“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Los principales centros educativos privados que imparten ciclos de Formación Profesional, como Ilerna e IFP (Grupo Planeta), han mantenido, durante años, a sus profesores con convenios profesionales que no les correspondía por categoría, aplicándoles unas peores condiciones laborales. Según ha podido saber EL PAÍS y SER Catalunya, el gran actor del sector, la empresa leridana Ilerna —que concentra el 66% de los alumnos de la modalidad a distancia en Cataluña— inició este septiembre el proceso de regularización —pasando del convenio de consultoría al de enseñanza privada— tras varias denuncias a Inspección de Trabajo por parte del sindicato UGT y de varios extrabajadores. El mismo camino está tomando IFP, pero en este caso con su profesorado de los centros presenciales —con convenios de oficinas y despachos—, tras la presión de la CGT y la organización de los trabajadores. Otras grandes empresas del sector, como Ceac (absorbida por Planeta) o Medac tienen el convenio adecuado.
En 1939, cuando el mundo se preparaba para hundirse en el caos de la Segunda Guerra Mundial, un pequeño país helado resistió la embestida del gigante soviético. Tres millones de finlandeses frente a 171 millones de rusos. Ciento cinco días de combate a cincuenta grados bajo cero. Esa historia olvidada es la que rescata Olivier Norek (Toulouse, 50 años), antiguo policía y autor de novelas negras, en Los soldados de invierno (Grijalbo), que ha vendido ya más de 300.000 ejemplares en Francia. Su nueva obra no solo revive la llamada Guerra de Invierno, sino que la convierte en espejo del presente con la actual agresión de Putin. “No quería escribir sobre la guerra de Ucrania”, dice el autor, de visita en Madrid. “Pero sí quería entenderla. Y para entenderla pensé que debía contar una guerra de un siglo antes. Porque la historia olvidada está condenada a repetirse”.
El estado de las viejas pinturas no parece tan grave vistas desde el suelo de la sala 16 del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), pese al desconcierto de ese efecto de negativo fotográfico que dejaron las llamas que en 1936 quemaron la sala capitular del Monasterio de Sijena y que, además de abrasar el tejado, arrasaron la nobleza cromática de sus murales. Pero las imágenes tomadas desde la cercanía sí exponen claramente su debilidad: fisuras, microeccemas y desconchamientos, además de desprendimientos ya consumados que han dejado al descubierto las capas anteriores. Los técnicos del museo han reconocido unos 700 de esos puntos críticos, en información remitida al juzgado, sobre los 130 metros cuadrados de los frescos del siglo XII desde que en junio pasado empezaron a pasar inventario a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo que obligaba a devolverlos a Aragón.
Interior, de día. Una lúgubre habitación huérfana de horizonte. Aun así, fuera se intuye un entorno rural, una España en los albores del siglo XX. Sentada en una mecedora, una madre sostiene a un bebé en los brazos. De pie, a un lado el padre y al otro el médico, que espeta, en un dialecto autóctono entre el catalán y el valenciano: “Es chiqueta”. “¿Seguro?”, responde el padre. Y ahí queda todo dicho. Es el arranque, y también toda una declaración de intenciones, de Els mals noms, la esperada primera película del cineasta Marc Ortiz Prades (La Sènia, Tarragona, 46 años), que se estrena esta semana en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Las encuestas muestran que en los últimos años Vox ha escalado entre las preferencias del electorado más joven, una tendencia que inquieta desde hace tiempo a la izquierda y que Movimiento Sumar se afanará en revertir lo que resta de legislatura. La formación de los afines a la vicepresidenta Yolanda Díaz trazará su hoja de ruta y renovará los documentos internos para afrontar el próximo ciclo electoral en una conferencia política que se celebrará, previsiblemente, el próximo 22 de noviembre, dos semanas antes del inicio de la campaña electoral en Extremadura. Según confirman fuentes de la dirección del partido a EL PAÍS, entre los ejes prioritarios de la estrategia se encuentran esa reconexión política con la juventud, el abordaje del acceso a la vivienda, la lucha por el tiempo de vida (con medidas como el reglamento para el control horario que ya tramita el Ministerio de Trabajo), la batalla contra la emergencia climática y la “democratización” de la tecnología.
