“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Ironizaba Thomas de Quincey en su ensayo Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes con que uno comienza por permitirse matar a alguien y acaba por perder la educación y dejar las cosas para el día siguiente. A la inversa, si la sociedad tolera que un grupo de embaucadores gane con trampas un concurso de preguntas en el pub local, se corre el riesgo de que los cimientos de la convivencia social comiencen a rodar pendiente abajo.
Chega es una religión y André Ventura, su profeta. Por dentro do Chega, el libro que el periodista Miguel Carvalho ha publicado en Portugal (750 páginas, centenar largo de entrevistados, cinco años de investigación) en la editorial Objectiva, es un exhaustivo retrato del proyecto político extremista más poderoso de la historia de la democracia portuguesa. Chega nació en 2019 de la mano de André Ventura, un político decepcionado de su vida en el moderado Partido Social Demócrata (PSD), y varios amigos que ya no le acompañan. En dos meses se han lanzado siete ediciones y 30.000 ejemplares, seis veces del considerado best-seller en Portugal.
Brasil fue el primer laboratorio de las nuevas armas digitales de la extrema derecha latinoamericana. El éxito fue tan rotundo que un diputado provocador y casi desconocido llamado Jair Messias Bolsonaro llegó en enero de 2019 a la presidencia. Cuatro años después, fue el turno de Javier Milei, un vociferante economista argentino de pelo ensortijado. El fenómeno de la ultraderecha crece ahora en Chile, de la mano del candidato presidencial Axel Kaiser, e intenta hacer pie en México, donde busca aún al personaje que lo represente. La estrategia es siempre la misma: ejércitos de mercenarios digitales propagan la hiel por fuera de los medios tradicionales. En X, TikTok, Instagram, Facebook, programas por streaming y periódicos en la web llaman a la revuelta y la desobediencia civil —cuando no a un golpe de Estado— y organizan manifestaciones “espontáneas” para derribar lo establecido. Como la que se celebrará este sábado en Ciudad de México contra el Gobierno de Claudia Sheinbaum.
La BBC sufre estos días una grave crisis de credibilidad, provocada por la edición engañosa en el programa Panorama de parte del discurso de Donald Trump del 6 de enero de 2021, cuando centenares de sus seguidores asaltaron violentamente el Capitolio. La cadena pública ha admitido un “error de juicio” que ha provocado la dimisión de su director general, Tim Davie, y de la jefa de la división de Noticias, Deborah Turness. Para sus detractores y enemigos, que son muchos en la derecha política y mediática del Reino Unido, la torpeza editorial del documental, emitido hace ya más de un año, es en realidad la demostración de un sesgo ideológico que extienden a otros tratamientos informativos, como el de la invasión de Gaza o el movimiento trans.
La justicia está politizada y la política judicializada. La sentencia en el juicio al fiscal general del Estado no es baladí. Está en juego la confianza en el funcionamiento del Estado. Cuando los partidos secuestran instituciones y cuando algunos jueces adoptan decisiones que parecen alinearse con intereses políticos, la ciudadanía queda desprotegida. Las instituciones deberían actuar como contrapesos, no como instrumentos de confrontación. Pero lo que se percibe es lo contrario: un sistema bloqueado y usado como arma arrojadiza. Es difícil anticipar el sentido de la sentencia en este caso. No porque el proceso judicial sea imprevisible en sí, sino porque está envuelto en un clima de desconfianza que condiciona un análisis. La absolución sería presentada por algunos como una claudicación; una condena sería vista por otros como una instrumentalización de la justicia. Acertar en el contenido jurídico resulta menos relevante que comprender el terreno político en el que se dictará.
El cordón sanitario quedó formalmente enterrado en la UE este jueves, cuando el Partido Popular Europeo (PPE) y formaciones de ultraderecha consumaron felizmente y por primera vez su unión para aprobar una medida legislativa en el Parlamento Europeo, en este caso una rebaja de los requerimientos de sostenibilidad en materia de medio ambiente y de respeto de derechos humanos para las empresas. Ya hubo en el pasado escarceos a cuenta de resoluciones y enmiendas, pero esta vez el connubio escala al máximo grado de actividad parlamentaria.
Este año, cuando se cumplen 50 años de la muerte de Franco, desde Babelia hemos planteado una reflexión colectiva sobre la cultura española desde 1975 hasta el presente. A principios de este 2025 ideamos el proyecto y diseñamos un primer jurado de expertos para que eligiesen los 50 mejores discos del último medio siglo: ganaron La leyenda del tiempo de Camarón de la Isla y El mal querer de Rosalía. En primavera fue el turno de las películas, con Arrebato de Iván Zulueta y La escopeta nacional de Luis García Berlanga a la cabeza. Y ahora, los libros. Cambian referentes a la vez que se modifican los gustos, hay libros que conservan el prestigio y autores que ganan centralidad. La sensibilidad actual es la clave para comprender la relación de la sociedad española con las letras de la democracia. Para los expertos, hoy los grandes nombres son Javier Marías, Carmen Martín Gaite, Rafael Chirbes y Javier Cercas
Para elaborar la lista de los 50 mejores libros españoles del último medio siglo hemos convocado a 40 profesores de literatura y humanidades que ejercen su docencia en universidades españolas y extranjeras. A ese núcleo duro se suman críticos habituales de Babelia, libreros de todo el país y periodistas de cultura y otras secciones del periódico relacionadas con los libros. Estos son sus integrantes.
