el Congreso la Ley de Movilidad Sostenible (ya veremos que sucede en el Senado). Su contenido es un conjunto de buenas y ambiciosas intenciones, pero parece un suflé que, sin el compromiso político de las distintas administraciones, puede desinflarse y quedar en unas millonarias inversiones de fondos europeos que no redunden en un cambio decisivo en la movilidad, sobre todo en la movilidad urbana.
Un día los libros se escribirán solos. Serán atractivos, con el culo respigón, frases bien redondas, con delantera, justo lo necesario para atrapar, para cautivar. Libros de los fáciles, culebrones, respingones, de los que se puedan leer de un tirón, donde no hay que tropezar sobre palabras viejunas, de esas que se han quedado jubiladas y que ya nadie sabe qué hacer con ellas, ni en qué rincón esconderlas para que no molesten.
El Centro, la serie sobre un grupo de funcionarios del Centro Nacional de Inteligencia, el CNI, plantea varias cuestiones: en primer lugar, trata de un sector del Estado tradicionalmente opaco, suponemos que como tiene que ser. Al fin y al cabo, hablamos de servicios secretos. En segundo lugar que la ignorancia del que suscribe se demuestra al desconocer a la mayor parte de sus actores, salvo excepciones como los estupendos Juan Diego Botto y Tristán Ulloa, sólidos en sus interpretaciones y muy bien arropados por Elena Martín Gimeno, Elisabet Casanovas, Israel Elejalde y Clara Segura, entre otros. En tercer lugar, que la serie de seis capítulos en su primera temporada y que exhibe Movistar Plus+, creada por David Moreno y dirigida por David Ulloa, no rehúye el escándalo interno con la traición de alguno de sus empleados al vender valiosas informaciones a una potencia extranjera, Rusia en este caso, lo que nos habla de una cierta honradez institucional, pues El Centro se ideó con la ayuda del propio CNI.
El último brote de cólera en el Reino Unido fue en 1866; en los Estados Unidos no se ha registrado un brote desde 1911.
A pesar del reinado de la freidora de aire en la cocina, las ollas y sartenes siguen siendo los utensilios más recurridos para diferentes tipos de preparaciones. Freír un buen filete o hacer aquella sopa que no puede faltar en la temporada invernal, son algunas de las cocciones que casi siempre nos llevan a usar la vitrocerámica.
Mi corazón acelerado no impidió que abriera con decisión la puerta del cementerio de Pomuch. Quería documentar una de las costumbres más singulares del Día de Muertos de México. Caminé unos pasos, y al asomarme a un nicho vi una pequeña caja que contenía un cráneo y varios huesos. “Ese señor es don Pedro, un artesano que murió hace 10 años”, me dijo con naturalidad el guardia del lugar.
En España, el horario más habitual de entrada a trabajos, colegios e institutos se sitúa entre las ocho y las nueve de la mañana. En ese intervalo, cuando nos encontramos en el denostado horario de invierno, acaba de amanecer, y a veces ni eso. Es decir, que un porcentaje importante de la población se levanta aún de noche entre los meses de octubre y marzo. Y muchos de ellos salen de trabajar o terminan las actividades extraescolares también de noche.
Los pequeños inversores están de enhorabuena. La remuneración al accionista, una de las señas de identidad de la Bolsa española, vuelve a brillar con fuerza. Tras años de prudencia, el dividendo recupera protagonismo impulsado por el exceso de capital bancario, los beneficios récord, las desinversiones y el retorno al pago de grupos como Grifols e IAG. Según el consenso de FactSet, las compañías del Ibex 35 distribuirán más de 35.500 millones en 2025 y superarán los 42.000 millones en 2026, un 31% más que los 32.200 millones abonados en 2024. La tendencia ya empieza a vislumbrarse. En los nueve primeros meses de 2025, las empresas del selectivo repartieron 29.213 millones, un 10,5% más que un año antes.
A primera vista, la Albufera de Valencia parece un espejo inmóvil. El agua refleja los cañares y las garzas que la sobrevuelan, apenas se agita. Bajo esa calma, sin embargo, se esconde un territorio en perpetuo cambio, marcado por el ciclo del arroz. Siembra en primavera, verde intenso en verano y dorado en otoño, el momento perfecto para su recolección. Es aquí donde se cultivan las variedades que han definido la cocina valenciana durante generaciones: Sénia, Bomba y Albufera.