Junts per Catalunya está calibrando los efectos de su ruptura de relaciones con el Gobierno y mientras reitera que el divorcio es “irreversible” trata de mantener la influencia y las complicidades cosechadas cuando se presentaba como un socio clave para Pedro Sánchez. Entre los actores que busca cuidar Junts está el empresariado catalán. Carles Puigdemont recibirá esta semana en Bruselas a Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball. La patronal catalana tiene especial interés en hacer notar sus inquietudes ante la posibilidad de que Junts haya dejado de ser un mediador válido con el Gobierno para abordar medidas relacionadas con la jornada laboral o con las políticas energéticas.
Solo habrán transcurrido 13 días entre la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado y el debate monográfico sobre “la corrupción de su familia y de su partido” que se celebrará en el Congreso este miércoles. Si el PP tiene una mayoría más que suficiente para poner en pie comisiones de investigación sobre lo que estime conveniente, con su capacidad numérica en el Congreso también puede convocar al jefe del Ejecutivo. Así lo ha hecho y Sánchez no ha querido demorarse. Primero, dará cuenta de las últimas cumbres europeas y, después, comenzará un debate incómodo, áspero y en el que saldrá políticamente acusado de ser el número uno de una trama de corrupción y de financiación ilegal del PSOE, a propósito de la investigación de la Audiencia Nacional sobre el uso de dinero en efectivo de la caja de Ferraz para los altos cargos.
En otro tiempo, Andrés Calamaro era el prototipo de artista torrencial, que sacaba dobles y triples. Pero no publica nuevas canciones desde 2018. No solo ocurre aquí: en todo el mundo, muchas estrellas de la música han dejado de publicar discos. Puede que se hayan retirado oficialmente pero en abundantes casos habían prometido seguir luchando en el frente discográfico. Pienso en gigantes nacionales como Serrat, Sabina, Rosendo ¡o Julio Iglesias! No me atrevo a afirmar que esas ausencias obedezcan a un cálculo frío de esfuerzos y beneficios: cada caso es diferente y las circunstancias personales podrían explicar muchos de esos relativos silencios. Que conste que abundan los ejemplos de lo contrario: Manolo García, Bunbury, Miguel Ríos o Fito Cabrales. Ahí afuera, podemos encontrarnos con estajanovistas tipo Willie Nelson, nonagenario que sigue grabando: su discografía alcanza ya los 103 álbumes.
Quizás no les suene Kibris, película española sacada de la circulación por sus propios autores y que unos pocos arqueólogos del cine (unas diez personas) han podido ver. Las brumas del misterio envuelven esta cinta, pero la niebla que rodea a El día que el payaso lloró nunca se despejará. Jerry Lewis escribió, dirigió y protagonizó esta ignota película en 1972 y, tras verla en la sala de proyección, decidió que aquello no se estrenaba.
¿Cómo sobrevive un huérfano entre cínicos? ¿En qué se transforma una mirada limpia si vive empañada por el reflejo de personas egoístas, sórdidas y responsables de relaciones enfermizas? Ese dilema es el que planea sobre El efecto deseado (Seix Barral), la última novela de Guillermo Alonso (Pontevedra, 1982). Tras el volumen de cuentos La lengua entre los dientes (Círculo de Tiza, 2023) y las novelas Vivan los hombres cabales (niños gratis, 2019) y Muestras privadas de afecto (Paripé Books, 2021), el escritor y editor web de la revista ICON moderniza la picaresca puliendo su estilo alérgico a jerarquías morales. Y lo hace infiltrándose sin superioridad y con mucha empatía en un carnaval de personajes que aspiran a brillar mientras se pudren por dentro. Seres tan ansiosos de hedonismo y privilegio que su pulsión moverá al lector de la ternura al espanto entre carcajadas que se congelarán al entender que esa risa nerviosa nuestra es un ticket directo a la salita del infierno.