Ahora sabemos que a principios de la década de los noventa el lector literario de la democracia llegó a su mayoría de edad en España. Fue una maduración acompasada con la del país. Al cabo de tres lustros habíamos vuelto a ser uno más entre nuestros hermanos europeos y en 1992 el reconocimiento simbólico de aquella normalidad alcanzó una pletórica dimensión internacional la noche que el vuelo de una flecha encendió el pebetero olímpico. La literatura no quedó al margen del cambio. Ese proceso cultural es el que trato de esbozar aquí a partir de la lista de los 50 mejores libros del último medio siglo.
Iñaki Gabilondo, Manuela Carmena, Pedro Almodóvar, Miquel Roca, Elvira Lindo, José Sacristán, Lola Herrera y Cristina Almeida reconstruyen el momento exacto en el que conocieron la noticia de de la muerte de Franco. ¿Cómo lo celebraron? ¿Fueron conscientes de los cambios que se avecinaban? ¿Tuvieron miedo? ¿Qué hicieron los días siguientes?. ‘Así viví la muerte de Franco’ recupera imágenes de la España de 1975, los partes médicos que conserva el archivo de la Cadena SER informando de la agonía del caudillo y el testimonio de Antonio Piga, uno de los cuatro forenses que embalsamó el cadáver del dictador para ser expuesto.
Redacción y guion:Carlos de Vega, Belén Fernández, Jordi Amat
RealizaciónCarlos Martínez, Álvaro de la Rúa
ImagenLuis Manuel Rivas, Luis Almodóvar, Álvaro González, Elisabet Gordon
GrafismoEduardo Ortiz
AgradecimientosMuseo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Biblioteca Nacional de España, Teatro Olympia de Valencia, Hotel Fénix Gran Meliá, Cadena SER, El Deseo
ArchivoAP, Getty, EL PAÍS, Europa Press
Viajé en auto leyendo una obra corta. El paisaje —trigo, caballos— quedó prendido como una subtrama a ese libro que parece construido con hojas, savia, plumas, lluvia. Lo escribió la traductora y poeta argentina Laura Wittner. Se titula Diario de menopausia. No es un libro sobre la menopausia, sino sobre el hecho de estar vivos y tristes y alegres, y de perder el entusiasmo y de recuperarlo y de perderlo otra vez. Habla de semillas de chía, de los poemas de Ada Limón, de Roma, de los estrógenos, de las dudas, de la forma en que un cuerpo se transforma en otra cosa como si hubiera sido abducido por un cuerpo ajeno. Wittner no entra a esa casa por una puerta amarga sino por otro lado. No se queja: consigna. No es plañidera: toma nota. No es romántica: es hiperrealista. No pretende ser luminosa pero trabaja para un yo alegre: su yo del pasado y, por momentos, del presente, aunque el presente sea un subibaja: dos días mal, uno bien, cuatro pésimos. Hay dolor, desgano, llantos sin motivo, y también trabajo, paseos, capacidad para burlarse de sí misma. No hay soluciones, no hay esperanza ni desesperanza. No hay panfleto. Es el diario de una caída, pero no de una caída en la derrota sino en un sistema nuevo, incómodo y misterioso, narrado sin autocomplacencia ni conclusiones, con zozobra, con una inteligencia lustrosa que no balbucea pero que sabe decir: “No sé qué está pasando”. En un momento cita un verso de Joaquín Gianuzzi: “Y todo lo que yo no soy la acompaña”. Pensé que el libro podía leerse en esa clave: todo lo que su cuerpo no es la acompaña, pero ella está en otra parte, envuelta en el capullo de su deseo, y la evidencia de ese deseo es este libro: la evidencia de su deseo de escribir. No es una obra sobre la menopausia, sino sobre lo que hay que recordar cuando estamos en las horas bajas, descompaginados, a los 20, a los 40, a los 75: dónde ruge el magma que nos alimenta, cómo hacer para recuperarlo.
“Los secretos y fundamentos humanos de la sabiduría política”, anuncia la portada del libro, entre el nombre de su autor —Mariano Rajoy— y el título: El arte de gobernar. Dice el expresidente que ese título fue elegido por el editor, el exministro del PP Manuel Pimentel. Y lo que a primera vista parece parafrasear al clásico El arte de la guerra se confirma plenamente en las páginas interiores: Rajoy, al estilo de Sun Tzu, desgrana aforismos y breves reflexiones sobre ese arte del buen gobierno que, según Pimentel, “comprende las sutilezas del alma humana”. Un Rajoy menos irónico y más filosófico que de costumbre, sin abandonar ese sentencioso estilo suyo, entre lo profundo y lo perogrullesco, para meditar sobre la profesión a la que ha dedicado su vida.
En 1973 el Régimen franquista condenó a Nicolás Sartorius (San Sebastián, 87 años) a casi dos décadas de prisión por asociación ilícita en el proceso conocido como 1001. Una pena equivalente a la de asesinato por formar parte del equipo fundador de Comisiones Obreras, una de las organizaciones que lucharon, en la clandestinidad, por recuperar derechos y libertades perdidos en la dictadura. Hoy, en el 50 aniversario de la muerte de Franco —se enteró de la noticia estando en prisión—, este abogado y exdiputado del PCE e IU trata de hacer la digestión de las memorias del rey emérito y la reciente encuesta del CIS en la que más de un 21% de los españoles consideran que los años del franquismo fueron “buenos” o “muy buenos”. No le gusta la palabra “Transición”: “Transitar”, dice, “transitamos siempre, si no, estamos muertos. Aquello fue una conquista. La reconquista de la democracia”. También suele repetir que “Franco murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle”.
El general Franco se lo había sacado de la manga como un rey de la baraja española y lo estaba moldeando a su imagen y semejanza. El príncipe Juan Carlos algo pudo aprender a su sombra. “Era para mí como un padre”, decía. Franco tenía las virtudes menores del ser humano muy desarrolladas, la suspicacia, la desconfianza, la astucia, un olfato de insecto para descubrir el lado más débil y vulnerable de los demás. En cambio, su espíritu le había negado las virtudes mayores, la generosidad, la empatía, la magnanimidad. Mientras Franco no se moría, el príncipe Juan Carlos partía un ladrillo con un golpe con la mano; se daba leñazos contra las cristaleras; se rompía los huesos esquiando; iba y venía en moto enmascarado bajo el casco por las trochas de Segovia, donde estaba de gobernador un tal Adolfo Suárez. La gente no se lo tomaba en serio. Hacía chistes a su costa. Lo que pensara o dejara de pensar no importaba a nadie. Solo Suárez parecía darle importancia a aquel joven príncipe atrabancado.
La historia de Vox desde su irrupción en Andalucía en 2018 es una historia de crecimiento. Pero también de crisis internas, descontentos y figuras descolgadas. Con el partido al alza en las encuestas, no ha cristalizado en Vox ni en sus márgenes ninguna alternativa a Santiago Abascal, pero un grupo de decepcionados con su rumbo sí mantienen una continua actividad desde posiciones críticas. Aunque no conforman una corriente organizada, hay vínculos entre ellos. ¿Quiénes son? Entre otros, los exportavoces en el Congreso Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona; la expresidenta del partido en Madrid Rocío Monasterio; los exparlamentarios Víctor Sánchez del Real, Rubén Manso, Juan Luis Steegmann, Francisco Contreras y Mazaly Aguilar.
El 9 de abril de 2019, el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, mantenía una conversación con su asesor, Koldo García, que era grabada de manera subrepticia por este. En este audio, incorporado al sumario del Tribunal Supremo en el que se investiga a ambos y al exdirigente del PSOE Santos Cerdán, García se quejaba precisamente de la actitud de este último, del que aseguraba que le estaba presionando para que el ministerio licitara lo antes posible una obra millonaria. “[...] El problema está en que Santos, y tienes que hablar tú con él, está obsesionado con él, con él, con Sevilla, con el puente. Pero obsesión, es algo por demás. Según me da a entender, yo entiendo que él se está jugando la vida [...] toda la presión que está ejerciendo, me parece a mí que se juega o el puesto o se juega la luna”, señalaba el exasesor y en la actualidad uno de los principales investigados por la presunta trama de corrupción que anidó entre 2018 y 2021 en aquel ministerio.
El jubilado bosnio de 62 años Edin Subasic es hoy una de las personas más solicitadas por la prensa internacional. Su testimonio puede resultar clave para determinar si existieron realmente los llamados safaris humanos, supuestamente perpetrados en los años noventa durante el sitio de Sarajevo, en el fragor de las guerras balcánicas. Es decir, si civiles italianos viajaron al frente durante los fines de semana para ―previo pago― matar a personas que sufrieron el asedio militar más largo de la historia moderna sobre una capital (1992-1996). Sus palabras resultan de vital importancia en la investigación emprendida esta semana por la Fiscalía de Milán.
EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.