El efecto deseadoGuillermo Alonso Seix Barral, 2025 360 páginas. 21 eurosEl padre de los presos y uno de los guardas de alto rango, adelantándose a cualquier pregunta, dan la orden. De los reclusos sentados en el suelo, 11 se tumban, intercalando pies y cabezas. Es la manera en que 60 seres humanos logran acostarse en los mal contados 35 metros cuadrados disponibles de una de las celdas de la Prisión Central de Kumasi (Ghana). Otros compañeros los miran, en silencio, desde las literas de triple altura. La gran mayoría estuvo así años antes de poder tener uno de los 30 lechos. Solo se escuchan las aspas de los ventiladores vencidos por el bochorno de septiembre y el clic de la cámara retratando una crudeza que, al menos en este centro, su dirección da muestras de querer “resetear”. Empezando por exhibir, sin tapujos, lo que hay.
"La sobrepolación carcelaria es un problema clave en las enfermedades desatendidas""La sobrepolación carcelaria es un problema clave en la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas. Si miras por ejemplo el pian o la sarna, se transmite por el contacto directo con la piel. Idealmente se tendría que separar a la persona afectada pero en Kumasi Central el espacio reservado para ello no es suficiente", explica el doctor Yaw A. Amoako, del Centro Kumasi de Investigación Colaborativa en Medicina Tropical (KCCR por sus siglas en inglés) y que lidera el proyecto de enfermedades desatendidas de la piel en la cárcel. "Además, por ejemplo con la sarna, en el caso del diagnóstico de un caso, se tiene que examinar y tratar a todos sus contactos. Si los recursos son limitados para una persona, imagine en impacto de ello en una celda con unas 100 personas obligadas a permanecer juntas", agrega.
"Quiero tener un puesto en un mercado y luchar contra la injusticia"George Ackon, de 49 años, es uno de los padres de celda de la prisión de Kumasi. Se trata de una posición relevante: por su buen comportamiento y el respeto que despiertan entre sus compañeros, los guardias del centro delegan en ellos parte de la intendencia del día a día de los módulos. Su nombre ha estado varias veces en la lista para recibir una amnistía presidencial, pero sigue sin llegarle. "Cuando salga de aquí me gustaría tener un puesto en un mercado", explica en una mezcla entre inglés y twi, el idioma tradicional de la región de Ashanti. "Hay mucha injusticia aquí y me gustaría luchar contra ella. Muchas personas han sido condenadas injustamente, conozco sus casos", asegura el condenado por homicidio.
“Empezamos al mismo tiempo y éramos los peores. Entramos en el espectáculo y nos dieron lo que teníamos que hacer, pero luego había que improvisar, y nadie quería trabajar con nosotros porque no sabíamos lo que hacíamos, así que trabajábamos solos”.
Buscar en Google consistió, durante más de dos décadas, en recorrer una lista de diversas fuentes de información, ordenada según criterios de SEO y publicidad. En marzo, el buscador más utilizado de internet ha incorporado en España la “vista creada con IA”: un resumen generado por Gemini, la inteligencia artificial desarrollada por la misma empresa, que responde directamente a la consulta y precede al listado de todos los demás enlaces.
La inteligencia artificial es la protagonista indudable del imparable ascenso de Wall Street y la clave de la remontada del 34% del S&P desde los mínimos de abril. Es el epicentro del optimismo actual del mercado bursátil y, mientras llega o no la temida corrección (la semana pasada estuvo marcada por los nervios en el mercado), mantiene el título de motor indiscutible para la Bolsa, con los inversores deslumbrados por su potencial futuro y su presente de cifras mareantes. La renta variable avanza sin miedo a las alturas y pese a enormes incertidumbres como el elevado volumen de deuda soberana o el riesgo geopolítico. Pero en el subsuelo del parqué pervive un elemento más que, de forma discreta, sostiene la euforia: un precio del petróleo contenido, a la baja y con perspectivas de seguir barato, que aleja tensiones inflacionistas y que no estropea la foto de tipos bajos y sólidos resultados empresariales.
Imagine ser un periodista español que cobra 1.500 euros al mes, salario medio en la profesión, y le dicen que hay una plataforma llamada Substack, recién valorada en 1.100 millones de dólares, en la que algunos colegas suyos se embolsan más de un millón de dólares al año por escribir newsletters. ¿No le darían ganas de hacer un artículo sobre ello?
Probablemente el mayor error que en el pasado se ha cometido en relación con la idea de progreso ha sido el estatuto que ha tendido a atribuírsele. Así, durante largo tiempo resultaba habitual pensarlo como un presupuesto, como si fuera algo que pudiera darse por descontado. Cuando en realidad, como el tiempo se ha encargado de certificar, el único modo en el que cabía entenderlo era en términos de aspiración, de horizonte hacia el que valdría la pena tender.
Hacer el bienMarkus Gabriel Pasado & Presente, 2025 268 páginas, 25 eurosEs difícil recordar una serie que haya vivido tan espectacular debacle de fama y relevancia como The Witcher. La adaptación de la saga, basada en los libros de fantasía épica del polaco Andrzej Sapkowski y popularizada por su versión en videojuego, arrancó en 2019 como una de las grandes apuestas de Netflix, que buscaba encontrar un nuevo Juego de tronos y forjar con ella una franquicia con múltiples derivados. Una de esas que a la plataforma tanto le cuesta erigir más allá de Stranger Things. Las audiencias de la primera temporada daban esperanzas, pero, seis años después, la serie se asemeja a esas que solo aparecen al rebañar el fondo de la olla del algoritmo. El desarrollo de sus cinco temporadas han supuesto una caída en picado de sus visualizaciones, la cancelación de spin-offs e incluso el cambio de rostro de su protagonista.
Federica Aridon (Roma, 30 años) iba a volar a Bangkok el 26 de marzo de 2020. Pero ese avión nunca despegó. “Mi idea era irme a trabajar a Tailandia, tenía ya el contrato con un estudio de allí que se llama All Zone”, cuenta la arquitecta sentada en el sofá de su piso, en el distrito madrileño de Carabanchel. Lo adquirió en 2023 y en él quiso plasmar su vivienda ideal, en unos 70 metros cuadrados: “La llamo ‘la casa de las cajas’, porque todo es muy racional, como yo. Hay un bloque de servicios, una zona para cocina, otra de descanso... Está ordenada por colores y bloques, con una vena de creatividad, lúdica”. Lograrlo no resultó sencillo; este proyecto totalmente personal supuso un desafío. “Hice 50 pruebas de planta”, asegura, “porque tenía infinitas posibilidades, estaba muy dividido, había cinco habitaciones, un minisalón, cocina y baño”. Ella creó un espacio único de salón, comedor y cocina, con la habitación-vestidor y el baño separados. Los colores —azulón, teja y amarillo mostaza— dividen el piso, y a la vez lo hacen singular. “Es que el color no es extravagante. Antes era lo habitual: cada hermano tenía la habitación de un tono, mi abuela tenía papel pintado en todos los lados, había inodoros burdeos, vitrificados... Ahora hay una estandarización, nos creemos que para ser modernos o sofisticados todo tiene que ser blanco y beis”, defiende.
Aunque el clima predominante en la parte catalana de los Pirineos es el mediterráneo continentalizado, la cubierta vegetal varía drásticamente según la altitud, la orientación de las vertientes y su lejanía al mar. Gracias a eso crecen también bosques de caducifolias más propios del clima atlántico que en otoño se transforman en una orgía cromática.
Mucho antes de que Alex Rodríguez (Nueva York, 50 años) empezara su mediática relación de cuatro años con la cantante y actriz Jennifer Lopez, el exjugador de béisbol había vivido muchas vidas. Cuando la llama del amor prendió entre ellos en el año 2017, para luego apagarse —casi de golpe— en abril de 2021, A-Rod, como se le conoce profesionalmente, ya había llegado al olimpo del béisbol, del que fue expulsado al protagonizar uno de los mayores escándalos que se recuerdan en el deporte de Estados Unidos. Suspendido por dopaje, ese desagradable capítulo le ocasionó un gran daño reputacional allá por 2014. Ahora ha hablado de ello en un documental de tres partes sobre su vida, Alex vs A-Rod. “Hay una arrogancia que a menudo viene del poder, una sensación de que no te pillarán porque de verdad te crees mejor que el resto. No hay nada más estúpido que eso y yo lo aprendí a las malas”, dice en él.